domingo, 9 de octubre de 2016

Reflexionemos... y la marginalidad?.

Cuando notamos que se le empieza a pasar el efecto de la heroína y empieza a ponerse nervioso, rascándose , pensando que le observan, damos por terminada la reunión, con un gran mal sabor de boca por nuestra parte, a esto yo particularmente no acabo de acostumbrarme, lo reconozco.
De vuelta movemos Roma con Santiago y le conseguimos un centro que le acogen por una cantidad simbólica, respiramos profundamente, la madre nos llama con mas optimismo, nos dice que ha descansado toda la noche, pero esto sabíamos que iba a ser muy difícil y al tercer día se escapo, la madre a través de un escueto mensaje dice que tira la toalla, que no quiere saber nada de él,era su última oportunidad y se lo había advertido.
Los adictos marginales en situaciones extremas, son una lucha muy dura para ellos, para la familia y los que nos implicamos, no son situaciones fáciles. Suciedad, desnutrición, robos, monos agresivos, ya no les basta con pequeñas dosis ya son monstruos controlados por la adicción, ya ni su cuerpo les importa, los días son sufrimientos, consumir, monos, mal estar, no poder dormir, falta de higiene, enfermedades, etc... esto es una realidad que a veces no queremos ver y que muchos pueden llegar a ellas, en su día con su primer porro o su primera raya , no pensaron en ese negro futuro que se les puede venir encima, son enfermos, muy enfermos, por desgracia son ejemplos para los que empiezan con el consumo, pero su vida es un infierno y a menudo, los que ayudamos en esto, no nos gusta tratar con esa realidad , preferimos el padre y la madre con el problema de su hijo con el porro, el que bebe mucho, quizás es mas aséptico y mejor tratable, pero estos enfermos marginales son la madre de toda adicción y aunque no nos guste también están aquí y nos necesitan mas.
Fernando Reyes.

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