miércoles, 19 de febrero de 2014

Relaciones tóxicas y autoprotección

Hace poco escribía sobre las Relaciones Sociales y lo complicado y complejo que se convirtió para mí este mundo cuando inicié el tratamiento de adicciones. Esto ha provocado que recuerde algo que fue muy significativo para mí una vez fue avanzando el tratamiento, y se trata de esas personas tóxicaspara la recuperación, o simplemente relaciones imposibles al no existir ya consumo de por medio.
ACEPTAR Y RECONOCER RELACIONES QUE NO CONVIENEN
relaciones-toxicasCuando empiezas el tratamiento y comienzas a recibir las normas y compromisosque has de tener, algunas cosas las entiendes, otras no, y existían algunas que simplemente dudabas de poder cumplirlas por creer que tal vez fuesen excesivas. A pesar de haber ido por mi propio pie al centro de adicciones, era inevitable que la personalidad del adicto estuviese presente e intentara hacerse fuerte.
Una de estas normas consistía en dejar de relacionarme con gente que consumieracualquier tipo de sustancia. He de reconocer que al vivir en una ciudad que no era la mía, y haber pasado la mayor parte del tiempo de consumo de los últimos años en soledad, hicieron esto más sencillo. Pero incluso así, me resulto complicado cumplirlo, y que decir de entenderlo.
Creía tenerlo claro, saber que si no debía de estar con gente que consumía, era porque evitaría consumir yo, y ya está, dilema resuelto. Al principio era bastante frecuente esta actitud, la de creer que lo entendía todo, la de estar seguro de saber el porqué de las cosas y creerme capaz de poder decidir si realmente era necesario, o no, esa norma. Por supuesto, encajar algo que no entrase dentro de lo aceptable para mí, se hacía difícil, se convertía en motivo de discusión con el terapeuta, y llegando a ser incumplido en algunas ocasiones.
Centrándonos en el caso de evitar las relaciones tóxicas, recuerdo que en ocasiones amigos de otras ciudades venían a visitarnos. A veces estos eran consumidores de alguna sustancia. Yo planteaba estas visitas en las sesiones con los terapeutas y compañeros, hablábamos sobre ello, se acordaba una forma de actuación por mi parte, una serie de compromisos.
En concreto, en una de estas visitas, vinieron unos amigos donde él era consumidor de cannabis. Yo tendría que  hablar con él y su pareja, decirles que me encontraba en tratamiento, y por supuesto, él no podría consumir delante de mí, es más, no debía de entrar ningún tipo de sustancia en casa. Bueno, he de decir que si cumplí con el compromiso de decir que me encontraba en tratamiento, pero con lo del consumo la cosa fue diferente. El llego a consumir en casa, yo no le dije nada, es más, cuando salía al jardín a fumarse algún porro, yo salía con él. En ningún momento le di calada alguna a los porros que se fumaba, fui capaz de controlarme en todo momento, y esto era algo que yo entendía como muy positivo.
Tras la visita, llegaba la cita con el grupo de terapia, y tocaba exponer como había ido todo. Al principio del tratamiento, se repetía una tónica que llegaba a resultar irritante, desesperante diría yo, y es que en muchas ocasiones exponía situaciones en las que tenía claro que todo había ido fantásticamente, que mi actuación había sido de diez, y me encontraba que no, que realmente la había cagado, que no solo no cumplí con los compromisos y normas adquiridos, sino que además me había expuesto de forma peligrosa a una recaída. Esto me molestaba muchísimo, me sentía ahogado, no entendía nada, y llegaba a pensar que los terapeutas en realidad se pasaban de listos.
Yo lo tenía claro, había sido capaz de no consumir, al fin y al cabo se trataba de eso ¿no?, y lo había hecho, no entendía a que tanto revuelo.
LA IMPORTANCIA DE ENTENDER QUE SE TRATA DE PROTEGERSE Y EL POR QUE DE LAS COSAS
Cuando consigues entender que no permitir ese consumo delante de ti es un acto de protección hacia ti mismo, de preocuparte más de ti que de ofender al otro por no permitirle hacerlo, todo cambia. Cuando consigues entender ¿qué son los estímulos?, y la importancia que tienen estos, todo cambia. Pero en mi caso hubo dos cosas que fueron vitales, y fueron entender que habría cosas que no comprendería al principio, pero que debía ser consciente que tendrían que ser asi, y que mi compromiso hacia ellas debía ser del cien por cien, y la segunda fue que ser honesto conmigo mismo no podría ser una opción, sino la única opción.
Llegado a este punto descubrí que muchas de las relaciones que tenía hasta entonces dejaron de tener sentido al no haber consumo de por medio. No se trataba de buenos o malos, simplemente no había nada entre nosotros a parte de ese compartir rayas y copas. Cuando coincidíamos apenas cruzábamos dos palabras, y en la mayoría de las ocasiones esas palabras eran de juergas o consumos que había tenido esa otra persona, algo que poco a poco fui evitando.
Esto era duro de llevar, me encontraba entre dos mundos, abandonaba el de las relaciones con gente tóxica, pero no lograba encontrar mí sitio en el nuevo que aterrizaba, en ese que no se consumía. No encajaba en ninguno y esto me daba miedo, sentía una gran soledad y frustración.
Hoy día las cosas son diferentes, como ya conté en otro post, no voy sobrado de relaciones sociales, pero ya no tengo esa sensación de no encajar, únicamente no he terminado de crear mi propio ecosistema social, pero si sé a que mundo pertenezco, lo tengo muy claro. Es más, el tener conciencia de  aquellos compromisos, hace que sea capaz de poder mantener relación con algunos amigos que si tengo muchas cosas que compartir, a pesar de que ellos aun consuman, porque ambos sabemos nuestros límites y condiciones, yo me protejo y ellos me respetan.

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