miércoles, 23 de noviembre de 2016

El toxicómano vive en el vértigo de un actuar repetitivo

El toxicómano vive en el vértigo de un actuar repetitivo. Pone el acento no tanto en el objeto como en la repetición del acto en si. El flash es la investidura de un acto por el lado de la sensación, no es representación sino un mero sucedáneo . Se lo puede evocar y recrear no por la memoria sino por medio de un acto repetitivo.
Otra característica es su necesidad de efectuar una renegación de la realidad en su conjunto, es decir reemplaza la realidad común por otra. Hay un desafío a las leyes del cuerpo, los límites y las restricciones sociales , es decir a todo lo que sostiene el principio de realidad en donde cotidianamente nos enfrentamos con inscripciones de falta, sufrimiento o diferencias.
Para el adicto la falta en su doble acepción de perdida y de culpa esta siempre en el otro. A veces piensa que lleva una vida normal y que la droga es nada mas que un accidente, lo que no puede ver que todo lo que hace aparte de drogarse es maquinar. De ahí su dificultad para lograr o sostener proyectos a largo plazo, o la forma de relación con sus vínculos afectivos, pareja, hijos, familia. Parece que está pero no está!
Así como antes mencionamos que los procesos anímicos están regulados por el principio del placer, es importante remarcar que para que haya placer es necesario que haya un limite. Tanto si lo pensamos en cuanto al orden biológico por el sistema de autoconservación, ej. hambre , como el orden erógeno por la sexualidad ej: amor Si pasamos ese limite , si queremos excederlo nos encontramos con el goce, y el goce nos conduce inevitablemente a la muerte ya sea física o a la muerte del deseo que nos objetiviza.
Es decir mas que la investidura de un objeto que nos de placer y disminuya la tensión , el registro del goce implica la investidura de un actuar. Con lo cual se produce un fracaso del principio del placer Si lo comparamos con la pasión amorosa ahí la presencia del objeto produce un efecto de satisfacción , en el toxicómano la exigencia es mayor, no hay posibilidad de satisfacción, es decir, que funcione en el registro del placer.
En la pasión amorosa la ausencia del objeto puede producir un exceso de sufrimiento que puede llevar al sujeto al suicidio . En el adicto la muerte puede producirse como un "accidente" por la presencia del objeto y no por su ausencia. Es decir la sobredosis es un exceso de la presencia de objeto . La falta es lo que nos constituye como seres deseantes, en la adicción hay un exceso de la presencia del objeto que obtura esa falta, queda todo inmovilizado, no hay avance , hay nada mas que búsqueda del tóxico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario