domingo, 1 de julio de 2012

-La familia no es “culpable” de la adicción, pero sí es responsable de su reacción ante ella.


Maria Luisa
Existen muchos ejemplos para hacer evidente el peligro social que representan las drogas, y que permiten afirmar con absoluta certeza que, por un lado la sociedad esta jugando un papel protagónico en la influencia sobre los adolescentes, y por el otro que es la misma sociedad quien con su apatía discrimina, corroe y humilla a los adolescentes que necesitan de su apoyo y limitan en sus capacidades para desarrollarse íntegramente. Esto viene a demostrar el desisteres de la sociedad por ayudar a las personas que lo necesitan y no que cuando vemos a un drogadipto nos damos la vuelta y le intentamos apartar de nosotros. Eso es lo que realmente divide y rompe a la sociedad. Los expertos en adicciones concuerdan en que para poder ayudar a nuestros seres queridos a vivir libres de las drogas, podemos realizar acciones concretas con enormes posibilidades de éxito.

Entre ellas destacamos las siguientes:

-La familia no es “culpable” de la adicción, pero sí es responsable de su reacción ante ella.

-No lo culpabilice con el fin de intentar parar su uso. Decir cosas como "si realmente me quisieras, dejarías de usar drogas" o "con tu conducta nos estás matando" sólo crea sentimientos negativos que dan al paciente más excusas para continuar usándolas.

- Hay que ser realistas, dejar el hábito de abusar de sustancias es difícil; no se engañe pensando que el adicto está "curado" cuando ha sido desintoxicado, este es únicamente el primer paso de un tratamiento que deberá ser más completo.

- Cuando el adicto ha comenzado un tratamiento lo más probable es que se presenten recaídas, acéptelas como algo que puede suceder en enfermedades crónicas.

- Establece reglas adecuadas en casa y vigila que sean respetadas.

- El abandono del uso de drogas debe ser siempre responsabilidad del propio adicto, ya que es el único capaz de hacerlo. No obstante, es muy importante el apoyo de la pareja o familia para su recuperación. Nadie puede controlar a un adicto que no desea dejar de usar sustancias, pero éste sí puede controlar a quienes se lo permitan.

Existe una estrecha relación entre los problemas de las drogas y el alcohol. El alcohol es claramente el más grande problema de estupefacientes que existen actualmente. Una radical reducción en su consumo, probablemente sería la medida más positiva en la lucha contra las drogas.

De no atacar este problema, dentro de muy poco tiempo la droga de cualquier tipo correrá el riesgo de ser aceptada socialmente tal y como sucede con el consumo del alcohol.

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