sábado, 20 de febrero de 2016

PREVENCIÓN EN LA FAMILIA.


La Familia es la estructura social básica, que se configura por el interjuego de roles diferenciados (padre, madre e hijo). Es el modelo natural de la situación de interacción grupal.
Si los tres roles son negados o desatendidos aunque fuera por un sólo miembro del grupo se modifica la configuración esencial que condiciona la vida normal, creándose un estado de confusión y de caos.
Desde la psicología se puede analizar a la familia en tres niveles diferentes:
Nivel psicológico o psicosocial: Toma en cuenta la conducta del individuo en función de su propio medio familiar, las reacciones ante diferentes tipos de autoridad familiar, el impacto ante el ingreso de nuevos miembros en la familia, sus creencias y actitudes como resultado de la educación y experiencias familiares.
Nivel grupal o sociodinámico: Peligros exteriores que amenazan la felicidad de la familia, muerte o admisión de nuevos miembros en la familia que acarrean cambios en las relaciones de autoridad, prestigio, etc.
Nivel institucional: Teniendo en cuenta la estructura de la familias en las diferentes clases sociales: alta, media, baja, las transformaciones de la institución familiar debidas a crisis económicas, guerras, cambios de costumbres, etc.
La familia como modelo de prevención.
La familia constituye el molde en que se desenvuelve la especie, en ella se traslada en una u otra forma a los hijos y jóvenes futuros.
El proceso de socialización familiar incluye la enseñanza práctica y refuerzo de valores, significaciones y normas, así como de las conductas emetidas por los hijos en correspondencia con sus padres.
Las familias no son conscientes de tomar medias para prevenir el consumo de drogas, los padres creen que "los hijos son inmunes a esa clase de peligro". Deben ser concientes de que no pueden convertirse en custodios permanentes de los hijos (concurrir a una fiesta, a un club, etc), lo mejor es darles las herramientas necesarias para que puedan defenderse del engaño y de las presiones que ejerce el entorno: información, conceptos adecuados sobre la droga.
Hay mayor posibilidad de adicción entre los hijos de parejas divorciadas, debiendo compensar la intensidad y la calidad de la relación, es decir, que se separen los padres no quiere decir que se divorcien de los hijos.
"Los padres son el factor primordial en la prevención de la drogadicción". Criar hijos es una de las tareas más importantes que una persona puede desempeñar con mucho cuidado y amor, a conciencia y no existe preparación formal para ello. Muchos padres necesitan ayuda para enfrentar esta amenaza a la salud y al bienestar de sus hijos y vemos que los modelos heredados carecen de respuestas.
Sin dudas, "la felicidad de una persona depende en gran medida del tipo de relación que haya tenido con los padres". El amor y la comprensión hacen crecer a una persona en forma sana, lo mismo pasa con los límites, éstos deben guardar un justo equilibrio: si los padres tienen una sobreprotección con el chico, éste se convierte en dependiente, en cambio, el chico que desde los catorce años deambula en horarios nocturnos buscará la autoridad que no le fue dada en su casa y para lograrlo caerá en conductas delictivas.
Los padres deben transmitir ciertos valores fundamentales, que son necesarios para el estilo de vida del chico. Estos valores se dividen en:
Valores Personales: Autorrealización , ejercicio responsable de la libertad, orden y disciplina, tenacidad y perseverancia en el esfuerzo, honestidad.
Valores Sociales: Justicia, solidaridad, lealtad, altruismo, generosidad, etc.
Estos valores están sostenidos por el amor, que desemboca en la búsqueda permanente del bien, un fuerte vínculo familiar y una comunicación abierta promoviendo un desarrollo saludable que reduce las posibilidades de que los jóvenes caigan en las adicciones.
Los valores deben enseñarse con ejemplos cotidianos, y reconocimiento de los límites y las equivocaciones.
Una familia, entonces, debe tener: Valores, Principios y Normas para que cada uno de los miembros pueda madurar y crecer sano. El padre debe seguir conservando su autoridad, hecho que le permitirá a los hijos resolver cualquier crisis que se les presente. La autoridad bien entendida es aquella que se ejerce sobre el otro para que cumpla determinadas normas pero sin someterlo o ejerciendo un poder absoluto sino que se logra persuadiéndolo para que cumpla con esas normas, de esta manera, se logra un bien para él y para el grupo familiar. Las reglas o normas son acatadas con buena voluntad pero se debe tener en cuenta que deben ser claras y coherentes y principalmente no deben tener una carga adicional de interés personal, queja o amenazas. Ante el comportamiento negligente de los hijos, los padres se salen de las casillas, existen contestaciones agresivas, gritos , se sienten desanimados y abandonan el tema, por esta razón se debe recordar que la comunicación debe ser clara, expresada con calma y seguridad, debe ser cara a cara.
La falta de comunicación en una familia es, generalmente, involuntaria y frecuente. Es importante la postura que tienen los padres frente a la vida, si sienten insatisfacción o en lo personal si existen, por ejemplo, ilusiones incumplidas. Estas frustraciones se transmiten de una forma u otra, terminando en un conflicto profundo.
Para una buena comunicación padres e hijos deben estar dispuestos al diálogo, situación que debe partir de los cónyuges, éstos deben tener una comunicación abierta y sincera, este ejemplo será tomado y valorado por los hijos.
El diálogo familiar más importante es aquél en el que se expresa los sentimientos: la emoción, lágrimas, tristeza, afecto, abrazo, caricias, son actitudes que no deben ser escondidas y dejadas de lado por considerar que socavan la autoridad. En este sentido debemos recordar que la palabra adicto significa "sin adicción", el adicto es una persona que no puede manifestar los sentimientos; tanto el adicto como su familia tienen dificultades para comunicarse y expresar lo que sienten.
Podemos concluir este punto diciendo que no hay verdades absolutas, esto es , cada familia es un universo particular y crea sus propios mecanismos de convivencia y comunicación, sí siempre se puede guiar, corregir, prevenir y sobre todo educar.

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