Vivir o sobrevivir.
Vivir o sobrevivir, una gran diferencia entre estas dos palabras. Una diferencia que a veces olvidamos mientras deambulamos por la vida sin tener muy claro que es lo que queremos hacer. Nos hemos mal acostumbrado a conformarnos con lo que tenemos y dejamos de luchar por lo que queremos, y yo me pregunto ¿Por qué?.
La sociedad y el día a día nos automatiza, nos escudamos en las responsabilidades adquiridas, véase hipoteca, trabajo, familia y un largo etc, pero ¿es esto cierto al 100% o es que tenemos miedo a despertar?.
Steve Jobs decía que “hay que tener el coraje de perseguir tu corazón e intuición. De alguna manera ya saben en lo que realmente te quieres convertir. Todo lo demás es secundario”.
Parece como si solo los grande genios fuesen lo suficientemente valientes como para confrontarse a ellos mismos y romper esas falsas creencias limitantes que nos encadenan a una vida, en ocasiones demasiado falta de colores, en la que nos vemos envueltos.
Despertar no es levantarse por las mañanas y tomarse un café, despertar es entrar en crisis, es replantearse la existencia, y cuando hablo de crisis, no necesariamente va ligado a dolor o sufrimiento, sino a valentía para afrontar todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos o de nuestras vidas y ser capaces desde el amor más puro, a cuestionarnos, a enriquecernos y ser capaces de comprometernos a un cambio existencial que nos ayudará a volver al lado colorido de la vida, ese lado en el que muchos viven y que demasiados ansiamos o hemos ansiado encontrar.
Nadie dice que será fácil pero seguro que valdrá la pena rezaba ese dicho popular que me encontré en el muro de una vieja pared hace tiempo. Pues esto es lo importante, el camino, los cambios, los pequeños avances que vayamos haciendo y que determinaran si somos capaces de volver a vivir o simplemente nos resignaremos a sobrevivir.
Esta mañana leí algo que me hizo sonreir, “Somos la actitud que tenemos”, que gran verdad. Somos actitud, la vida no es más que aquello que pasa mientras tú eliges como afrontarla y aquí reside el secreto, actitud que no aptitud. Actúa, equivócate, vuelve a actuar y vuelve a equivocarte porque como decía Edison “No fracasé, ahora se 999 formas de cómo no hacer una bombilla”.
Para poder llegar a realizar cambios significativos en nuestras vidas, debemos empezar por pequeñas cosas que parezcan insignificantes y que no tienen relevancia, pero os aseguro que esos pequeños pasos son los más significativos, algo tan simple como despertar y dar gracias por un nuevo día, producen cambios reales en las personas, si son constantes, y serán dinamizadores de otros cambios mayores que irán apareciendo en nuestro camino.
Así que la pregunta vuelva a ser la del inicio ¿vivir o sobrevivir? Tu elijes…….
