viernes, 8 de enero de 2016

Te vamos a hablar desde tu misma realidad.


Escuchando música de los 80, mi época veinteañera, todavía no pensaba en la droga ni por asomo. Eramos una pandilla grande de amigos, cada cual más bestia. Madrid, en esa época, se nos hacía pequeño, amoríos aquí y allí, poca malicia y sí muchas ganas de vivir y disfrutar. Fue un gran periodo para los amigos que formábamos la panda.Cualquier motivo era suficiente para salir y quedar, bebíamos (bastante) cubatas, era parte de la juerga, mira por dónde ninguno ha quedado alcoholizado, al menos que yo sepa. Dinero, buenos coches, motos, sexo, muchos recuerdos, noches excitantes que a veces no terminabas en tu casa, negocios familiares, responsabilidades y juergas. Cócteles, todos muy estresantes, viviendo siempre al límite, ejecutivos con 25 años, viajes por el mundo, todo corría a la velocidad del rayo, era una montaña rusa, pero con una velocidad endiablada, motos a 240 km/h, todo llevado al limite, mujeres mayores que tú, así corría la vida, tu apartamento, tu gimnasio, tus primeros anabolizantes para muscular, viajé a Venezuela a casarme y vuelta, sin casarme.Un día en el gimnasio alguien te dice: “¿Quieres un poco de coca?”, contestas: “No”, porque no entraba en tus esquemas, pero otro día te regalan un gramo y ‘flash’, te gusta. 15 años agarrado a ello, todo se va derrumbando poco a poco, te casas y continuas, tu mujer te abandona, y continuas, y continuas, conoces mala gente y como eres grande como un armario, entras en un submundo que ya he contado otras veces, mundo traicionero y sólo apto para supervivientes y luchadores; pero la droga sabe más de la vida que tú y continua haciéndote estragos y estragos, mermándote, abandonándote físicamente, haciendo de ti un desecho de persona; hasta que, sacando fuerzas, no sé de dónde, rompes las cadenas y tiras la toalla.SI NOSOTROS SALIMOS: ¿POR QUÉ TÚ NO?
Aquí estamos para lo que necesites, no te vamos a comer la cabeza con rollos químicos ni broncas absurdas. Te vamos a hablar desde tu misma realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario