miércoles, 20 de enero de 2016

En el proceso de recuperación no es infrecuente, por tanto, que surja el desánimo


En el proceso de recuperación no es infrecuente, por tanto, que surja el desánimo
Los problemas de dependencia a sustancias psicoactivas son difíciles de vencer. Se adquieren y mantienen durante un largo período de tiempo y, cuando la persona se da cuenta de que los padece, le parece como si hubiese estado en un largo letargo del que no era consciente ya que ahora están bien asentadas en su vida cotidiana. Por ello, aunque su abandono es posible, hay que ir superando varios obstáculos que suelen presentarse a lo largo de este camino.
En el proceso de recuperación no es infrecuente, por tanto, que surja el desánimo, al aparecer obstáculos en el camino, así como problemas de ansiedad y depresión. Emociones como la angustia, el aburrimiento, la soledad, la depresión, la tensión, la ansiedad, juegan un destacado papel como antecedentes de las conductas adictivas. El estrés y la depresión, junto a la angustia, son males de nuestro tiempo. Por ello es tan importante el conocimiento y control de las mismas. Si aparece algún obstáculo, especialmente de tipo emocional, la persona tiene que tener en mente que la meta que tiene que conseguir es: controlar su conducta adictiva, romper con ella y superarla para siempre.
Cuando surgen problemas de ansiedad, bien por el desánimo, bien por el propio proceso de recuperación de la conducta problema, es aconsejable realizar ejercicios de respiración y de relajación o técnicas de distracción. Esto ayudará a encontrarse mejor y, al mismo tiempo, a reducir la ansiedad. Con la práctica, a eliminarla totalmente.
Si tiene pensamientos depresivos debe hacer un programa de actividades que le lleven a estar ocupado y, de este modo, poder afrontar mejor su problema y manejarlo adecuadamente. La lista de actividades reforzantes que se han visto con anterioridad sirve aquí para superar estos sentimientos depresivos.
Igualmente es útil en esta etapa darse a sí mismo autoinstrucciones para superar los temores y los pensamientos negativos y distorsionados que vayan apareciendo. La recuperación es un proceso a lo largo de varias fases. Cada dificultad no debe verse en sentido negativo, sino al contrario; es un modo de apreciar que ciertas áreas las hay que trabajar más, o de que se debe prestar más atención a ciertos aspectos de la recuperación.
Descubra conductas alternativas
En el proceso de recuperación cobra gran importancia descubrir nuevas conductas, sustituir las viejas por otras nuevas, o cambiar unas por otras. Descubrir viejas aficciones o encontrar otras nuevas, así como hobbies, deportes, ejercicio físico, etc., tienen aquí un lugar importante.
Pero, lo más importante, no es buscar lo esotérico o lo desconocido. Hay que centrarse en el aquí y en el ahora; esto es, en lo cotidiano. En lo cotidiano, en el mundo circundante, podemos descubrir muchas cosas. Observe detenidamente su alrededor, las personas que están en él y cada pequeño detalle que crea insignificante. Podrá descubrir, redescubrir más bien, nuevas cosas que hasta ahora no era capaz de apreciar. Diversificando sus actividades, no centrándose en una sola, podrá comprobar lo que se le acaba de decir.
La familia, los amigos y el trabajo pueden ser de gran ayuda en descubrir cosas nuevas. Contando con su apoyo ello será posible. Si el apoyo lo ha perdido como consecuencia de su problema tiene la importante tarea de ganarlo, lentamente, sin prisas pero sin pausas. Esta, como otras tareas alternativas, le harán descubrir cosas nuevas y darse cuenta de que su dependencia le llevaba por mal camino y que había abandonado lo más importante para usted y para sentirse mejor consigo mismo-
Si ocurre una caída, puede remontarla
En el proceso de recuperación de las conductas adictivas no es infrecuente que se produzcan caídas en el proceso de recuperación e igualmente recaídas.
Actualmente se diferencia la caída de la recaída. La caída es la ocurrencia de la conducta problema una sola vez en el tiempo sin que se vuelva a repetir. Esto es, la persona vuelve a consumir y al darse cuenta de ello pone todos los mecanismos en marcha para no continuar haciéndolo. En caso de que no haga frente a esta situación de forma activa volverá a su consumo anterior. En este caso se habla de recaída. Pero para que se de la recaída tiene que darse antes la caída, que también se puede denominar "desliz". Por ello hay que centrarse en la caída, si ocurre, para no llegar a la recaída. Y, remontar la caída es mucho más fácil que enfrentarse a una recaída.
Las caídas y recaídas suelen darse asociadas a estados emocionales negativos, como la ansiedad y depresión, a situaciones de estrés, ante el dolor, la presión social al consumo o a realizar la conducta y a la pérdida del control personal.
Si le ocurre una caída o recaída lo que debe hacer es:
Deténgase, obsérvese y escúchese.
-Tranquilícese; no dé rienda suelta a sus pensamientos y sentimientos negativos por este incidente.
-Renueve su compromiso de abandono de su dependencia.
-Revise la situación que le ha llevado al consumo.
-Haga un plan para recuperarse inmediatamente.
-Pida ayuda, si ve que la precisa. Si cree que no puede superar por sí mismo su problema, otros podrán ayudarle eficazmente.
-Acuda a un profesional o centro de drogodependencias
Cuando una persona ve que por sí misma no puede superar su problema, entonces debe buscar ayuda en un profesional, en un centro de drogodependencias o en otros servicios que existan en su comunidad. Sin embargo, aun acudiendo a ellos, ya habrá ganado mucho en el proceso de recuperación si con anterioridad ha intentado por sí mismo abandonar el consumo de la sustancia o sustancias.
Ser feliz es más sencillo de lo que parece
Ser feliz, entendido en este sentido, o más feliz que antes, se consigue siendo la persona lo que quiera ser, pero no dependiendo de una sustancia. En tal caso no es libre; es dependiente. Ser uno mismo, poder elegir, implica controlar a la sustancia y no al revés, que la sustancia le tenga controlado.
Cuando una persona tiene control personal, cuando siente que lo que hace lo hace porque quiere hacerlo y lo hace cuando quiere, entonces tiene un sentido de libertad que implica sentirse bien consigo mismo y feliz. Ello se aprecia en estar más contento, dar importancia a las cosas sencillas, redescubrir el mundo de su entorno y, en suma, aceptarse mejor a sí mismo. Este es el camino de ser más feliz. Y, ser feliz, es más sencillo de lo que parece y el conseguirlo está dentro de nosotros mismos, no fuera, ni en los productos químicos ni en las conductas adictivas. Nuestro organismo nos permite gratificarnos y ser nosotros los que guiemos esa gratificación y no que nos venga impuesta de fuera y que no la podamos controlar

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