miércoles, 21 de mayo de 2014

"Las campañas de 'No tomes drogas' hacen que los adolescentes se rían de las autoridades"



Curiosamente, Madrid, capital de la marcha europea, es una de las ciudades más restrictivas de España en cuanto a horarios. En la capital, legalmente, está prohibido bailar de cinco de la madrugada a seis de la tarde, aunque no se cumple. Ni siquiera se puede hacer en una boda. "Establecer horas límite nunca ha funcionado", declara el sociólogo Javier Elzo. "Ahí están los ejemplos de los noventa: Santiago, Salamanca, Cáceres, Vitoria. Todos han fracasado. Hay que conseguir que los jóvenes se diviertan más temprano. Pero no por decreto. La sociedad no se cambia por decreto".
     
De hecho, el consumo de alcohol se ha reducido en un 40% en los últimos diez años, afirma Domingo Comas. "Antes se bebía alcohol todos los días. Los alcohólicos tienen más de 40 años. Ahora se bebe siguiendo el modelo escocés, alemán o sueco". Es decir, consumo intensivo en el fin de semana.
 
 
Agustín Dosil, dirigente de la Concapa, la organización de padres de alumnos católicos, es padre de tres hijos, de 26, 24 y 18 años. "El problema no es si vienen antes o después, sino en qué emplean el tiempo", dice. "Se está produciendo una convulsión en la jerarquía de valores y esa alteración actúa contra el orden moral y natural. Hay que pasárselo bien, sí, pero sin dejar de ser sincero con los padres".
 
 
Parece que el consumo de drogas fuera un sarampión del siglo entrante. Una enfermedad que aqueja al Estado de bienestar, una realidad de la que será difícil sustraerse. Un mal que afecta a sus ciudadanos de forma pasajera entre los 16 y los 23 años.
 
 
Las drogas se han convertido en un producto de consumo más. "Habrá que acostumbrarse a convivir con el problema y reducir al máximo los daños", afirma José Cabrera, reconocido experto en drogas y actual director de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. "Éste es el precio de vivir en la sociedad del bienestar, del hedonismo social. En Somalia no pasa esto".

¿Por qué salen hasta tan tarde los jóvenes en España? 
El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto Javier Elzo lo tiene muy claro: "Éste es el país en que más tarde se emancipan los jóvenes de toda Europa", señala. "Los chavales se quedan en el nicho familiar". De hecho, los jóvenes se van de casa cuando dejan de serlo, a los 29 años, de media. "¿Será que son unos comodones? ¿O es que los padres no quieren que se vayan de casa y los sobreprotegen?", pregunta. Para completar su análisis, Elzo recurre a un argumento novedoso: "La movida madrileña creó una cultura de la noche de la que han sobrevivido algunos hábitos". Además, explica, "a eso hay que sumar que los hosteleros se pelean por media hora de cierre porque saben que la última hora es siempre la más rentable". 
  
 
El clima acompaña. Eso está claro. El nivel de tolerancia social hacia el fenómeno de la marcha parece mayor que en cualquier otro país europeo: a las 3 de la madrugada, en Alemania, es difícil ver a alguien dando gritos por la calle. Y luego está eso del carácter mediterráneo, los latinos que saben vivir muy bien, esas cosas que se dicen.
 
 
"Me gusta el estilo de vida español", dice Hartnoll, responsable de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas. "Pero hay que decir que tiene efectos negativos. El hecho de que la gente salga hasta tan tarde favorece la implantación de la cocaína, que encaja perfectamente en ese ritmo de vida".
 
 
Los cócteles de drogas tienen un claro objetivo. "Resistir mejor tantas horas de baile. Los estimulantes proporcionan cosas agradables al instante, ya", afirma Isabel Vielva, psicóloga y especialista en la materia. El Curiosamente, Madrid, capital de la marcha europea, es una de las ciudades más restrictivas de España en cuanto a horarios. En la capital, legalmente, está prohibido bailar de cinco de la madrugada a seis de la tarde, aunque no se cumple. Ni siquiera se puede hacer en una boda. "Establecer horas límite nunca ha funcionado", declara el sociólogo Javier Elzo. "Ahí están los ejemplos de los noventa: Santiago, Salamanca, Cáceres, Vitoria. Todos han fracasado. Hay que conseguir que los jóvenes se diviertan más temprano. Pero no por decreto. La sociedad no se cambia por decreto". 
  
¿Cómo se soluciona el problema de las drogas? Retrasar la edad de inicio de consumo es hoy el objetivo prioritario de toda política contra la toxicomanía. En eso coinciden la mayoría de los expertos. La vía represiva no es siempre la que mejor funciona. Ahí está el caso de Utrecht, la ciudad holandesa. El consumo de hachís se ha reducido gracias a la presión social, en un país que mantiene una actitud muy liberal con respecto a las drogas. Los autores del informe recomiendan estar atentos al ejemplo holandés por cuanto pudiera marcar una tendencia. 
  
 "Las campañas de 'No tomes drogas' hacen que los adolescentes se rían de las autoridades", declara Richard Hartnoll, el responsable de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas, inglés de 52 años. "Tengo dos hijos adolescentes y lo puedo ver. Hay que explicar cuáles son los riesgos de las drogas en los sitios donde se consumen, diciéndole a la gente que no se tome diez pastillas, que se tome media, o una. Hay que ser más realistas". 
   
Parece que el consumo de drogas fuera un sarampión . Una enfermedad que aqueja al Estado de bienestar, una realidad de la que será difícil sustraerse. Un mal que afecta a sus ciudadanos de forma pasajera entre los 16 y los 23 años. 
  
Las drogas se han convertido en un producto de consumo más. "Habrá que acostumbrarse a convivir con el problema y reducir al máximo los daños", afirma José Cabrera, reconocido experto en drogas y actual director de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. "Éste es el precio de vivir en la sociedad del bienestar, del hedonismo social. En Somalia no pasa esto". 


¿Por qué salen hasta tan tarde los jóvenes en España? 
El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto Javier Elzo lo tiene muy claro: "Éste es el país en que más tarde se emancipan los jóvenes de toda Europa", señala. "Los chavales se quedan en el nicho familiar". De hecho, los jóvenes se van de casa cuando dejan de serlo, a los 29 años, de media. "¿Será que son unos comodones? ¿O es que los padres no quieren que se vayan de casa y los sobreprotegen?", pregunta. Para completar su análisis, Elzo recurre a un argumento novedoso: "La movida madrileña creó una cultura de la noche de la que han sobrevivido algunos hábitos". Además, explica, "a eso hay que sumar que los hosteleros se pelean por media hora de cierre porque saben que la última hora es siempre la más rentable". 
  

El clima acompaña. Eso está claro. El nivel de tolerancia social hacia el fenómeno de la marcha parece mayor que en cualquier otro país europeo: a las 3 de la madrugada, en Alemania, es difícil ver a alguien dando gritos por la calle. Y luego está eso del carácter mediterráneo, los latinos que saben vivir muy bien, esas cosas que se dicen. 
  


"Me gusta el estilo de vida español", dice Hartnoll, responsable de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas. "Pero hay que decir que tiene efectos negativos. El hecho de que la gente salga hasta tan tarde favorece la implantación de la cocaína, que encaja perfectamente en ese ritmo de vida". 
  


Los cócteles de drogas tienen un claro objetivo. "Resistir mejor tantas horas de baile. Los estimulantes proporcionan cosas agradables al instante, ya", afirma Isabel Vielva, psicóloga y especialista en la materia. . "Los países europeos son lúdicos, hedonistas y competitivos. Se pretende vivir casi todo a tope: competir a tope, triunfar a tope. Las drogas ayudan a completar un objetivo: se busca un beneficio a corto plazo sin tener en cuenta los riesgos. A costa de la salud de uno mismo y de los demás. A los siete años de consumir pastillas es cuando aparecen los primeros rasgos de psicosis". 


La ruta del politoxicómano y las motivaciones del noctámbulo 
La noche se suele empezar haciendo botellón. O sea, reuniéndose en alguna plaza pública, comprando alcohol en una bodega y haciéndose los cubatas en los parques. Lo habitual es que, simultáneamente, se empiece a fumar los primeroscanutos. A medida que pasa la noche, llega el momento de comerse la pastilla de éxtasis. La mayoría toma entre una y dos, pero España se distingue en el contexto europeo por ser el país en que más gente se come más de tres pastillas en una noche. En más de una discoteca, a los dueños les da por desconectar intermitentemente los aparatos de aire acondicionado para que la gente beba más. Lo confiesa un disc jokey que ha trabajado en varias salas de Madrid. Después llega la coca, que evita el bajón del éxtasis. Y para poder dormir y no estar dando botes encima de la cama, de nuevo porros y copas. Éste es el comportamiento tipo de los que apuestan por tomar varias drogas a lo largo de la noche, una tendencia que gana peso en Europa y en la que España se destaca con creces Se pretende vivir casi todo a tope: competir a tope, triunfar a tope. Las drogas ayudan a completar un objetivo: se busca un beneficio a corto plazo sin tener en cuenta los riesgos. A costa de la salud de uno mismo y de los demás. A los siete años de consumir pastillas es cuando aparecen los primeros rasgos de psicosis".

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