viernes, 11 de noviembre de 2016

TRATAMIENTO DE UN ADICTO, BREVE REFLEXIÓN:



Mientras que la recuperación es el proceso mediante el cual el adicto detiene su uso y produce cambios positivos en su estilo de vida, el tratamiento se define como una serie de actividades estructuradas que se utilizan con el fin de ayudar al adicto a reconocer y detener la adicción activa; así como promover y mantener la recuperación sostenida.
Es necesario clarificar la relación entre estos dos procesos que actúan de manera armónica y coordinada.
La recuperación es para toda la vida y su objetivo es el de mejorar la calidad de vida del adicto en recuperación.
El tratamiento esta delimitado a un período de tiempo, aunque podría ser necesario varias sesiones de tratamiento a lo largo de la vida del adicto.
El objetivo del tratamiento es poder asistir al paciente a lograr su recuperación.
La intervención familiar es un procedimiento dirigido a poder ayudar al adicto a tomar la decisión de entra en recuperación. Esta intervención debe ser guiada por un profesional entrenado y se basa en el poder de la familia como grupo de presión positiva.
Es recomendable asesorarse con un profesional de la adicción que está entrenado en esta área y cumpla con los requisitos para poder ser de ayuda.
Aun así no es necesariamente indispensable la intervención profesional pues muchos adictos se recuperan sin necesidad de tener contacto con el sistema de salud.
Por otro lado, hay que guardar cuidado y prudencia pues, siempre hay un sector de farsantes que se aprovechan de la desesperación de las familias que sufren de la adicción para engañar con falsas promesas o "curas" mágicas.
No existen "curas" rápidas o mágicas; el simple hecho de proponerlas denota un desconocimiento craso del tema. Además esa actitud es precisamente el centro de la dinámica mental de la adicción: la búsqueda obsesiva del arreglo rápido, la sustancia mágica, la persona, lugar o cosa que nos "arreglará" la vida.
El tratamiento de las adicciones debe ser integral, sistémico y estratégico abordando la mayor cantidad de niveles posible: personal, familiar, laboral, social, etc.; y se debe tener en cuenta a la persona de manera integral y completa.
Los cambios psicosociales son el foco donde la mayor cantidad de energía de tratamiento se invertirá, pues es allí donde la posibilidad de cambio constructivo es mayor.
Las diferentes herramientas terapéuticas pueden y deben ser usados de manera integral y teniendo en cuenta las necesidades especiales de cada persona, pero nunca como substituto del tratamiento psicosocial.
No existen tratamientos mejores que otros sino que cada persona tiene necesidades distintas y cada modalidad de tratamiento ofrece posibilidades distintas. Cada plan de tratamiento individual debería basarse en la severidad del proceso adictivo, las características individuales de la persona y la situación de funcionamiento psico-social en ese momento.
Los centros de rehabilitación se caracterizan por brindar un tratamiento bastante estructurado.

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