viernes, 18 de diciembre de 2015

LA FAMILIA Y LA INFORMACIÓN.

La familia es la célula fundamental de toda sociedad, y es de gran importancia a la hora de hablar de prevención, porque en su seno se dan las bases de la educación, de la formación de la personalidad de los hijos y desde donde se establecen sus relaciones con el exterior.
Para enfrentar con tranquilidad y eficacia la búsqueda de soluciones efectivas en un problema tan complejo como el de las drogodependencias, hay que tener muy claro que la prevención hay que hacerla ya desde la infancia. Aunque generalmente se hace mayor hincapié en la etapa de la adolescencia porque en ella se fraguan muchas cosa preparadas con antelación no ha de entenderse como durante la infancia de los hijos no puede o no deba hacerse algo. Estar atentos, saber leer en la conducta de un niño lo que puede ser el germen de un conflicto posterior, la satisfacción de las necesidades afectivas de los niños, la seguridad interior que hay que transmitirles frente a las amenazas que sientan, son hitos que requieren una tarea de cuidado por parte de los padres para evitar males posteriores.
Por otro lado hay que resaltar una idea que muchas veces se olvida: el problema de la droga no se da solo en personas calificadas previamente como conflictivas o problemáticas. Desgraciadamente, la problemática de las drogas llega a todos los rincones. Un niño, un adolescente, un joven perfectamente normal en su personalidad y en su comportamiento también puede ser susceptible de iniciarse en el tema, si se dan un conjunto de circunstancias. Por ello hay que estar muy atentos.
Hemos de pensar que todos los problemas tienen solución. El problema de las drogodependencias también. La prevención es la mejor arma para luchar contra el problema de las drogas y la familia tiene un papel privilegiado en la prevención.