Manuel Alfonso Salguero Garcia
RENACER. (Cuatro años de lucha, cuatro años sin alcohol)
El pasado día 20 de febrero, hice 4 años que volví a aprender y comenzar a vivir de nuevo.
Intento hacer balance y casi me quedo en blanco, y aquí estoy sentado ante el papel y con el lápiz en la mano procurando expresar y plasmar todo lo que se me acumula y viene a la mente (no es tan sencillo). ¡Son tantas cosas, tantos cambios, tantos recuerdos, tantos sentimientos, tantas cosas las que perdí, las que nunca viví, y…tantos remordimientos con los que he tenido que luchar, vencer y aprender a convivir con ellos…!
Después de 4 años de abstinencia, lucha y rehabilitación, siento la extraña, curiosa, ficticia y falsa sensación que mi recuperación ha sido más sencilla y simple de lo que yo creía y me había imaginado (nada más lejos de la realidad). Retrocediendo al pasado y a mis comienzos, solamente “yo” sé lo que he tenido que pasar y combatir en soledad con una adicción severa, feroz y brutal. Concienciarme duramente, luchando por sacar fuerzas de donde casi no había para poder dar un vuelco total a mi vida y cambiarla por completo, una labor lenta y penosa, ahora todo es distinto, ahora mi vida es otra. Cuatro años después, mí esfuerzo, voluntad y sacrificio está dando sus frutos y recompensa, que no es otra que encontrarme a mí mismo (el de antes, aquel libre de adicción y ataduras), encontrar la felicidad, la confianza perdida, la paz interior, la satisfacción y el orgullo de haber aprendido a recuperar y retomar mi vida y recuperar la confianza de mi familia y amigos.
Lo que empezó con “El Camino de la Libertad” (el pilar que sostuvo mi guía), un camino largo, dudoso y oscuro al principio, lleno de desconfianza e incertidumbre, se iba convirtiendo poco a poco en un camino seguro, sólido, grato, satisfactorio, lleno de luz y esperanza, de amplio horizonte. Sé que esto no termina aquí, es la lucha del día a día y hay que seguir adelante trabajando sin bajar nunca la guardia.
Todo lo que el alcohol me arrebató y destruyó en años y años de infierno y sometimiento, he intentado recomponerlo en 4 años (con “casi” éxito, creo), sintiéndome orgulloso de mi trayectoria (aunque con los pies en el suelo), solo jamás habría salido.
Por esto quiero dar las gracias a todos y todas los/as que me ayudaron en su momento y me siguen ayudando, y a los/as que les debo mucho, a mí asociación (ALAC) y a mis compañero/as de fatiga que me tendieron sus manos desinteresadamente cuando estaba al borde del abismo y cuando más apoyo necesitaba, acogiéndome y dándome confianza, autoestima, afecto y enseñándome “sinceridad, humildad y honestidad” y devolverles todo el cariño que me ofrecieron (sin vosotros/as nunca lo hubiera conseguido). Darles las gracias a mi familia, que me apoyó en su medida. A todos/as mis amigos/as que he conocido y hecho aquí y a los que he tenido cuando los he necesitado. A todos/as esos/as amigos/as y gente estupenda que he conocido en la “RED” y que casi a diario cambió reflexiones con ellos/as. A mi inolvidable “pequeño amigo” (siempre estará en mi corazón). A todos/as vosotros/as “Gracias”, os quiero.
El pasado día 20 de febrero, hice 4 años que volví a aprender y comenzar a vivir de nuevo.
Intento hacer balance y casi me quedo en blanco, y aquí estoy sentado ante el papel y con el lápiz en la mano procurando expresar y plasmar todo lo que se me acumula y viene a la mente (no es tan sencillo). ¡Son tantas cosas, tantos cambios, tantos recuerdos, tantos sentimientos, tantas cosas las que perdí, las que nunca viví, y…tantos remordimientos con los que he tenido que luchar, vencer y aprender a convivir con ellos…!
Después de 4 años de abstinencia, lucha y rehabilitación, siento la extraña, curiosa, ficticia y falsa sensación que mi recuperación ha sido más sencilla y simple de lo que yo creía y me había imaginado (nada más lejos de la realidad). Retrocediendo al pasado y a mis comienzos, solamente “yo” sé lo que he tenido que pasar y combatir en soledad con una adicción severa, feroz y brutal. Concienciarme duramente, luchando por sacar fuerzas de donde casi no había para poder dar un vuelco total a mi vida y cambiarla por completo, una labor lenta y penosa, ahora todo es distinto, ahora mi vida es otra. Cuatro años después, mí esfuerzo, voluntad y sacrificio está dando sus frutos y recompensa, que no es otra que encontrarme a mí mismo (el de antes, aquel libre de adicción y ataduras), encontrar la felicidad, la confianza perdida, la paz interior, la satisfacción y el orgullo de haber aprendido a recuperar y retomar mi vida y recuperar la confianza de mi familia y amigos.
Lo que empezó con “El Camino de la Libertad” (el pilar que sostuvo mi guía), un camino largo, dudoso y oscuro al principio, lleno de desconfianza e incertidumbre, se iba convirtiendo poco a poco en un camino seguro, sólido, grato, satisfactorio, lleno de luz y esperanza, de amplio horizonte. Sé que esto no termina aquí, es la lucha del día a día y hay que seguir adelante trabajando sin bajar nunca la guardia.
Todo lo que el alcohol me arrebató y destruyó en años y años de infierno y sometimiento, he intentado recomponerlo en 4 años (con “casi” éxito, creo), sintiéndome orgulloso de mi trayectoria (aunque con los pies en el suelo), solo jamás habría salido.
Por esto quiero dar las gracias a todos y todas los/as que me ayudaron en su momento y me siguen ayudando, y a los/as que les debo mucho, a mí asociación (ALAC) y a mis compañero/as de fatiga que me tendieron sus manos desinteresadamente cuando estaba al borde del abismo y cuando más apoyo necesitaba, acogiéndome y dándome confianza, autoestima, afecto y enseñándome “sinceridad, humildad y honestidad” y devolverles todo el cariño que me ofrecieron (sin vosotros/as nunca lo hubiera conseguido). Darles las gracias a mi familia, que me apoyó en su medida. A todos/as mis amigos/as que he conocido y hecho aquí y a los que he tenido cuando los he necesitado. A todos/as esos/as amigos/as y gente estupenda que he conocido en la “RED” y que casi a diario cambió reflexiones con ellos/as. A mi inolvidable “pequeño amigo” (siempre estará en mi corazón). A todos/as vosotros/as “Gracias”, os quiero.
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