martes, 3 de diciembre de 2013

¿Cuántos colores tiene el arco iris?

Kike Sanz
Cuando echo la vista atrás y recuerdo aquella época en la que era imposible sonreír aun me estremezco. Fue una demasiada larga época, en la que no era capaz de conectar con mis emociones, en la que sobrevivir era toda una hazaña y en la que mi vida era todo menos vida.

Han pasado unos cuantos años, duras y altas montañas he tenido que subir y grandes y profundos valles he tenido que sortear pero aquí estoy, feliz y contento con lo que soy.

Recuerdo días en los que mi cabeza cual autómata bloqueaba cualquier pensamiento positivo y lo relega la esquina de los castigados, necesitaba dejar espacio para que mi enfermedad fluyese sin obstáculos, para que todas y cada una de las justificaciones que me hacían vivir pegado a una bolsa de cocaína no saliesen de mi mente. Todo era igual, todo era blanco y siempre encontraba un resorte que justificase que tenía que meterme una raya más.

Cuando ahora tomo conciencia de mi estado actual, que se mueve siempre en los diferentes colores que puede tener el positivismo, me sorprendo gratamente, me alegro de ver el trabajo realizado y los frutos recogidos de una siembra de varios años.

Recuerdo un día en concreto hace unos cuantos años en el que me levante con el firme propósito de cambiar mi vida, de no volver a drogarme y de que ese día fuese el día del cambio. Me levante muy ilusionado y desayune bien, algo que no solía hacer, ducha y a la calle, pero claro, una vez en la calle comenzó ese dialogo interno que solía tener a diario, un dialogo que más bien era un monologo, y la palabra consumir era la más repetida, aun así decidí que no iba a desfallecer y llamé rápidamente a un veterano para contarle ese pensamiento intrusivo que poco a poco iba haciéndose fuerte. Puffff después de la llamada iba con la motivación a tope, lo tenía claro, hoy no iba a consumir, solo por hoy como dicen en el programa de los 12 pasos.

Pero yo no estaba bien, no estaba 100% concienciado y mis actos no estaban en concordancia con mis pensamientos, me dije venga va un buen almuerzo me hará coger fuerzas y allí que me fui, a donde siempre solía ir, craso error, y allí me encontré a los de siempre, a mis camellos.

Tomar conciencia del problema es el primer paso, decidir que quieres cambiar es la fuerza más importante a la que te debes aferrar pero además, hay que hacer otras cosas, como por ejemplo cambiar de hábitos, lugares, personas, etc….

Hoy me siento feliz, positivo y ya desterré aquella pesada carga de amalgama de blancos y negros que me acompaño tantos y demasiados años, hoy y ya desde hace un tiempo decidí ver la vida en color, cuando lo haces y haces del color tu forma de vida, ningún día gris es tan oscuro ni ningún día soleado te deslumbra.

By Adicc2u

No hay comentarios:

Publicar un comentario