lunes, 26 de junio de 2017

REHABILITACIÓN, " ALGO MUY SERIO".

No se puede tener a las personas aborregadas y alineadas, y en algunos casos entristecidas y angustiadas, porque señores, no es posible cambiar pautas y valores cuando lo único que hacemos es intentar sobrevivir a otros que, alentados entre ellos, asumen sus responsabilidades para vivir mas cómodamente, intentando vejar al que no entra en sus ideas. Ahí se nota la falta de personas profesionales que no dejan llegar a esos extremos, son vidas de personas, son seres humanos presos de sus adicciones, no apartados, o mejor dicho apestados metidos en un recinto donde ya no molesten a nadie. Hay que darles un futuro, una esperanza de vida, porque el que vea la luz ya es una victoria y te alienta a seguir.
Se que cuando es algún familiar el que se encuentra con estos problemas, es tal la angustia que genera entre los seres queridos que lo único que se piensa es que ingrese en un centro, porque por lo menos ahí esta controlado. Es lo lógico, pero una vez dentro, y calmadas las aguas, hay que asesorarse por profesionales que fijen el objetivo en la persona y en su futuro, y ver si el sitio es el adecuado, interviniendo y analizando la ayuda que se le presta a la persona. Se que suena duro, pero se trata de la persona y su vida, no me vale el hecho de dejarlo aparcado y olvidarlo. Puede que no se me entienda en esta reflexión porque a veces los familiares y allegados están quemados y no pueden más.
Esos sitios tienen que ser serios en su obrar, estar dirigidos por especialistas en la materia y que tengan un seguimiento continuo por los estamentos gubernamentales que corresponda, pues somos enfermos, y si en un hospital se sigue al enfermo, aquí también, y sobre todo porque mucha autonomías invierten dinero en ello y sería de agradecer su vigilancia constante para si llegara el caso cambiar el rumbo.
En estos sitios no se trata de ganar dinero, sino de salvar seres humanos que, en algunos casos, su muerte está cantada. No es tan sencillo como que ellos mismos se apañen, porque a veces sin darnos cuenta hacemos daños irreparables sobre la persona, pues somos toxicómanos embutidos en un centro donde, sin ningún tipo de ayuda externa, el día a día se convierte en un sufrimiento, y más sin expectativas de futuro, pues cuando termines tu periodo, de la calle viniste y a la calle volviste, y ¡pobre de aquel que no tenga a nadie! pues su futuro se torna muy muy negro, pues te dejan completamente solo y se desentienden de ti.
Volveré a escribir diciendo mis puntos de vista y comentando mi caso en particular, porque mi verdadera terapia, por desgracia, ha tenido que ser fuera. Es muy difícil el después, y a veces parece que se nos olvida, pues nos ponen en la calle y no tenemos ningún tipo de seguimiento o apoyo.
Como me decían “ESTO ES LO QUE HAY, SI NO TE GUSTA PUERTA” . Y no es así, siempre hay una esperanza, os lo digo de corazón: siempre hay algo más, solo es necesario que la gente asuma sacrificios y se implique en la verdadera ayuda, que comienza desde el momento de tu ingreso.
Cada uno somos un mundo y como tal tenemos el derecho a que se nos trate.
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