jueves, 5 de diciembre de 2013

Ocho Principios Espirituales que practiqué en el Cuarto Paso



Jose Ramirez
fun and contrast and light Ocho Principios Espirituales que practiqué en el Cuarto Paso
Me ayuda muchísimo conocer, estar consciente, de los Principios Espirituales que he practicado y que han pasado a formar parte de mi vida. Tengo que estar muy claro en ello porque en ocasiones pienso que soy como era antes de entrar en recuperación y no es cierto. He cambiado para bien y tener presentes los principios espirituales que practico ayuda a mi autoestima.
A continuación señalo los Principios Espirituales que encontré en el It Works How and Why (1993). Los defino según el texto y según mi experiencia cuando los practiqué en el Cuarto Paso:
  1. Honestidad: La verdad sobre quién soy, lo que hago, lo que pienso y siento. La practiqué en el Primer Paso con la admisión de mi impotencia ante la adicción y aumentó dramáticamente con el conocimiento de mi mismo en el Cuarto Paso. Fue dolorosa, agridulce, pero necesaria para mi recuperación. Tenía que conocer el problema para solucionarlo y el problema era en un primer paso la adicción pero ella era sólo un síntoma de una enfermedad mayor que era mi personalidad. En el Cuarto Paso comencé a conocer mi personalidad, sus luces y sus sombras. Esto me hizo honesto, conocí mi verdad.
  2. Fe: No podía verme sin la ayuda de Dios. Era muy difícil para mi atravesar la armadura de la negación y la falsa identidad que había construido. Descansé en el Poder Superior para que me diera la fortaleza necesaria para sobreponer estas barreras y así ver mi verdad oculta tras ellas. Creí, sin saber porqué, que era necesario llevar a cabo un inventario personal y que en efecto, esa era la voluntad de mi Poder Superior. Al hacerlo aumenté la entrega que inicié en el Tercer Paso.
  3. Buena Voluntad: Demostré con todo lo anterior, con mi honestidad y mi fe, que tenía la mente abierta a nuevas ideas, que le daba la bienvenida a cosas distintas y diferentes con tal de cambiar y lograr una nueva vida. Si había que creer, creía, si tenía que tener fe, la tenía, si valor, lo buscaba.
  4. Valor: El valor que se requiere para llevar a cabo este inventario no se debe subestimar. Muy pocas personas emprenden una tarea como ésta. No es fácil. Descansar en Dios y dejar el miedo atrás para conocerme y ver  los aspectos negativos y positivos de mi personalidad fue un logro inmenso.
  5. Amor: Dice en la literatura que el inventario es uno de los actos más amorosos que podemos hacer hacia nosotros mismos. Es cierto. Al conocer mi verdad y descubrirla me liberé de las garras de la adicción. Ella utilizaba el miedo para someterme. Con él condujo mi vista hacia mis defectos, los agrandó y me hizo sentir incapaz e impotente. Pero luego del inventario pude ver no sólo su manipulación y su astucia sino también la otra parte de mi: mis sueños, mis ilusiones, mi bondad. Era una buena persona con una terrible enfermedad y luego del inventario podría dejar atrás algunos de mis defectos y emprender el camino hacia mis ilusiones y mis sueños.
  6. Responsabilidad: Al conocer mi enfermedad pude escoger practicarla o ignorarla. Dejar que ella se apoderara de mi o batallarla con el Poder Superior, los Principios Espirituales y el Poder Superior que los Doce Pasos me transmitieron. Me apoderé de ella como nunca. Por primera vez en mi vida mi adicción estaba arrestada y yo podía mantenerla así practicando mi recuperación en todos los aspectos de mi vida. Esa era mi responsabilidad.
  7. Integridad: Al descubrir mis valores, lo que valía la pena para mi, estuve dispuesto a practicarlos. Con el Poder Superior recién adquirido no tenía ya razón para evadir la vida y participar de ella orgulloso de ser quien era con mis defectos y virtudes. Entonces mis acciones fueron coherentes con mis valores y descubrí el valor de ser de una sola pieza por dentro y por fuera. Ya no tenía que avergonzarme pues era coherente.
  8. Libertad: Cuando descubrí qué me limitaba y cómo me traicione una y otra vez pude ser libre de lo que me había sujetado hasta entonces.
Es importante comprender que nunca he practicado estos principios a la perfección. He tenido días buenos y días menos buenos. De eso se trata ser humano, imperfecto y limitado. También es importante reconocer que todo ésto lo hice con la ayuda de un Poder Superior, que sin este poder y solo con mis recursos, jamás hubiera podido contra el poder de la adicción.