miércoles, 16 de agosto de 2017

Existen diferentes formas de consumo: uso, abuso y dependencia.

La dependencia es un proceso complejo y lento que pasa por diferentes fases en las que la cantidad, la frecuencia y las formas de consumo varían. Los primeros contactos con la droga suelen darse de un modo fortuito y casual,tienen un carácter experimental y a menudo asociado a motivaciones como la curiosidad, la atracción por lo prohibido, la presión social al consumo o la ausencia de otros medios para hacer frente a situaciones de dificultad que surgen en la vida de cualquier persona.
Estos peligros no son percibidos por nuestros hijos adolescentes. Ellos suelen sentirse invulnerables frente a las consecuencias de la droga y ser poco conscientes de las implicaciones que puede tener el uso de la sustancia a corto a medio y largo plazo. Si a ello sumamos la vulnerabilidad propia de la etapa, los cambios a los que se ven sometidos (en su cuerpo, en su forma de sentir y pensar) y las dificultades y desafíos que han de afrontar en su proceso de convertirse en adultos, estos usos pueden llegar a convertirse en problemáticos.
Registra habitaciones y sus pertenencias,sospechar de esa manera, lo único que conseguiremos es perder su confianza, si lo que nos interesa es el reconocimiento de ese consumo.
Realizar análisis para buscar restos de sustancias, implica que no se cree al afectado y la información que nos puedan ofrecer esos análisis hay que interpretarlas con mucha prudencia, por que se puede dar el caso que resultados positivos en realidad no lo son y con falsos resultados negativos.
Cualquier decisión que vayamos a tomar respecto al posible consumidor no debe estar basada en estos métodos, pues nos arriesgamos a perder su confianza,y la confianza solo se consigue con el dialogo y la comunicación.
Pues una perdida de confianza puede dificultar cualquier abordaje posterior y eso es un riesgo que no nos podemos permitir
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