La trampa del salvador está llena de engaño. Casi todas las mentiras promovidas por este son nocivas par el salvador, porque socavan su sentido de la propia valía, su tranquilidad espiritual, su sentido de seguridad y su responsabilidad. Sin embargo, una de las mentiras de la citada trampa es nociva para los otros, para esas mismas personas a quienes el salvador trata de ayudar. La trampa del salvador afirma que cuando éste " ayuda" a otros, éstos se benefician. La verdad de la cuestión es que los salvadores hacen daño cuando ayudan.
Fingen querer a otros, cuando en realidad sufren de una adicción poderosamente destructiva. Acaso el ser adicto a ayudar a otras personas no parezca una dolencia tan terrible. Después de todo, ¿cómo es posible que el ayudar sea algo destructivo?.
Cuando alguien está dominado por la trampa del salvador, no controla sus decisiones, sus sentimientos ni el efecto que tiene sobre los demás. No es el amor la motivación de quien está cogido en esta trampa. Es posible que los salvadores prediquen sermones elocuentes para sus feligreses, que enseñen verdades complicadas a sus alumnos, que desentrañen misterios psicológicos para sus pacientes, que den su última moneda a los pobres, y más..., pero no po amor. Al contrario, les motivan sentimientos de insuficiencia y de impotencia, de obligación y de ira. Ser un "ayudador" puede ser tan adictivo, compulsivo y destructivo como cualquiera otra adicción.
Dicho lisa y llanamente, los salvadores utilizan su propio dolor interior. La compulsión a ligarse con personas que les recuerden a sí mismo está motivada por la necesidad de sentir el dolor de otros para poder sentir el suyo propio. Los salvadores captan un atisbo de sus heridas en el dolor de otros, oyen un eco de su dolor en el llanto de un amigo. Esta fea verdad está escondida por la divulgación de sus "buenas acciones".
Lo que otros pueden necesitar les pasa a menudo inadvertido, puesto que ellos evalúan mal la situación. Es imposible dar o recibir genuinamente amor cuando se está cogido en la trampa del Salvador.
El apóstol Pablo resumió claramente el dilema del salvador cuando se refirió al amor e 1 Corintos 13:
"Si hablo con lenguas de hombres y ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un batintín resonante o un címbalo estruendoso . Si tengo el don de la profecía y puedo sondear todos los misterios y todo el saber, y si tengo una fe que puede mover montañas, pero no tengo amor, nada soy. Si doy lo que poseo a los pobres y entrego mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, nada gano."
Bibliografía.
Cuando ayudarte significa hacerme daño.
Autora; Carmen Renee Berry
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