Adicc2u
Es condición humana rehusar y huir del sufrimiento lo antes posible, no estamos diseñados para ello, a pesar de que con los años descubrimos que tras él se esconde el aprendizaje y el crecimiento personal, en la mayoría de casos.
Miedo a lo desconocido.
La vida de un adicto no es fácil, es tremendamente complicada a pesar de lo que muchas personas puedan creer. Vivir en el lado oscuro de la luna tiene consecuencias realmente dolorosas y trágicas para las vidas de aquellos que se ven atrapados en su propio infierno.
Es condición humana rehusar y huir del sufrimiento lo antes posible, no estamos diseñados para ello, a pesar de que con los años descubrimos que tras él se esconde el aprendizaje y el crecimiento personal, en la mayoría de casos.
Los adictos sufren y sufren mucho cuando están en activo, entonces ¿Por qué fracasan en su intento de dejar la adicción? Existen demasiadas variables como para responder de manera sencilla, pero hay una sobre la que me gustaría reflexionar.
Tras hablar con muchos adictos y basándome en mi propia experiencia, me atrevería a decir que el miedo es un input importante a la hora de conseguir que una rehabilitación sea exitosa. Cuando hablo de miedo me refiero exactamente a ese terror paralizador que muchos sufren o hemos sufrido ante el nuevo escenario que se nos plantea, vivir sin consumir.
Para una persona que lleva años haciéndolo, que la sustancia esta instaurada en todos y cada uno de los sustratos de su vida y arraigada a su manera de ser, vivir, sentir, pensar y relacionarse, el panorama es cuanto menos escalofriante. Porque la pregunta que se plantea es ¿Qué hago ahora, con quien o de qué manera, si solo se hacerlo de una y debo olvidarla?.
Cuantos más años de enfermedad en activo mayor será la parte que hay que reconstruir y desaprender. El miedo es paralizador y sumado a la desastrosa autoestima que la mayoría de adictos tenemos cuando estamos en activo y la baja tolerancia a la frustración que nos acompaña en nuestras vidas, el miedo se crece para mandarnos mensajes que pueden favorecer que tiremos la toalla y volvamos a donde nos sentimos cómodos, a pesar del dolor, del sufrimiento y de la oscuridad que nos ha acompañado en tiempos pasados.
Siempre he creído que para recuperarse de una adicción hay que ser muy valiente como para pedir ayuda y muy humilde para aceptarla, y quizás es aquí donde está la clave. Es aquí donde debemos aferrarnos y dejar nuestra prepotencia de lado, ser humildes para reconocer que necesitamos ayuda y que nos da miedo afrontar la vida sin aquello que nos ha servido para vivir. Afrontar la vida desde una perspectiva real y terrenal en la que el miedo no sea paralizante, sino más bien un disparador que nos permita explorar y experimentar vivencias que, o teníamos olvidadas, o simplemente ni sabíamos que existían.
Alejandro Dumas dijo: No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.
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