Gabriel Genri
La llegada de un nuevo hijo es una situación de riesgo. ¿Aceptar que somos vulnerables ante una situación significa que los adictos en recuperación estamos condenados? No. Solo significa aceptarnos honestamente y activar todos los recursos que tenemos a disposición para cuidarnos y trascender en la conquista de nuestros objetivos.
Cuando pienso en situaciones de riesgo siempre recuerdo ese párrafo de La Filosofía que dice: "Aquí, juntos una persona puede manifestarse claramente. Ya no como el gigante de sus sueños, ni el enano de sus miedos. Sino como un hombre, parte de un todo, con algo para dar".
En esto hay un punto importante a destacar. Cuando uno dimensiona posibles peligros que puede enfrentar, a la par, realiza una valoración de sus propias fortalezas. Y en este observarse uno y su circunstancia es donde "los problemas" se trasforman en desafíos y oportunidades para crecer.
En mi caso personal, me costó muchísimo aceptarme vulnerable. El orgullo del "recuperado", me llevaba a minimizar muchas situaciones de riesgo y de última, en plena recaída de actitudes, terminaba utilizándolas para justificar mis recaídas en consumo. Ya desde la más pura victimización.
Con el paso del tiempo, pude aceptar que esas recaídas fueron solo montajes, expresiones de la adicción como enfermedad, que buscaba disfrazar como procesos de aprendizaje. En realidad, el único aprendizaje real y profundo se da cuando uno es capaz de desarrollar nuevas alternativas de vida para transitar eso que llamamos "situaciones de riesgo" sin apelar a ninguna sustancia, solo recurriendo a los recursos propios.
PD: Gran parte de mis recaídas fueron movilizadas desde la alegría: el festejo. El dibujo de "luego de tanto esfuerzo, me lo merezco". Nada eso, tal vez le sirva a alguién.
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Cuando pienso en situaciones de riesgo siempre recuerdo ese párrafo de La Filosofía que dice: "Aquí, juntos una persona puede manifestarse claramente. Ya no como el gigante de sus sueños, ni el enano de sus miedos. Sino como un hombre, parte de un todo, con algo para dar".
En esto hay un punto importante a destacar. Cuando uno dimensiona posibles peligros que puede enfrentar, a la par, realiza una valoración de sus propias fortalezas. Y en este observarse uno y su circunstancia es donde "los problemas" se trasforman en desafíos y oportunidades para crecer.
En mi caso personal, me costó muchísimo aceptarme vulnerable. El orgullo del "recuperado", me llevaba a minimizar muchas situaciones de riesgo y de última, en plena recaída de actitudes, terminaba utilizándolas para justificar mis recaídas en consumo. Ya desde la más pura victimización.
Con el paso del tiempo, pude aceptar que esas recaídas fueron solo montajes, expresiones de la adicción como enfermedad, que buscaba disfrazar como procesos de aprendizaje. En realidad, el único aprendizaje real y profundo se da cuando uno es capaz de desarrollar nuevas alternativas de vida para transitar eso que llamamos "situaciones de riesgo" sin apelar a ninguna sustancia, solo recurriendo a los recursos propios.
PD: Gran parte de mis recaídas fueron movilizadas desde la alegría: el festejo. El dibujo de "luego de tanto esfuerzo, me lo merezco". Nada eso, tal vez le sirva a alguién.
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