viernes, 29 de abril de 2011

Caballo(Heroina)

CABALLO


Al igual que Fernando, voy a compartir unas experiencias y comenzaré por la droga que parece causa más miedo: La heroína.
No recuerdo muy bien mi primer pico, lo que sí sé es que por aquella época yo tendría unos 21 años y estaba recién salido de la mili, vivía en Vallecas de lo cual me siento muy orgulloso, ya que es un barrio obrero por excelenc...ia. Corrían los años 80 y aun estaba caliente el cadáver del General.
Éramos una panda de amigos que estábamos con los porros y un día apareció el primo de uno, sacó una papelina y se preparó un chute, se lo metió y no imaginaba que yo podía caer, lo tomé casi anecdóticamente. Pero el chaval en cuestión empezó a venir con más frecuencia y como los fines de semana su casa estaba vacía puesto que sus padres se iban a una parcela, nosotros íbamos a, él cogía su papelina y se metía su chute, hasta que llegó el momento de mi iniciación. Me lo preparó él y él me lo metió en la vena. La sensación que se siente es brutal. La heroína es una droga que te deja relajado, te produce un bienestar increíble, desde ese momento y pensando que era el último ya iba yo a comprarlo, tenía un amigo íntimo que también se enganchó, en definitiva se enganchó toda la pandilla. Recuerdo haberme puesto un pico sentado en el bordillo de la acera y un hombre me vio y no me acuerdo lo que me dijo, no le hice caso. Era joven y me daba igual. En cierta medida casi me sentía héroe por ponerme la sustancia más adictiva que existe. Al poco tiempo ya necesitaba diariamente heroína me metía cada cuatro días, y luego pasaba un mono suave hasta que volvía a continuar. Como anécdota dolorosa contaré que una vez me metí en el aseo de mi casa, mi madre sospechaba, me senté en el WC, me quité el cinturón y lo enrollé alrededor del bíceps, lo apreté con los dientes para que la vena saliera, previamente me preparé el pico, no diré como se prepara para no dar ideas. Cuando tenía la jeringuilla con la heroína y el cinturón en los dientes, metí la aguja, al sacar el émbolo vi que no salía sangre. Horror, no me había encontrado la vena, lo intenté de nuevo y tampoco, así, me hice unos 18 o 20 pinchazos en el brazo, entre medias mi madre llamando al aseo y con los nervios no podía, al final lo tuve que tirar al WC, y salí casi llorando de la impotencia.
Me eché novia y la advirtieron de que yo me metía por la vena, pero me tendría que querer mucho porque a pesar de ello salió conmigo, mis padres se iban a casa de este amigo y mi casa estaba sola, ella venía a mi casa, pero también me traía a mis amigos. Todos con la aguja y ella aguantando.
Un día me dijo que estaba embarazada, yo me quedé algo alucinado por la situación, pero al cabo de unos días me dijo que se había caído por las escaleras y que había abortado. Era todo mentira, lo único que quería era que yo saliera de la heroína y puso como excusa la situación del embarazo.
He de decir que con la heroína en cuanto al síndrome de abstinencia no sufrí mucho, ya que por suerte no me metía mucho si acaso un pico o dos diarios y durante un año y medio Y el mono fue suave, no es que fuera suave, es que lo cambié por la peor droga que existe: EL ALCOHOL.



Alfonso Cobo Jiménez.



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