viernes, 12 de febrero de 2016

SI ALIMENTAMOS A LOS NIÑOS DE AMOR, LOS MIEDOS MORIRÁN DE HAMBRE.


SI ALIMENTAMOS A LOS NIÑOS DE AMOR, LOS MIEDOS MORIRÁN DE HAMBRE.
Lo más interesante de asumir la educación emocional de nuestros niños es que a través de ella cambiamos la química de sus cerebros; o, lo que es lo mismo, les estamos ofreciendo la posibilidad de controlar su biología.
La influencia negativa y penetrante de los medios de comunicación, las prácticas educativas poco acertadas o la falta de respeto hacia las escuelas o hacia la sociedad están mermando las capacidades emocionales de nuestros niños.
Podemos aceptar que es inevitable que cierto tipo de cambios sociales ocurran, pero lo que tenemos en nuestras manos herramientas para potenciar su salud emocional. ¿Qué podemos hacer? En realidad es muy sencillo, véamoslo…investigadores destacados señalan que decirles a nuestros niños que sonrían y que las cosas irán mejor es verdaderamente útil. De hecho, a la luz de los datos, los seres humanos podemos equilibrar nuestros niveles de serotonina con una simple sonrisa.
Cuando sonreímos nuestros músculos faciales se contraen, lo que hace que disminuya el flujo sanguíneo de los vasos cercanos. Esto, a su vez, provoca que se enfríe la sangre, por lo que disminuye la temperatura de la corteza cerebral, lo que tiene como consecuencia la producción de serotonina.
-Claves para aumentar sus habilidades emocionales.
Como hemos dicho antes, a veces es muy sencillo lograr que nuestros niños crezcan de manera equilibrada. Así, basta con que los alimentemos de amor para que sus miedos y sus problemas emocionales se mueran de hambre.
-Veamos a continuación cómo podemos hacerlo en 3 sencillos pasos…
1. OFRECIÉNDOLES UN HOGAR, UN LUGAR EN EL QUE SE SIENTAN PROTEGIDOS Y ARROPADOS.
Un hogar se crea de emociones que parten de las personas que lo componen. No vale de nada que tengan cientos de juguetes en su habitación si no compartimos con ellos nuestro amor a través de gestos de cariño y de cuidado.
2. HÁBLALES DE MANERA CARIÑOSA.
Cuando los niños hacen algo mal o se comportan de manera agresiva solemos emplear estrategias de rechazo hacia su persona. Esto es algo así como decirles “ya no te quiero” o “qué malo eres”; sin embargo, de esta manera no les hacemos ver que lo que está mal es lo que han hecho (o sea, su comportamiento) y no su propia valía.
Por esta razón, el mensaje que debemos transmitirles mensajes del tipo “no está bien lo que has hecho” que no mermen su autoestima ni pongan en duda nuestros sentimientos hacia ellos.
3. REGALÁNDOLES NUESTRO TIEMPO, NUESTRO INTERÉS Y EL DESEO DE DISFRUTAR LOS DESAFÍOS QUE NOS PROPONEN.
Lo que nuestros niños ven en nosotros no lo ven en nadie más. Ni siquiera alcanzan a imaginarlo. Por ello, es indispensable regalarles todo de nosotros y ofrecerles una visión de su mundo cálida e incondicional.
Por Raquel Aldana.

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