Jose Ramirez
Me pide un compañero que le provea más información sobre el Tercer Paso. Haré un esfuerzo por comunicarle mi experiencia en este paso tan difícil por abstracto e intangible. Porque el Tercer Paso se trata de entregar vida y voluntad a un Poder Superior y eso no hay manera de probar que se hizo. Nadie puede medir entrega. Sólo uno en su intimidad puede reconocer si verdaderamente se ha entregado sin reservas a un Poder Superior.
Me pide un compañero que le provea más información sobre el Tercer Paso. Haré un esfuerzo por comunicarle mi experiencia en este paso tan difícil por abstracto e intangible. Porque el Tercer Paso se trata de entregar vida y voluntad a un Poder Superior y eso no hay manera de probar que se hizo. Nadie puede medir entrega. Sólo uno en su intimidad puede reconocer si verdaderamente se ha entregado sin reservas a un Poder Superior.Hay dos pasos previos al Tercer Paso
Hay que comprender que el Tercer Paso culmina un proceso que se inició en el Primer Paso cuando reconocimos dos cosas: impotencia e ingobernabilidad. La admisión de derrota tiene que ser completa. Tenemos que estar seguros en lo más íntimo de nuestro ser de queno podemos contra el poder de la adicción/alcoholismo/dependencia. Tenemos que ver, verdaderamente ver que nuestra vida era ingobernable, que estaba loca y sin idea bajo el poder, muy superior a nosotros y nuestra voluntad, de las sustancias. Eso es lo primero.
Lo segundo. El convencimiento de esta insanidad que vivíamos, tratando de controlar lo incontrolable, debe convencernos en el Segundo Paso de que como nosotros no podemos, sólo un Poder Superior a nosotros podrá. Es decir, del Segundo Paso hemos de salir convencidos, sin lugar a dudas, de que necesitamos un Poder Superior para vivir.
Hay que comprender que el Tercer Paso culmina un proceso que se inició en el Primer Paso cuando reconocimos dos cosas: impotencia e ingobernabilidad. La admisión de derrota tiene que ser completa. Tenemos que estar seguros en lo más íntimo de nuestro ser de queno podemos contra el poder de la adicción/alcoholismo/dependencia. Tenemos que ver, verdaderamente ver que nuestra vida era ingobernable, que estaba loca y sin idea bajo el poder, muy superior a nosotros y nuestra voluntad, de las sustancias. Eso es lo primero.
Lo segundo. El convencimiento de esta insanidad que vivíamos, tratando de controlar lo incontrolable, debe convencernos en el Segundo Paso de que como nosotros no podemos, sólo un Poder Superior a nosotros podrá. Es decir, del Segundo Paso hemos de salir convencidos, sin lugar a dudas, de que necesitamos un Poder Superior para vivir.
El Tercer Paso: no podemos, quizás otro más grande puede, entregamos la vida a ese para que se encargue de nosotros
El proceso del Primer, Segundo y Tercer Paso lleva una cadena lógica: reconocemos que no podemos, estamos dispuestos a creer que algo más grande y poderoso que podrá y entonces, entregamos vida y voluntad a ese Poder Superior.
El proceso del Primer, Segundo y Tercer Paso lleva una cadena lógica: reconocemos que no podemos, estamos dispuestos a creer que algo más grande y poderoso que podrá y entonces, entregamos vida y voluntad a ese Poder Superior.
Las dudas, reservas, son el problema aquí
Preguntas como qué es un Poder Superior, si existe o no existe Dios son irrelevantes en este proceso. El punto es que creamos en algo más grande y amoroso y nos pongamos en sus manos. Todo lo demás sobra.
Preguntas como qué es un Poder Superior, si existe o no existe Dios son irrelevantes en este proceso. El punto es que creamos en algo más grande y amoroso y nos pongamos en sus manos. Todo lo demás sobra.
Mi experiencia con el Primer y el Segundo Paso
Llegué derrotado al Programa de Doce Pasos. No soportaba el dolor y estaba convencido de que no podía con la dependencia. Mi vida era un desastre, era obvio. Por otra parte, yo no tenía ninguna fe.En Dios no creía. Para mi ese era un fraude. Sin embargo: necesitaba creer.
Tenía un gran problema y el Programa de Doce Pasos, que era mi única esperanza, me decía que tenía que estar dispuesto por lo tanto para mi fue bien sencillo: tenía que creer. Y eso hice, creí que lo que a otros le había funcionado me funcionaría a mi también. Es decir, mis reservas, mis dudas, me las tragué, pero podría decirse que me las met… por el…. (sí, por ahí, mismo.) 
Yo iba a hacer lo que fuera por salir de aquella miseria y dolor. No tenía dudas sobre mi fracaso, necesidad y determinación.
Llegué derrotado al Programa de Doce Pasos. No soportaba el dolor y estaba convencido de que no podía con la dependencia. Mi vida era un desastre, era obvio. Por otra parte, yo no tenía ninguna fe.En Dios no creía. Para mi ese era un fraude. Sin embargo: necesitaba creer.
Tenía un gran problema y el Programa de Doce Pasos, que era mi única esperanza, me decía que tenía que estar dispuesto por lo tanto para mi fue bien sencillo: tenía que creer. Y eso hice, creí que lo que a otros le había funcionado me funcionaría a mi también. Es decir, mis reservas, mis dudas, me las tragué, pero podría decirse que me las met… por el…. (sí, por ahí, mismo.) Yo iba a hacer lo que fuera por salir de aquella miseria y dolor. No tenía dudas sobre mi fracaso, necesidad y determinación.
Yo iba a hacer lo que fuera por salir de aquella miseria y dolor. No tenía dudas sobre mi fracaso, necesidad y determinación.El Tercer Paso, la entrega
Yo, al igual que el compañero que me pidió ayuda estaba desorientado y una noche me topé con un amigo de rodillas orando. Al verlo me dije, “si esa es la manera de entregar vida y voluntad, yo me arrodillaré.” Y así lo hice. No fue complicado. Sencillo: a pesar de mis “dudas y preguntas profundas e inteligentes”, me arrodillé y busqué más allá de mi un Salvador.
Comencé a arrodillarme a diario y le decía a Dios/Poder Superior/Salvador, “me entrego a ti, no puedo más, toma mi vida y mi voluntad.” Al comienzo lo hice con muchas dudas, sintiéndome falso, hipócrita e incómodo pero poco a poco fui dejándome ir y encontré “algo” del otro lado que me recibió. Comencé a tener algún atisbo del Poder Superior y me gustó.
Yo, al igual que el compañero que me pidió ayuda estaba desorientado y una noche me topé con un amigo de rodillas orando. Al verlo me dije, “si esa es la manera de entregar vida y voluntad, yo me arrodillaré.” Y así lo hice. No fue complicado. Sencillo: a pesar de mis “dudas y preguntas profundas e inteligentes”, me arrodillé y busqué más allá de mi un Salvador.
Comencé a arrodillarme a diario y le decía a Dios/Poder Superior/Salvador, “me entrego a ti, no puedo más, toma mi vida y mi voluntad.” Al comienzo lo hice con muchas dudas, sintiéndome falso, hipócrita e incómodo pero poco a poco fui dejándome ir y encontré “algo” del otro lado que me recibió. Comencé a tener algún atisbo del Poder Superior y me gustó.
Resumiendo la entrega
El tercer paso es una entrega total del que ya trató de hacerlo a su manera y esta plenamente convencido de que el no puede pero que otro tiene que poder. Entonces y sólo entonces se pone en las manos de ese otro, esperando todo de El. Su vida depende de eso.
El tercer paso es una entrega total del que ya trató de hacerlo a su manera y esta plenamente convencido de que el no puede pero que otro tiene que poder. Entonces y sólo entonces se pone en las manos de ese otro, esperando todo de El. Su vida depende de eso.
¿Cual fue tu experiencia con el Tercer Paso?
¿Has entregado tu vida a un Poder Superior amoroso? Si has entregado tu vida y voluntad a Dios, comparte con otros tu experiencia en los comentarios. Recuerda: conservamos lo que tenemos en la medida que lo compartimos.
¿Has entregado tu vida a un Poder Superior amoroso? Si has entregado tu vida y voluntad a Dios, comparte con otros tu experiencia en los comentarios. Recuerda: conservamos lo que tenemos en la medida que lo compartimos.
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