miércoles, 22 de febrero de 2017

"VIVE Y DEJA VIVIR".

Juan Enrique Corona Galvez
"VIVE Y DEJA VIVIR".
El viejo refrán "VIVE Y DEJA VIVIR" parece tan común que es fácil pasar por alto su valor. Claro está que una de las razones por las que se ha repetido una y otra vez a lo largo de los años es que ha resultado ser muy útil de muchas maneras.
Los AA. hacemos algunos usos especiales del refrán que nos ayudan a no beber. En particular nos ayuda a soportar a la gente que nos crispa los nervios.
A volver a repasar nuestra historia de bebedores, muchos de nosotros podemos darnos cuenta de con cuánta frecuencia nuestro problema con la bebida parecia relacionado con otra gente. Probar la cerveza o el vino en nuestra adolescencia parecia algo natural, porque tanta gente lo hacia y queriamos tener su aprobación. Luego habia bodas, bar mitzvahs, bautizos, fiestas, partidos de fútbol y almuezos de negocios... y puede alargar la lista. En todas esas circunstancias bebiamos por lo menos en parte porque todo el mundo bebia y parecia que se esperaba que nosotros también lo hiciéramos.
Los que empezamos a beber solos, o a echarnos un trago a escondidas de vez en cuando, a menudo lo ha haciamos para evitar que otra persona o persona supiera cuánto y con qué frecuencia bebiamos. Rara vez nos gustaba oir a nadie hablar acerca de nuestra forma de beber. Si lo hacian, soliamos darles "razóns" por las que bebiamos, como si quisiéramos protegernos de sus rítmicas y sus quejas.
Algunos nos poníamos muy argumentadores e incluso beligerantes con otras personas después de beber. Pero a otros nos parecia que nos llevábamos mejor con la gente después de tomarnos unos dos tragos, ya se trata de un acontecimiento social, una venta difícil o una entrevista de trabajo o incluso hacer el amor.
Nuestra forma de beber nos condujo a muchos de nosotros a escojer q nuestros amigos de acuerdo a la cantidad que bebían. Incluso cambiamos de amigos cuando nos parecia que habiamos "superado" su estilo de beber. Preferiamos los "auténticos bebedores" a los que se tomaban sólo uno o dos tragos. Y tratábamos de evitar a los abstemios.
Muchos nos sentiamos culpables y airados por la reacción de nuestra familia ante nuestra forma de beber y drogarnos. Algunos perdimos nuestros trabajos porque el jefe o un colega pusieron objeciones a nuestra forma de beber y drogarnos. Nos habria gustado que la gente se preocupara de sus asuntos y nos dejaran en paz.
A menudo nos sentiamos enojados y temerosos incluso con gente que no nos habia criticado. El sentimiento de culpabilidad que teniamos nos hacia sentir hipersensibles con quienes nos rodeaban y éramos de los que guardan rencores. A veces cambiábamos de bar, de trabajo y nos trasladásemos a otro barrio sólo para alejarnos de ciertas personas.
Asi que de alguna que otra forma muchas personas aparte de nosotros estaban implicadas hasta cierto punto en nuestro modo de beber.
Cuando dejamos de beber, nos fue un gran alivio descubrir que la gente que conocimos en A.A., alcohólicos recuperados, parecían ser muy diferentes. No nos crtiticaban ni desconfiaban de nosotros. Nos acogieron con comprensión y auténtico interés.
No obtante, es muy natural que a veces encontremos a personas que nos crispan los nervios, dentro y fuera de Alcohólicos Anónimos. Puede ser que nuestros amigos no A.A., nuestros compañeros de trabajo, nuestra familia nos trate como si aún estuviéramos bebiendo. (Puede que les cueste algún tiempo ceer que realmente hemos dejado de beber. Después de todo, puede que nos hayan visto dejarlo muchas veces en el pasado, sólo para volver a beber.)
Para empezar a poner en práctica el concepto de "VIVE Y DEJA VIVIR"A debemos enfrentarnos con este hecho: Hay compañeros en Alcohólicos Anónimos. y en otras partes que a veces dicen cosas con las que no estamos de acuerdo, o hacen cosas que no nos gustan. Aprender a vivir con diferencias es esencial para nuestra comodidad. En estos casos precisamente nos ha resultado útil decir a nosotros mismos, "bueno, vive y deja vivir."
De hecho, se recalca mucho la importanciade aprender a tolerar el comportamiento de otra persona. Por muy ofensivo o de mal gusto que nos pueda parecer, NO es motivo suficiente para volver a beber. Nuestra propia recuperación es demasiedo importante. Como bien sabemos, el alcoholismo puede ser mortal y frecuentemente lo es.
Hemos llegado a darnos cuenta de que vale la pena hacer un esfuerzo especial para comprender a otras personas no alcohólicas. Espesialmente a los que nos cean mal. Para nuestra propia recuperación es más importante comprender que ser comprendidos. F24hs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario