Sin duda, la etapa más dura de la recuperación es cuando nos enfrentamos a situaciones inesperadas que pueden hacernos perder el rumbo. Situaciones shockeantes llenas de estress como la pérdida impensada de un trabajo, o una pérdida afectiva como la muerte de un familiar, o una catástrofe natural que destruyó años de nuestro esfuerzo y trabajo, o ese deseo que estabamos a punto de consumar y se nos escapó de las manos por cuestiones externas. Por ello, hoy quería presentarles dos aportes de pensadores que pueden servirnos.
Uno de ellos es Séneca, quien hacia su madurez escribió que lo que produce estress, crisis o mal humor en una persona son siempre las situaciones no previstas. Por ello, aconsejaba planificar de antemano todo lo que podría salir mal ante una situación determinada, para evitar la frustración.
Séneca miraba a la Corte Romana de su tiempo y la poca habilidad para lidiar con la frustración que tenían en medio de la abundancia. Frustración que siempre era seguida de ataques de ira irracional. Por ejemplo, a un señor romano se le acababan las uvas en su plato y ordenaba matar al sirviente que no lo había llenado a tiempo.
La solución para Séneca, era aprender a anticiparnos a las cosas que pueden salir mal. El solo hecho de pensar en ello, reduce nuestra frustracción. Un ejemplo actual puede ser el tránsito en las ciudades. Lo más probable es que encontremos embotellamientos, eso nos pasa en forma cotidiana. Pero a pesar de ello, es común ver las caras de malhumor y malestar de las personas al volante y los consecuentes insultos. Anticipar el embotellamiento, puede llevarnos a buscar alternativas, como salir más temprano y tomar un libro para disfrutar la espera o cargar nuestro mp3 para escuchar música.
El ejemplo, puede parecer banal, pero es una buena piedra de toque para ponernos a pensar en situaciones más complejas. Donde "el control" no esta en nosotros, sino en las circunstancias que nos rodean. Esa instancia de racionalidad, que propone Séneca, puede ayudarnos a lidiar con los impulsos.
Otra autora que realiza un detallado análisis de las situaciones de shock, o estress máximo, es Naomí Klein. En su libro "La doctrina del Shock" define el shock como el estado aquel en que el individuo pierde contacto con su narrativa, con su historia. Esto puede derivar de causas naturales, o podemos ser inducidos a ellas por el contexto social o por otras personas.
En Reinserción Social, los adictos nos enfrentamos a múltiples situaciones inesperadas que por fuerza de eventos externos nos pueden llevar a perder contacto con nuestra historia y desembocar en una rápida recaída en el consumo de drogas. Situaciones donde el craving ni siquiera es mediado por nuestro intelecto, es un solo y automático pasar al acto.
¿Cómo lidiar con esas situaciones shockeantes. Como la pérdida impensada de un trabajo, o una pérdida afectiva, como la muerte de un familiar, o una catástrofe natural que destruyó años de nuestro esfuerzo y trabajo, o ese deseo que estabamos a punto de consumar y se nos escapó de las manos por cuestiones externas?
También podemos ir un paso más allá y pensar en esas situaciones que enfrentamos a pesar del malestar que sabemos nos pueden generar. Como lidiar con un jefe psicópata, o con esas personas que parecen no pueden estar sin causar malestar en el Otro.
Para Klein, todas estas crisis deben resolverse con una rápida lectura de nuestra historia. Historia que está inserta en el torrente de vida de la Humanidad. Es decir, Klein aboga por hacer un esfuerzo consciente por recuperar nuestra narrativa, que no es más que retornar a nuestras raíces, volver a contarnos nuestra historia. Para ella, el mantenernos centrados, anclados en nosotros mismos, ante estas situaciones solo es posible recuperando nuestra historia de vida.
Esto es, al fin y al cabo, recordar algo que la gran mayoria de los adictos que hemos pasado por Comunidades Terapeúticas conocemos: La Filosofía. Recordar y resitar La Filosofía es uno de los mayores puntos de apoyo que podemos tener en situaciones donde nuestro proyecto de vida sin drogas está en peligro. La explicación es sencilla. El mero hecho de recitarla, nos recuerda que no importan las circunstancias que nos rodeen. Somos nosotros los que decidimos cómo vamos a afrontarlas.
Filosofía, una de las tantas
Estamos aquí, porque no hay ningún lugar donde escondernos de nosotros mismos.
Hasta que una persona, no se confronte a sí misma, en los ojos y el corazón de los demás, escapa.
Hasta que uno no le permita a los demás compartir sus secretos, estos no le darán descanso...
Temeroso de ser conocido, no podrá conocerse a sí mismo ni a los demás...
Estará solo.
¿Donde si no en nuestros puntos comunes, podremos encontrar un espejo?
Aquí juntos, una persona puede por fin manifestarse claramente a si misma...
No como el gigante de sus sueños, ni el enano de sus miedos,
sino como un hombre,parte de un todo,
con una contribución para ofrecer.
Sobre este terreno podremos enraizarnos y crecer.
No más solos con la muerte,
sino vivos,para nosotros mismos y para los demás.
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