miércoles, 28 de enero de 2015

Recuperación y el fenómeno de “tocar fondo”:


Fernando Antonio Reyes Crespo

La recuperación es un proceso mediante el cual la persona adicta interrumpe el deterioro progresivo que es típico de este desorden y comienza un restablecimiento constante en las áreas de vida afectadas. Para lograr avanzar en la recuperación es necesario que la persona adicta realice cambios en su forma de pensar y de actuar, así como cambios en sus estilos y patrones de vida. El resultado de una recuperación satisfactoria es una persona con una calidad de vida en franca mejoría, estilos de vida mas sanos y un nuevo sentido de su misión vital, así como una mejoría en su forma de relacionarse, y mayor capacidad para no tomarse demasiado en serio. De esa manera el proceso por el cual una persona enferma de adicción, pasa de la etapa de consumo a la recuperación, es un proceso dinámico, que consta de diversas etapas y posee características específicas.
Puesto que la adicción implica una distorsión de la percepción, sólo algunos acontecimientos importantes pueden provocar que el adicto cuestione la validez de su percepción. El acontecimiento o acontecimientos que ocasionan este descubrimiento algunas veces se llaman “tocar fondo”. “Fondo” no necesariamente significa una total desconexión social, pérdida de familia, de la escuela o del empleo; no implica un completo desastre. Significa que algo sucedió en la vida del adicto que tuvo el impacto suficiente para que éste desee cambiar por lo menos parte de su estilo de vida. Una ley de la conducta humana, que parece tan inquebrantable como la de la gravedad física puede muy bien ser llamada “ley de la gravedad humana”: la persona gravitará de una condición que parece ser de gran sufrimiento a una condición que parece ser de menos sufrimiento, y nunca en sentido opuesto. Según esta ley, es imposible que una persona elija sufrir más. Cualquier tentativa de invertir la dirección de la elección será tan inútil como intentar que el agua fluya hacia arriba de una colina.
La abstinencia, por lo menos al principio, provoca sufrimiento, algunas veces inquietud psicológica, y otras malestar físico. Si intentamos que los adictos abandonen su consumo de alcohol u otras drogas, esencialmente les estamos pidiendo que elijan un mayor sufrimiento, lo cual va más allá de la capacidad humana. Partiendo de este análisis, parecería que debemos suspender todos los esfuerzos de tratamiento. ¡El tratamiento no puede funcionar! Pero sabemos que es un hecho que funciona y que las personas logran llegar a la sobriedad. ¿Cómo sucede?.
Aunque la ley de gravedad humana es inviolable, y la dirección nunca cambia, es posible que las personas cambien sus percepciones. Pueden aprender a ver que su consumo de sustancias químicas es causa de un mayor sufrimiento y que la abstinencia implica uno menor.
¿Cómo se da este cambio de percepción? Todas las sustancias químicas que alteran la mente causan tarde o temprano algún tipo de inquietud:
la pérdida de respeto por parte de la familia y amigos
la amenaza de perder el empleo
mal rendimiento escolar
graves síntomas gastrointestinales
resacas
alucinaciones
caídas y hematomas
ataques convulsivos
ataques cardíacos
la inquietud de mala memoria
la amenaza de encarcelamiento
el terror de los delirios
Cuando estos signos y síntomas de éstos, llega al punto crítico, en que el sufrimiento es igual o superior a cualquier alivio que ofrezca la sustancia química, entonces cambia la percepción de la persona de lo que es una mayor o menor inquietud.
Entonces esto es lo que sucede cuando se toca fondo. El fondo no es más que un cambio de percepción, en el que la abstinencia se percibe como una inquietud menor que el consumo de sustancias químicas.

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