miércoles, 4 de diciembre de 2013

Intimidad es compartir con otro ser humano nuestros pensamientos y sentimientos más profundos.

Carlos Daniel Sainz
Intimidad es compartir con otro ser humano nuestros pensamientos y sentimientos más profundos. Muchos ansiamos el cariño y la compañía que brinda la intimidad, pero no son cosas que llegan sin esfuerzo. Durante nuestra adicción, aprendimos a guardarnos de los demás para que no amenazaran nuestro consumo. En recuperación, aprendemos a confiar en los demás. La intimidad exige que bajemos la guardia. Para sentir la proximidad que produce la intimidad, debemos permitir que los demás se acerquen a nosotros. . . a nuestro verdadero yo. Si vamos a compartir lo más profundo de nuestro ser con otros, primero debemos tener una idea de cómo somos realmente en nuestro interior. Examinamos nuestra vida con regularidad para averiguar quiénes somos, qué queremos y cómo nos sentimos. Después, basándonos en nuestro inventario periódico, debemos ser con nuestros amigos lo más completa y coherentemente honestos que podamos. La intimidad es parte de la vida, y por lo tanto, parte de vivir limpios; como todo en recuperación, tiene su precio. El riguroso autoexamen que la intimidad requiere puede ser un trabajo duro, y la total honestidad que implica muchas veces trae complicaciones. Pero el resultado, librarnos del aislamiento y la soledad, bien vale el esfuerzo.

Sólo por hoy: Como resultado de la intimidad, aspiro a librarme del aislamiento y la soledad. Hoy, llegaré a conocer a mi verdadero yo a través de un inventario personal e intentaré ser completamente honesto con otra persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario