viernes, 27 de enero de 2017

REFLEXIÓN SOBRE LA ADICCIÓN.

Algunas personas son más susceptibles a la adicción que otras. Son susceptibles a ella las personas que no saben cómo establecer relaciones saludables y les han enseñado a no confiar. Deben haber sido tratadas mal por otros mientras crecían, y como resultado nunca aprendieron a relacionarse adecuadamente.
Si la persona fue criada en una familia donde la cercanía no era una realidad, estará más propensa a establecer una relación adictiva por dos razones. La primera, por haber aprendido a distanciarse de la gente y a no relacionarse con ella. Segundo, el crecer en ese tipo de familia le ha dejado un profundo sentimiento de soledad que no ha querido o no ha podido cambiar. La adicción le brinda la ilusión de ese cambio. Si ha crecido en una familia donde la gente era tratada como objeto más que como persona, ha aprendido entonces la lógica adictiva.
La adicción es una creencia activa en un compromiso ante un estilo de vida negativo. La adicción comienza y crece cuando una persona abandona los caminos naturales de satisfacción de necesidades emocionales al conectarse con otra gente, con su propia comunidad, consigo mismo y con un poder espiritual superior. El repetido abandono de uno mismo y de los valores propios en favor de la elevación adictiva, causa el desarrollo de la adicción y su gradual poder.
La adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social. Esto quiere decir que las causas de la adicción son múltiples e interaccionan de una manera compleja para producir el desorden adictivo. Su etiología no lineal, multifactorial y sistémica hace difícil comprenderla con una visión lineal o simplista de: una causa, un efecto.
Este hecho es además importante en el tratamiento de estos desórdenes pues cada persona es diferente y muestra distintos matices del problema de modo que es necesario individualizar cada caso y realizar un estudio amplio de la historia personal y familiar antes de hacer un diagnóstico.
Factores biológicos, genéticos, psicológicos y de personalidad, socio-culturales, familiares, espirituales se unen en una interacción multisistémica produciendo primero la predisposición y luego con la exposición al factor desencadenante, que podría ser: sustancias psicotrópicas, juego, sexo, relaciones, comida, etc.; se evoluciona hacia la consolidación del proceso patológico llamado adicción.

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