jueves, 10 de noviembre de 2016

POR QUÉ SE USAN LAS DROGAS?.

Del tópico drogas legales e ilegales se ha hablado ya bastante, por lo que entrar al tema por esa vía parece reiterativo. Creo que es más necesario intentar conocer la motivación general por la que son usadas. Habremos de partir de las causas individuales que son las que todos podemos entender mejor. El desarrollo de la personalidad del adulto es un proceso harto complejo que de no completarse, da pie a toda clase de problemas y deficiencias. Constituye una falsa percepción el considerar que, por llegar a una determinada edad, ya se es un ser humano completo y logrado. Nada más lejos de la realidad. Cumplir años no significa que por ese solo hecho, el ser humano haya madurado. Tengo que recordar ahora que, según la teoría de la cosecha, para recoger uvas en septiembre ha habido que hacer una serie de tareas previamente, como tratar la tierra, podar, regar, etcétera, para luego poder recoger el fruto deseado. Si esto es así, y todos lo podemos entender así por su lógica aplastante, igual sucede con el desarrollo de un ser humano. Éste habrá de recorrer todos los hitos previos para lograr la madurez deseable, dado que ese estado no se logra sin esfuerzo ni existen atajos.
De esta manera, el ser humano que recurre a drogas para vivir, busca disminuir su sufrimiento y conseguir ese poder mágico que le proporciona la sustancia escogida. Como se deduce fácilmente, esa magia no está en el producto, sino en la mente del consumidor que proyecta en ella esa cualidad. Pero ese suplemento exterior viene a suplir una carencia interior, producto de un desarrollo evolutivo que se ha visto detenido en algún momento y es inconsciente para él. Vemos, pues, que esa persona al tener la autoestima disminuida, está condenada a buscar, compulsivamente, “la ayuda” que le haga saltar por encima de esa deficiencia que se creó en su pasado. Para terminar de configurar la situación, por mucho uso que haga del mencionado remedio, jamás va a resolver su situación carencial, dado que no ha tomado conciencia de cuál es su déficit real ni ha puesto los medios para resolverlo. Así, se puede asistir a un circulo autodestructivo que, si no acaba con la vida física de la persona, sí acabará con su calidad de vida psíquica, convirtiéndole en un ser eternamente dependiente de la sustancia.
F. Reyes

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