martes, 18 de marzo de 2014

Hijos, tendremos que hablar

Por David Valero García
sobre-mi
Hace tiempo, en terapia, pregunté algo que comenzaba a preocuparme, y es que no hay 

nada como tener conciencia de donde te encuentras y porqué, para ser consciente de la gravedad de la situación por la que estás pasando como adicto.
Se trataba de mis hijos. Paradójicamente, a pesar de ser adicto y estar realizando un tratamiento, me preocupaba, y preocupa, como afrontar mi situación una vez dejaran de ser niños.
Algo me decía que dejarlo estar y seguir adelante como si nada hubiera pasado no era la mejor opción, pero por otro lado, eran muchas las dudas, ¿cómo, cuándo, de qué manera,…?
La posibilidad de hablarles de lo que me había ocurrido por consumir sustancias, y que en su momento me viesen recuperado, hacía que temiese que se diera la posibilidad de que pudieran llegar a pensar que consumir no es tan grave y que en cualquier caso uno puede recuperarse.
Vicente, terapeuta del centro, me dijo que si sería bueno hablarlo con ellos. Me dio alguna pincelada de lo que aquello podría significar para nuestra relación como padre e hijos, y también dejó caer que esa conversación tendría que ser a una edad concreta de los peques. Este tema, sobre cómo sería la conversación con mis hijos, se emplazó al final de mi tratamiento, y de pronto, me veo ahí, al final, y como un resorte ha saltado a mi cabeza esta charla  pendiente.
Cuando consumía, creía tener muy claro este tema. Siempre se me llenaba la bocacon estúpidas ideas de como afrontaría, con mis posibles hijos, situaciones en las que las drogas estuviesen por medio. Hoy día, tras varios años de consumo y un tratamiento a mis espaldas, debo reconocer que no lo tengo tan claro.
Es lógico, al ser adicto, que imaginar que mis hijos puedan tener algo que ver con todo esto, provoque una gran preocupación, se exactamente de que se trata y lo que significa tener la necesidad de consumir una sustancia. Pero también, por esto mismo, debo ser consciente que estoy influenciado por mi experiencia personal, y encontrar el equilibrio debe ser el camino.
Así que podréis imaginaros las ganas que tengo de esa conversación entre Vicente y yo, muchísimas. Es algo muy importante para mí, se trata de mis hijos y de uno de los procesos más duros por los que he pasado, y estoy pasando. Uno de los objetivos, cuando comencé el tratamiento, era poder ofrecer a mis peques todo aquello que había sido imposible ofrecerles hasta ahora, cosas muy diferentes hasta el momento.
No era nada fácil plantearme esa charla con mis hijos, no sólo por los temores que he hablado más arriba, también estaba esa sensación de vergüenza y miedo por su reacción. Ahora, esos temores van difuminándose, pues estoy evolucionando y la forma en la que entiendo todo lo que me ha ocurrido y la percepción de mí, es muy distinta.
Desconozco si sois muchos los adictos con hijos los que pasáis por aquí, y si habéis pensado, o pasado, por todo esto. Si es así, os animo a que dejéis vuestra opinión o experiencia en los comentarios.
Nos vemos de nuevo con este tema tras la conversación en terapia ;)

¡Un abrazo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario