miércoles, 24 de febrero de 2016

Un hombre es dueño de su propio destino.

Juan Enrique Corona Galvez
Un hombre es dueño de su propio destino.
Constantemente medite sobre lo maravilloso que es tener esa herencia, sea consiente de que realmente usted es una persona "en proceso", que usted lleva una divinidad por dentro que nunca se puede perder; una omnipotencia que puede triunfar sobre cualquier obstáculo, no importa de sendero surja.
Aprenda a reforzar, refrescar y revitalizar se ser conectándose con la gran inteligencia cósmica a través de la mente subconsciente, escapándose al silencio para entrar en comunión con el Todo-Bondad.
No abrigue pensamiento de miedo, pensamientos de preocupación, pensamientos de celos, envidia u odio, pensamientos egoístas. Estos le roban su tranquilidad, poder, fuerza y vitalidad; le roban el equilibrio.
Usted no permitirá que un ladrón deambule por su casa para robar. ¿Por qué permitir que Estos pensamientos enemigos vaguen por su mente sin protestar?
Un ideal empequeñecido significa una mente empequeñecida, un futuro empequeñecido, es una carrera empequeñecida.
Su convicción de si mismo, sus creencias sobre si mismo, su futuro y su capacidad, ser reflejarán en su carrera.
Alguien dijo: "Atrévase a enviar hacia la gran mente cósmica una mayor seguridad sobre si mismo; atrévase a tener una mayor confianza, atrévase a creer en usted mismo y en su misión Tenga un ideal más grande, una aspiración más noble.".
Usted tiene que tener fe en lo que está tratando de hacer o tratando de conseguir. Su esperanza, su confianza, su expectativa, son factores poderosos en el logro de sus ambiciones, pues son como grandes reflectores que apuntan hacia el horizonte, y dividan desde lejos la oportunidad.
Nada puede derrotarlo ni robarle su éxito, sólo usted mismo. Ninguna condición, no importa cuán inhóspita, puede hundirlo o frustrar su objetivo de vida - si usted tiene un objetivo de vida.
Sólo su propia debilidad puede hacer eso---su falta de determinación, su falta de energía, su falta de columnas vertebral, su falta de confianza en sí mismo. Nada en el mundo puede hacer de usted un "cero a la izquierda sin importancia": ningún percance, ninguna condición, ni el entorno, nada excepto usted puede hacer eso.
Usted puede ser un don nadie si quiere, o un "alguien", si quieres. Depende de usted.
Usted puede hacer un éxito de su vida, usted puede lograr que su influencia siga viva por los siglos, o usted puede irse a la tumba como un don nadie inútil, sin haber creado ni una pequeña ola en la corriente de la vida de su época. Su suerte, buena o mala, depende de usted.
Pensar en su "desgracia", o en la mala suerte de no estar tan bien ubicado o "acomodado" como otros, es fatal para el éxito y la felicidad. Recuerde que nosotros debemos navegar en la dirección que tenemos de frente, y está dirección la determina nuestra forma de pensar, nuestra forma de hablar, nuestra forma de actuar. Somos como velas que se mueven con la dirección del viento, y nos movemos hacia uno y otro lado según lo que pensemos. Nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros sentimientos son como el viento que gira la veleta.
No conozco nada que tenga mayor influencia en la vida que el formar el hábito de pensar en uno mismo como afortunado, de verse a si mismo como alguien extremadamente afortunado por haber nacido donde nació; por haber nacido con la inclinación hacia cierto trabajo o talento particular; de verse como afortunado por lo que uno ambiciona y por las oportunidades que nos ha dado la vida para cumplirlo.
Estamos empezando a aprender que somos hechos, formados y moldeados por nuestros pensamientos, que son fuerzas tan reales como la fuerza de la electricidad.
Nuestro pensamiento nos está dando forma constantemente, para que nuestra imagen se corresponda con este pensamiento. Nosotros somos nuestros propios arquitectos, nuestros propios escultores. Siempre estamos remodelándonos, re-formandonos, para adaptarnos a nuestros pensamientos y emociones, a nuestros motivos, a nuestra actitud general hacia la vida.
Si pensamos que siempre tenemos "suerte", quizás no todo el tiempo seamos extraordinarios ejemplos de buena suerte, pero siempre estaremos felices, sonrientes y contentos, creyendo seguros que siempre nos llegará lo mejor que podemos obtener. Felices 24 horas.

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