El Poder De Declarar
Muchos de nosotros hemos leído a la iluminada Louise Hay. En particular, y hace muchísimos años,

fue de gran ayuda para mí. Por eso, siempre la respetaré y consideraré una transformadora y una
adelantada que ofreció una nueva posibilidad para el mundo.
Los años pasan, los humanos seguimos creando y descubriendo y cuando surge algo que nos permite
mayores resultados en nuestras vidas, lo adoptamos porque vamos en pos de ser y estar, cada vez mejor.
Dicho esto, quiero transmitirles algo muy pero muy importante de otra disciplina que vino después de
ella –el Coaching Ontológico-, que trajo una mirada diferente y que presenta otra posibilidad que por sus
fundamentos, resulta ser más efectiva.
Esto no se trata de que algo haya estado mal y de que esto está bien. Se trata de obtener mayores y
mejores resultados, a medida que la evolución aprieta su paso.
Alrededor del año 700 AC se creó el alfabeto y aquél no tiene ningún punto de relación con la forma en
que escribimos hoy. Creo que este ejemplo es suficiente.
El Coaching Ontológico marca el nacimiento de una nueva etapa en el mundo, distinguida por numerosos
cambios, de los que voy a compartir el que nos interesa. Con la aparición del Coaching Ontológico termina
la concepción de que el lenguaje es pasivo y que solo se limita a describir la realidad. A partir de este
momento, se le da al lenguaje –la herramienta única más poderosa que distingue al Ser Humano- la característica de Activo.
Sólo hay un mundo donde hay lenguaje. Heidegger.
Con esto, tenemos que…
El Lenguaje Crea Realidad.
Con él Distinguimos (si soy un mecánico, por ejemplo, tengo distinciones sobre coches que nadie que no lo sea, puede tener).
Gracias al Lenguaje le doy sentido a mi existencia porque la puedo explicar.
Con él coordino acciones lo que me permite relacionarme.
Cualquier problema del ser humano es un problema de lenguaje y la solución está en el mismo lenguaje.
El Coaching Ontológico estudia Los Actos Del Habla, entre los cuales, se encuentran las Afirmaciones y las Declaraciones.
Usamos Afirmaciones para hablar de hechos comprobables que existen o han sucedido antes de que las usemos. En este caso, el lenguaje Describe lo que es. Y ellas se clasifican en verdaderas y falsas.
Yo vivo en Mar del Plata. (Empecé a vivir antes de decirlo, es comprobable, describo dónde vivo, y es verdadera –no hay lugar a dudas porque hay testigos-).
Mi nombre es Pablo. (Tengo mi nombre desde que nací, antes de decirlo ahora, es comprobable, describe cómo me llamo y es falsa porque no corresponde a lo que un testigo puede comprobar).
Las Declaraciones, por el contrario, no describen lo que ya hay, sino que Crean Una Realidad.
Después de emitir una, el mundo es diferente.
Los “declaro” marido y mujer. Antes de decirla existía una realidad, luego de decirla, la realidad es otra, es una que creé con mi palabra.
Las Declaraciones son lo que la extraordinaria Louise Hay llamaba Afirmaciones.
¿Por qué te estoy mostrando esto?
Porque la Declaración tiene Poder y la Afirmación no lo tiene.
Mirá…
Extenuado, el caminante se desplomó a la sombra de un árbol. “Necesito agua”, pensó. “Este debe ser un lugar donde el agua abunda”, siguió, mientras imaginaba con todo detalle el agua recorriendo su garganta reseca. Abrió los ojos y vio que, en efecto, muy cerca había un estanque de agua clara. Bebió hasta saciarse y siguió con sus “fantasías”: “Un poco de pan, un jergón donde descansar mis huesos molidos, un abrigo para el frío de la noche…” Uno a uno los pensamientos de su mente se concretaron.
Ya adormecido, pensó: “No puede ser que todo esto bueno me esté ocurriendo a mí, debe ser cosa del demonio. No lo puedo creer”. Por cierto, el demonio también apareció y le dio muerte al peregrino.
Si en lugar de pensar eso, hubiera pensado: “Merezco toda esta abundancia y estoy agradecido por haberla recibido”, hoy estaría vivo.
Los pensamientos declaran y crean la realidad de nuestra vida.
Primero: ¡Atento a “No lo puedo creer”! Esta declaración sale de nuestro Ser automáticamente cuando sucede algo que es mejor aun de lo que esperábamos. ¡Erradicá esta frase de tu vocabulario!
Segundo: Te propongo expresamente cambiar tu lenguaje y empezar a usar la palabra Declaraciones cuando estés hablando de lo que querés que esté en tu vida. Recordá que afirmar es simplemente, describir lo que ya está.
Las Declaraciones cambian tu vida, hacen realidad lo que querés que te suceda, curan enfermedades, hacen que tengas lo que querés para vos, pero contrariamente a lo que queda implícito en las erróneamente, llamadas afirmaciones (concepción hasta ahora que estoy declarando lo nuevo), no son mágicas (como tampoco lo eran las afirmaciones aunque se les atribuía ese significado), necesitan de tu acción y ejercicio de poder para concretarse…
Las Declaraciones pueden ser válidas o inválidas. ¿Quién decide esto?
¡Tu accionar!
Tus declaraciones darán su resultado si vos te comprometés con ellas. Esto significacomportarnos coherentemente con lo que hemos declarado para demostrar y sostener su realidad. Cuando realizás este proceso de esta forma, estás mostrando que tenés autoridad para hacer esa declaración.
Yo tengo el coraje de ser yo misma.
Yo tengo presencia en el mundo.
Yo acepto mi poder para cambiar.
Mi corazón está abierto para dar y recibir amor.
Yo agradezco mis talentos.
Yo soy creativa en mi trabajo y en mi vida.
Mi éxito bendice a los demás.
Contribuyo en el mundo de una manera significante.
Me desafío a ser yo misma.
Te animo a empezar ya, con esta herramienta tan poderosa para tu vida.
Te animo a comentar y/o a comunicarte conmigo si tenés alguna inquietud sobre este tema.
Realmente, creo que es un punto de inflexión en tu camino de transformación.
Por el placer de compartir.