martes, 19 de abril de 2011

Mi mejor amiga la Cocaina

Mi mejor amiga, la cocaína. Mi compañera ideal en mis peores momentos y ahora que es cuando más lo necesito, me traiciona. Me clava un puñal en lo más hondo de mi corazón; me duele, me duele mucho, cada vez más y por más que intento volver a recuperar su amistad, no lo consigo. Quiero que continúe siendo mi compañera de viaje, pero ella una y otra vez me rechaza. Pero, ¿por qué?, ¿no lo entiendo?, ¿qué es lo que ha cambiado?, ¿me he convertido en un adicto a la cocaína cuando yo decía que controlaba?, ¿necesitaré tratamiento?. Una y otra vez me esfuerzo en revivir mis recuerdos...quiero volver a sentir euforia, espontaneidad en las relaciones sociales, aumento de la energía, mayor rendimiento intelectual, aumento del apetito sexual y de la potencia...Sin embargo, una y otra vez me encuentro en la peor de mis pesadillas; siento un estado crónico de humor negativo, irritabilidad y ansiedad, fatiga crónica, paranoia y tendencia a la retracción social, carencia de atención y concentración, apatía, inhibición del deseo sexual e impotencia.

Si tu querida dama blanca se ha convertido en la dama de negro, has traspasado la línea entre el consumidor esporádico y el adicto a la cocaína. Llegado a este punto, tienes dos alternativas:
•Continuar consumiendo cocaína, una y otra vez, en busca de un efecto y un recuerdo que nunca más volverán a aparecer (porque has cruzado la línea imaginaria y ya no hay marcha atrás). El único camino que existe por esta vía es incrementar la sensación de angustia, desesperanza y que las consecuencias negativas vayan acumulándose (rupturas de pareja, deudas, despidos de trabajo y finalmente la muerte).
•Buscar ayuda, comenzar un tratamiento y volver a recuperar un vida completamentamente satisfactoria, sin necesidad de consumir ningún tipo de droga.
¿Cómo he llegado a ésta situación?
La dopamina es un neurotransmisor cerebral encargado de que el ser humano mantenga un estado de ánimo estable y pueda sentir gratificación o placer con las actividades habituales de la vida cotidiana, ¿pero qué ocurre cuando la persona ha desarrollado una adicción a la cocaína?. Aparece la gran paradoja de la cocaína:
En el inicio del consumo, cuando la persona toma cocaína, su cerebro genera una gran cantidad de dopamina, y esta la razón de la intensa sensación de placer que experimenta el consumidor y el alto potencial adictivo de la cocaína. En ésos momentos el consumidor encuentra, euforia, espontaneidad en las relaciones sociales, aumento de la energía, mayor rendimiento intelectual, interés por la gente, aumento del apetito sexual y de la potencia...Cuando el consumo se ha cronificado y se ha desarrollado la adicción, este sistema se ha sobrecargado, las células ya no tienen dopamina y los excesos de dopamina generados por la cocaína pasan factura y el cerebro es incapaz de producirla. En ese momento se experimenta un estado intenso de apatía y depresión. Hay una incapacidad para disfrutar de la vida. Llegado a este punto, el consumidor se ve atrapado en un círculo vicioso, al desear curiosamente la sustancia que le produce la depresión.
La adicción a la cocaína es una enfermedad, que necesita un tratamiento específico, para que el adicto que necesita ayuda sea capaz de volver a disfrutar de su vida sin necesidad alguna de volverla a consumir.




Jose Guillermo Fernandez Menendez

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