jueves, 17 de diciembre de 2015

UN POCO MAS SOBRE LA ADICCIÓN.


Mucha gente piensa que los adictos y los alcohólicos son
personas
 débiles que han llegado a esa situación porque así lo han querido. No obstante, la ciencia considera que la adicción es una enfermedad del cerebro, en la que influyen factores genéticos, físicos, sociales y psicológicos.
Lo normal es que el adicto se pregunte de manera continua el porqué de su absurdo y fatal comportamiento.
Algunos de los factores que contribuyen a caer en una adicción son la pertenencia a una familia disfuncional, el haber sufrido malos tratos o abusos sexuales en la adolescencia, el que los padres sean adictos, los trastornos mentales (por ejemplo, el déficit de atención, la ansiedad o los problemas de depresión) y la presión del entorno.
Las estadísticas indican que las sobredosis producen tantas muertes como los accidentes de carretera en el grupo de edad comprendida entre 25 y 49 años.
Aunque inicialmente parezca que los cambios producidos en el cerebro tras caer en una adicción son irreversibles, lo cierto es que hay tratamientos de desintoxicación que funcionan. Para desarrollar los cambios es fundamental que los tratamientos sean personalizados y que se adapten a las necesidades cambiantes del adicto. Del mismo modo, si hay algún trastorno mental asociado a la adicción, debe tratarse también (diagnóstico dual). Por otra parte, el tratamiento no debe limitarse a la desintoxicación de la droga. Debe tener la duración adecuada (un mínimo de 90 días), debe comprender terapias encaminadas a prestar apoyo y recompensar los comportamientos adecuados y, finalmente, debe incluir los seguimientos y las terapias farmacológicas que sean necesarias. El objetivo del tratamiento no es sólo el que se deje de consumir la droga, sino el regreso del adicto a un modo de vida de sobriedad productiva.

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