domingo, 29 de septiembre de 2013

Esperanza


Fotos de la biografía


«A medida que dejamos de ser egocéntricos y nos centramos en Dios, nuestra desesperación se transforma en esperanza.»

Texto Básico, p. 110

Cuando consumíamos, la desesperación era nuestra compañera implacable. Afectaba cada momento que pasábamos despiertos. Era producto de nuestra experiencia durante la adicción activa: independientemente de las medidas que tomáramos para mejorar nuestra vida, cada vez nos sumíamos más en el dolor. Los intentos que hacíamos para controlar nuestra vida con frecuencia terminaban en fracasos. En cierta forma, la admisión de impotencia de nuestro Primer Paso fue un reconocimiento de desesperación.

El Segundo y el Tercer Paso nos sacan poco a poco de la desesperación y nos llevan hacia una nueva esperanza que nos acompaña en recuperación. Después de aceptar que la mayoría de nuestros esfuerzos por cambiar han fracasado, llegamos a creer que existe un Poder más grande que nosotros. Creemos que este Poder puede ayudarnos y lo hará. Practicamos el Segundo Y el Tercer Paso para afirmar nuestra esperanza en una vida mejor, y nos dirigimos a este Poder en busca de orientación. En la medida en que dependemos cada vez más de un Poder Superior para el manejo de nuestra vida cotidiana, desaparece la desesperación surgida de nuestra larga experiencia de autosuficiencia.

Sólo por hoy: Reafirmaré mi decisión del Tercer Paso. Sé que con un Poder Superior en mi vida, hay esperanza.

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