jueves, 10 de octubre de 2013

La Esquizofrenia en el SXXI


Esquizofrenia
Existe un grupo de enfermos mentales cuyo radical común es la incomprensión de su conducta, con alteraciones sensoperceptivas y de la realidad. Se trataría de individuos que de forma brusca o insidiosa se tornan raros, retraídos, aislados, con posibles delirios o alucinaciones, con incompetencia para la vida cotidiana variable, con conciencia de la realidad alterada y a la vez de sí mismo. Su vida y actos no tienen una finalidad clara y definida, y por ello cambian hacia una cierta mayor o menor incompetencia psicosocial. La familia nota cambiado al paciente, no comprende qué le pasa y por qué.
A finales del siglo XIX se fueron agrupando en diferentes categorías según los síntomas más llamativos. El doctor Bénédict Morel fue el primero que acuñó a esta enfermedad como “Demencia Precoz” y más tarde, en 1898, fue el también psiquiatra Emil Kraepelin el que los integró en una Entidad Clínica y los denominó también “Demencia Precoz”. Kraepelin definió entonces la enfermedad como una serie de síndromes clínicos, cuya característica común era la destrucción de la armonía interna de la personalidad con preferente participación de la afectividad y la voluntad, y la llamó de esa manera, por la temprana edad de aparición (Precoz) y por la terminación en gran deterioro (demencia, diferenciándola de las demencias seniles, al desarrollar características sintomáticas propias).
El doctor Emil Kraepelin distinguió 3 Tipologías Clínicas: Catatónica, Hebefrénica y Paranoide, clasificación aún en vigor. Se limitó al estudio descriptivo y las consideró como la expresión psíquica de una Enfermedad Somática.
El psiquiatra suizo Eugen Bleuler en 1908 acuñó el término “Esquizofrenia”(“Mente Escindida”) y habló del grupo de las esquizofrenias, que, aunque pensando que se trataba de una enfermedad unitaria, tenía diferentes formas de presentación, variedad de síntomas y curso evolutivo. Aún hoy, la Esquizofrenia es de causa desconocida, aunquese piensa que hay factores heredobiológicos implicados y también psicosociales, sin que sepamos cómo actúa la interacción genes-medio, quizás por el estrés y múltiples reacciones en cascada de diferentes neurotransmisores cerebrales.
La clave está en la “Ruptura del YO”, la “Mente Escindida”, que se distribuye de manera unitaria en la población, independientemente del ámbito cultural o geográfico;enfermedad mental que va a padecer alrededor del 1% de la población mundial. Suele empezar sobre los 14 a los 30 años, siendo rara en otras edades.
Todas estas concepciones iniciales de la enfermedad, se daban más en épocas preterapéuticas, pero hoy en día y desde hace décadas sabemos que muchos pueden mejorar o curarse y casi todos se pueden beneficiar de los tratamientos integrados psicofarmacológicos (antipsicóticos) y rehabilitadores psicosociales cognitivos y de habilidades, y, sobre todo,cuando se hace el diagnóstico y el tratamiento precozmente. Por ello, resulta determinante si se “psicoeduca” a paciente y familia sobre la necesidad de la adherencia continuada hacia la toma del tratamiento y a evitar la patología dual (consumo de tabaco, alcohol, cannabis, cocaína, etc.), además de hacer por parte del psiquiatra unseguimiento muy continuo y estrecho.
Hay que generar en los pacientes y familiares autoridad y conocimiento en el plano técnico y afectivo de la enfermedad, ya que pertenece a una patología psiquiátrica “dura”, generando alarma social y, en muchos casos, estigmatizándolos y rechazándolos. De ahí lanecesaria psicoeducación tanto de pacientes como familiares y de la sociedad en general, con programas educativos e informativos como el de laOrganización Mundial de la Salud“La Esquizofrenia Abre sus Puertas”,presente en todos los medios de comunicación. En ese sentido, a veces integrando la enfermedad en la propia cultura y en la sociedad, se ayuda a darla a conocer y a vencerla en muchos casos. Fue inestimable el papel que jugó la película sobre el matemático John Forbes Nash, Premio Nobel de Economía en 1994, “Una Mente Maravillosa”, al que tuve el honor y placer de conocer, así como compartir charlas en reuniones científicas en el campo de la Psiquiatría.
Lo más llamativo y alarmante para la sociedad, son los comportamientos delirantes o alucinatorios, acompañados en alguna ocasión de actos violentos o disruptivos, pero nos olvidamos que la violencia en los enfermos esquizofrénicos no es superior a la medida de la población no afectada por esta enfermedad.
Creemos que hay un defecto prefrontal cerebral en la capacidad de la mente para unificar los procesos del pensamiento y los fenómenos psíquicos. Las Neurociencias con sus grandes avances junto a la integración de otros muchos campos de estudio e investigación científica nos darán la clave etiológica final y entonces dispondremos de mejores tratamientos para los pacientes. Pero por encima de todo está el diagnóstico y el tratamiento precoz, hecho por buenos clínicos, que saben su oficio, sin extremismos doctrinales.
La mayoría de los pacientes, cuando son tratados correctamente de modo personalizado y se les transmiten unas reglas de comportamiento y educación dentro de su entorno social, pueden vivir normalmente, trabajar, relacionarse, casarse, etc. Es, en definitiva, una enfermedad a la que no se le debe dar tregua en el ámbito asistencial, docente e investigador porque hay esperanza real para quienes la padecen y sus seres queridos.
Dr. Alfonso Chinchilla Moreno
Presidente de Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad Autónoma de Madrid

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