jueves, 21 de marzo de 2013

Somos una familia, sin importar de qué parte del mundo hemos venido.


Cielo Estrella

En Colosenses 3: 5-10, Leemos las instrucciones de Pablo respecto a convertirnos
en una nueva creación en Cristo. Sus palabras hoy son no menos impresionantes,
porque todos poseemos las características que corresponden a nuestra naturaleza
terrenal (v. 15). Quizá estemos involucrados en un sinnúmero de actitudes
pecaminosas. La lista es interminable. ¿Acaso hay algo que te gustaría eliminar de
tu vida? ¿No anhelas convertirte en una nueva creación en Cristo? podrías estar
siguiendo el consejo de Pablo dado a los colosenses: «Pero ahora abandonen también
todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse
unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios,
y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento
a imagen de su Creado» (Col. 3: 8-10).
Nuestras nuevas personas (Col. 3: 12-14), se caracterizarán por los siguientes rasgos:
Compasión. Piensa en lo compasivo que fue Jesús, como él ayudó a los enfermos y a
los necesitados. A diario durante una semana muestra compasión a alguien haciendo
algo que supla una de sus necesidades. Quizá eso se convierta en un hábito.

Humildad. No pienses que eres mejor que los demás. Todos somos pecadores en
necesidad de un salvador. Cuando aceptamos a Cristo como ese salvador nos
convertimos en hermanos y hermanas de los demás que lo han aceptado. Somos
una familia, sin importar de qué parte del mundo hemos venido.

Bondad y gentileza. Además de la humildad, estas dos características nos ayudan
a coexistir en forma pacífica con todo tipo de persona. Seamos bondadosos y amables
en nuestro trato con todos, tanto con los animales como con otros elementos
del ambiente que Dios creó para que los disfrutáramos.

Perseverancia. Ora a diario pidiendo fortaleza para perseverar hasta que Cristo regrese,
tomando en cuenta las muchas tentaciones que nos rodean.
Amor. «Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto» (Col. 3: 14).
PARA COMENTAR

1. ¿Cuál de los rasgos anteriores necesitas más? Pide a Dios que te ayude a desarrollar
dicho rasgo.
2. ¿Qué puedes decirle a aquellos que piensan que le es imposible desarrollar dichos
rasgos porque son pecadores?
Somos una familia, sin importar
de qué parte del mundo hemos venido.
En Colosenses 3: 5-10, Leemos las instrucciones de Pablo respecto a convertirnos
en una nueva creación en Cristo. Sus palabras hoy son no menos impresionantes,
porque todos poseemos las características que corresponden a nuestra naturaleza
terrenal (v. 15). Quizá estemos involucrados en un sinnúmero de actitudes
pecaminosas. La lista es interminable. ¿Acaso hay algo que te gustaría eliminar de
tu vida? ¿No anhelas convertirte en una nueva creación en Cristo? podrías estar
siguiendo el consejo de Pablo dado a los colosenses: «Pero ahora abandonen también
todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse
unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios,
y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento
a imagen de su Creado» (Col. 3: 8-10).
Nuestras nuevas personas (Col. 3: 12-14), se caracterizarán por los siguientes rasgos:
Compasión. Piensa en lo compasivo que fue Jesús, como él ayudó a los enfermos y a
los necesitados. A diario durante una semana muestra compasión a alguien haciendo
algo que supla una de sus necesidades. Quizá eso se convierta en un hábito.

Humildad. No pienses que eres mejor que los demás. Todos somos pecadores en
necesidad de un salvador. Cuando aceptamos a Cristo como ese salvador nos
convertimos en hermanos y hermanas de los demás que lo han aceptado. Somos
una familia, sin importar de qué parte del mundo hemos venido.

Bondad y gentileza. Además de la humildad, estas dos características nos ayudan
a coexistir en forma pacífica con todo tipo de persona. Seamos bondadosos y amables
en nuestro trato con todos, tanto con los animales como con otros elementos
del ambiente que Dios creó para que los disfrutáramos.

Perseverancia. Ora a diario pidiendo fortaleza para perseverar hasta que Cristo regrese,
tomando en cuenta las muchas tentaciones que nos rodean.
Amor. «Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto» (Col. 3: 14).
PARA COMENTAR
1. ¿Cuál de los rasgos anteriores necesitas más? Pide a Dios que te ayude a desarrollar
dicho rasgo.
2. ¿Qué puedes decirle a aquellos que piensan que le es imposible desarrollar dichos
rasgos porque son pecadores?

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