jueves, 24 de abril de 2014

PREVENCIÓN DE LA DROGADICCIÓN EN LOS JÓVENES! !

PREVENCION DE LA DROGADICCION EN LOS JOVENES:::

Cuando un miembro de la familia se inicia en las drogas, habitualmente sus familiares no lo creen, porque éste hecho crea demasiada angustia, ya que está la vida en peligro.
Por ello al aceptarlo culpan primero a los amigos, a la T.V. o a un culpable de la familia por el maltrato físico, verbal o emocional al muchacho.
Esta situación paraliza a la familia y sólo buscan los caminos para salvar a la persona que se droga.
Por ello, la acción preventiva debe ser un sistema de responsabilidad compartida, donde por supuesto se incluya a la familia del paciente.
Las cadenas de culpas no llevan a resolver éste problema. Los padres culpan a las escuelas y éstas a los padres y ambos a las autoridades.
Los drogadictos son producto de un encuentro no fortuito entre un individuo que se encuentra en conflictos emocionales; una sustancia que le proporciona un estado “emocional más confortable” y un contexto social y familiar que favorecen o provocan la decisión de consumir drogas.
Estos tres factores actúan en forma conjunta para ejercer su acción. Aislados no conducen al problema de codependencia.
“Si un joven tiene confianza en sí mismo y se encamina a un proyecto de esperanza de vida con su familia que le brinda amor y seguridad afectiva; al toparse con personas que le ofrecen la droga, seguramente la rechazará”
“Si un adolescente sufre una profunda crisis afectiva y recibe la oferta de drogas; pero tiene una familia unida, bien comunicada, que lo aceptan y lo aman; va a rechazar el ofrecimiento”
Los jóvenes que se drogan casi siempre tienen dificultades en su personalidad, previas al consumo.
Estas dificultades pueden ser:
-         Baja autoestima
-         Escala de valores deficiente
-         No pueden afrontar frustraciones
-         Falta de comunicación
-         Son difíciles en sus relaciones interpersonales
-         No cuentan con responsabilidad
-         Son jóvenes que no les aplican reglas ni autoridad. Los padres los dejan hacer lo que quieran.
-         Estan ociosos (no estudian ni trabajan)
-         No son capaces de resolver sus problemas ni de tomar soluciones

Por ello, una vez instalada la adicción, estos factores se agudizan y se aumentan otros.
Todo esto además de la falta de conciencia sobre el daño que se hacen y la falta de voluntad para atenderse, hacen difícil la acción terapéutica.
“El uso de las drogas es el síntoma del desencuentro en el mundo de hoy, entre el hombre y su verdadera naturaleza”
La educación familiar y escolar es la que puede formar seres humanos que digan ¡NO! A las drogas; a esto se le llama EDUCACION PREVENTIVA que se ocupa del ser humano y de sus necesidades fundamentales como persona.
Pero para que sea eficiente esta educación, padres y maestros deben informarse bien para informar bien. Ya que muchos adolescentes afirman “si hubiera sabido los riesgos y el deterioro que causan las drogas, no hubiera empezado”
Es tanta la falta de información que en una encuesta aplicada por DIMENS-UNESCO, nos
Señala que existe un 23.5% de chicos que nunca hablaron del tema con sus padres y un 39.5% tampoco con sus maestros. Sin embargo un 72% si lo hicieron con amigos. ¿Se pueden imaginar que información recibieron? También llama la atención que en esta encuesta a un 53% nunca les informaron nada.
En esta misma investigación se aplicaron 9000 encuestas a ambos sexos para saber a quien le confiaban sus problemas los adolescentes y los resultados nos vuelven a situar en el peligro de desinformación de los jóvenes.
La figura paterna aparece totalmente descalificada, sin embargo, el de la madre contiene un alto grado de confianza (entonces debemos educar e informar más a las madres). El renglón de amigos vuelve a sobresalir por la falta de apoyo en la familia y lo que es más grave es que un gran número de ellos no le confían a nadie sus problemas y esto los hace candidatos fáciles a las drogas.
Las escuelas pueden preparar chicos que más tarde sean los informadores de otros compañeros.
Los padres deberán decirles la verdad de las consecuencias de consumir drogas y deberán educar a sus hijos, humanizándoles la vida, para su desarrollo personal y social. Esto es, ayudarlos a usar con madurez su libertad de ser y hacer. Los padres permisivos o ausentes ene l control de sus hijos, pueden conducir a la formación de seres agresivos, dominantes, envidiosos, incapaces de ser solidarios y de tolerar frustraciones.
Los padres que sólo señalan los errores, que son castigadores, que ejercen violentamente la autoridad con prohibiciones absurdas, con la práctica frecuente de castigos crueles, pueden desencadenar conductas agresivas de sus hijos, huídas de casa, intentos de suicidio, uso de drogas y toda clase de conflictos emocionales que les impedirán llevar una vida sana.
Sin embargo, debemos de señalar que en la PREVENCION estamos todos involucrados.
La familia es un pilar básico para esta educación.
Un chico decía “no es lo mismo ser hijo que ser huérfano”. Todas las bases que ofrezca la familia serán el puente entre el adolescente y su vida social.
La familia es el origen y la fuente de todas las relaciones. Es el primer punto de encuentro de la vida psíquica, social y espiritual; es el núcleo de la sociedad. Dando origen al sistema de relaciones humanas, donde el valor personal y social crecen a la par.
¿No les parece un campo maravilloso para prevenirlos contra las drogas?
Otro chico decía:
“Los cambios en la adolescencia nos llevan a encarar una nueva relación con nuestros padres. Hay momentos en que necesito acercarme a ellos para recibir un consejo. A veces no lo logro, porque no depende de mí, también de ellos, pero a veces están demasiado ocupados y no encuentro este diálogo; entonces busco el consejo en amigos”
Otra chica decía “el hogar es como una persona invisible que nos grita al oído lo que debemos hacer para nuestro bien, aunque en la mayoría de los casos nos disgustan; pero también ganando ellos, porque tienen un gran poder sobre nosotros”
Este mensaje nos dice como el adolescente busca su identidad, entender su interioridad, sus ambivalencias, sus inquietudes y las tentaciones sociales, la naturaleza de su ser y su trascendencia. Tiene miedo al “romper el cascarón" por el futuro que le espera y sólo los padres cariñosos podrán marcarles la ruta adecuada.
Por favor, no se los dejemos a los criminales que se enriquecen con la droga. Para prevenir a los chicos de este mal, ustedes Médicos Pediatras, pueden orientar a los padres para que comprendan que cada hogar debe ser una comunidad viva de amor y muy significativa para el desarrollo de hijos sanos. Unos padres que sepan decir ¡NO! con energía, cuando los hijos se ponen en peligro.
Los niños y los adolescentes, no se malogran porque se les frustre en determinadas ocasiones, sino porque no se les frustre nunca y lleguen a ser así víctimas de sus caprichos... o porque se les frustra permanentemente y llegan así a ser incapaces de reconocer la alegría de la libertad... o porque se les frustra sin amor suficiente, cuándo es necesario poner límites y marcar rumbo.
Sabemos que existe una brecha generacional entre los hijos y los padres. Por un lado los padres no la saltan y por el otro lado los hijos son arrastrados por la oleada juvenil.
Y así cada uno ensancha ésta brecha, hasta que sólo existe una relación de peleas y gritos; o bien ausencia de diálogo.
Los jóvenes no saben lo que serán y a los padres se les ha olvidado lo que fueron. El diálogo no es producto de la edad, sino del tiempo para escuchar sin prisas.
Las relaciones posesivas, de desconocimiento de las capacidades individuales de los hijos para tomar decisiones; pueden originar una personalidad pasivo dependiente, incapaz de tomar iniciativas y ellos serán muy vulnerables a las influencias externas y a los estímulos para el consumo de drogas.
La autoridad basada en la justicia y en la equidad, requiere poner LIMITES a la conducta de los hijos.
Las figuras de autoridad estimulan en niños y jóvenes la configuración de metas, valores y normas favoreciendo la adopción de la propia escala valorativa y la evolución hacia la autonomía moral.
En diferentes evaluaciones que se han aplicado a jóvenes drogadictos y su relación paterna se ha encontrado que:
“ A mayor autoritarismo - mayor consumo”
“ A mayor permisividad – mayor consumo”
Las buenas decisiones, la autonomía y la responsabilidad se enraizan con la formación moral. En los niños y jóvenes las normas de moral práctica y los criterios para valorar lo bueno, lo digno y lo verdadero se adquieren en la familia. Pero no es una enseñanza de “conceptos” sino una práctica que se ve en el hogar, en el espejo de los seres que ama y respeta. De aquí la importancia de la sinceridad y la autenticidad de las conductas de los padres.
No debemos olvidar que la educación pasa por la identificación de modelos. Si como padres vivimos en un ambiente de mentira y de simulación en nuestras interrelaciones, no podemos esperar que los hijos vivan en la verdad.
También como padre se debe estar consciente de la influencia de los amigos que manejan su propio código moral; de los medios de comunicación y del ambiente escolar para ser firmes descodificadores de influencias negativas.

¿CÓMO CONSTRUIR UN CLIMA ANTIDROGAS CON LOS HIJOS?
-         Tomar conciencia del rol de la familia en la problemática del consumo de drogas.
-         Los padres deben estar bien informados sobre las distintas drogas que existen
-         Destinar tiempo para el hogar y tiempo para convivir con los hijos
-         Crear un ambiente de paz, estabilidad emocional y respeto
-         Los padres deberán involucrarse en los deportes de sus hijos
-         No incurrir en contradicciones sobre el daño que hacen los vicios
-         Invitar a los amigos de los hijos a convivir en casa
-         Mantener informados a los hijos de las noticias sobre las drogas
-         Conocer todos los síntomas que delatan al menor que consume drogas para detectar a tiempo el problema.

También es importante construir redes de padres de familia, con papás de la escuela, la parroquia, los vecinos, los del club, etc. y no perder de vista la importancia de moverse en familia en eventos culturales, sociales y familiares.

Debemos reflexionar sobre el hecho de que:
1.- La droga es una madre ausente y dominante y un padre ausente y además a veces débil,
      indiferente o agresivo y violento.
2.- La droga es el camino de un mundo que ha perdido el sentido de la vida.
3.- En la droga se entra por curiosidad y se permanece por necesidad.
4.- En la droga se entra por la propia voluntad y se permanece sin ella.
5.- Todo drogadicto es de una personalidad débil que se aferra a un salvavidas de plomo.
6.- La miseria, la injusticia social, el abandono y la soledad son responsables o
      corresponsables de muchos intentos angustiosos por encontrar la “felicidad”
Todos tenemos el derecho de hacer un mundo más justo, ustedes también Médicos Pediatras.
Todos somos responsables de generar espacio y tiempo para nuestros adolescentes. Si no lo hacemos, su energía se revertirá contra ellos y contra nosotros.
Gracias.