domingo, 30 de septiembre de 2012

El Descubrimiento Interior


Jose Guillermo Fernandez Menendez
Nota escrita por Walter Riso. 

EL DESCUBRIMIENTO INTERIOR

Así algunas personas no les agrade el término porque les huele a Nueva Era o quizás por ignorancia o simplemente porque les molesta escudriñarse por dentro, existe una dinámica del “mejoramiento interior”, y por “interior” entiendo la manera en que nuestro sistema psicológico procesa la información referente a si 
mismo y el mundo. La mente puede evolucionar hacia esquemas más complejos y “maduros” a través de mecanismos de autoorganización donde la psiquis se traslada de estados confusos hacia unos más coordinados y ordenados. El progreso interior va de una mente rígida a una más flexible y de estructuras lábiles e impredecibles a estructuras más estables y consistentes. Es el concepto de “excelencia” bien entendido, que no significa ser el mejor y el más exitoso, sino de alcanzar una mejor calidad de vida. Bienestar no es igual a prestigo, poder y posición. Va más con el concepto de eudaimonia aristotélico (felicidad), al cual es definido por el filósofo McIntyre como: “El estado de estar bien y hacer bien estando bien…”. O parafraseando a Nietzsche podríamos decir que el crecimiento personal se identifica con: “Querer llegar a ser lo que somos, seres humanos nuevos, únicos, incomparables, que se dan a sí mismos leyes, que se crean a sí mismos”. ¿Cómo no ver aquí la reminiscencia griega con toda su fuerza?

El funcionamiento óptimo tiene que ver con buscar la autorrealización, o dicho de otra forma, con activar el verdadero potencial de uno: la vida buena o la vida feliz, orientado la mente hacia un proceso profundo de cambio en los tres aspectos mencionados en el manejo de la información: ser menos difusos (más concreto y diferenciado), menos rígidos (más flexibles) y menos inestables (más constantes). Y todo al servicio de buscar el sumo bien: descubrir para lo que estamos hechos.

El funcionamiento óptimo también tiene que ver con las motivaciones internas o externas. La motivación o valor intrínseco se refiere a la búsqueda de objetivos que son en sí mismos gratificantes y que puntan a satisfacer necesidades psicológicas más profundas: crecimiento espiritual, amor, amistad, contribución a la comunidad, ideales políticas o la visión del mundo, entre otras. Las motivaciones o valores extrínsecos están orientados a satisfacer necesidades que están inmersas en el mundo consumista y gira alrededor del dinero, posesiones y estatus.

La comprobación científica es que las personas que se mueven por motivaciones no consumistas, tienen menos probabilidad de caer en la droga, de enfermarse física y psicológicamente, establecen mejores relaciones interpersonales, son menos violentos y muestran altos niveles de calidad de vida. .

Funcionamiento óptimo no es vender más o tener muchas cosas, sino ser mejor persona, tener más lucidez y agudeza en las decisiones, saber cuando perder y cuando luchar por lo que se cree. No es cerrarse en un mundo de barrotes y creencias irrefutables sino estar abierto y dispuesto al cambio. Es coquetearle a la sabiduría; no implica tener mucha información y conocimientos, sino trasformarse. El funcionamiento óptimo generalmente aparece cuando hablamos menos y actuamos más. Porque el crecimiento interior es cuestión de experiencia. No son conceptos, son actos.

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