viernes, 6 de febrero de 2015

SENTIMIENTO DE CULPA. ( Mi Reflexión)

SENTIMIENTO DE CULPA. ( Mi Reflexión)
Cuando lo interiorizas y perdonas, y cuando no lo superas y culpas a todo el que te rodea manipulando o forzándolo a que comulgar con tus ideas tienes trabajo por hacer
Cuando perdonas y asimilas esa cu
lpa , psicológicamente es un alivio mu grande.
Merece la pena perdonase a si mismo y a los demás.
Si hay algún estado emocional plenamente erosivo y desestabilizador del estado de ánimo es el sentimiento de culpa. Tiene la potencialidad de “jibarizar” la mente de quien lo siente, de desasosegarle e impedirle el sueño y el descanso mental que necesita. Pero también el remordimiento que ello implica le impide concentrarse en lo que hace y disminuye por tanto el rendimiento en sus actividades. Es un ejemplo claro de cómo una persona puede deambular replegado sobre su sentimiento y metido en si mismo.
La culpa le empuja hacia el pasado perdiendo de vivir el flujo del presente y no para de arrepentirse una y mil veces pero sin salir de una espiral maldita y liberarse de ese sentimiento. Por eso ante la culpa hay que saber bien lo que ocurre y saber qué hacer para no sucumbir a su presión si esta es muy prolongada. Hay dos posibilidades.
Una es sentirse culpable por haber actuado con cierta conciencia del mal que podía derivarse, porque había conciencia de cierta intencionalidad en esa acción nociva. Otra es sentirse culpable de un daño producido por acción o por omisión sin tener la conciencia de perjuicio y sin querer causarlo. En este caso no hay intencionalidad ni conciencia del daño que se causa. Y es curioso porque la mayor parte de la gente que se siente culpable patológicamente no pertenece a la primera situación subjetiva sino a la segunda.
La mayor parte de los que sufren este sentimiento invalidante son personas que aunque han causado daño no lo pretendían ni mucho menos y otras se atribuyen a si mismas un daño del que no son responsables totalmente. Estos se consumen por el fuego del arrepentimiento y de la contricción y del lamento de que ya es tarde para reparar el daño que la víctima ha sufrido. Sin embargo tendrían que ser los de la primera opción los que tendrían que sentirse culpables por la intencionalidad y no suficiente cuidado puesto en sus acciones u omisiones porque son responsables del perjuicio.
Sea de ello lo que fuere la forma en que la culpa se redime es pidiendo perdón y a continuación compensando a la víctima por el daño, y si es posible y se está aún a tiempo, resarciéndola a base de pagar el precio que sea justo. Y si el perjudicado ya está muerto y nada puede hacerse, salvo sentir el fallo, la culpa hay que arrojarla por una alcantarilla. Lo que no vale es quemarse de continuo en el fuego de tan destructivo sentimiento, una vez arrepentidos, pedido el perdón y resarcido el daño. Eso, además de ineficaz, es muy insano
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