martes, 26 de enero de 2016

Nuestros pensamientos crean nuestro estado de ánimo.

Juan Enrique Corona Galvez
Compartimiento
Nuestros pensamientos crean nuestro estado de ánimo.
Cognición en realidad hace referencias a creencias, percepciones y actitudes y al modo en que interpretamos los eventos. Estos pensamientos pueden crear emociones de ira, hostilidad, depreción, tristeza, ansiedad, miedo, vergüenza, o culpa.
Cuando la persona se siente deprimida sus pensamientos están dormidos por la negatividad.
Los pensamientos negativos vinculados a un torbellino emocional por lo general contiene importantes distorsiones. Estas distorsiones pueden llamarse también patrones de pensamientos irracional, tergiversando o irrealista.

1. Pensamiento todo-o nada
La personas que piensa de esta manera ve todo en términos de Blanca y negro. No hay grises posibles. Los perfeccionistas verán su trabajo como algo perfecto o como algo sin valor alguno. La persona saludable ve espectros y variaciones y excepciones en casi toda las áreas de la vida.
2. Sobregeneralización 
Es la tendencia a llegar a conclusiones apresuradas a partir de muy pcs evidencia. Por ejemplo, el hombre rechazado por una mujer a quien ha invitado a salir llega a la conclusión de que todas las mujeres le rechazarán y que jamás logrará una cita. El pensamiento saludable saca conclusiones únicamente después de tomar en cuenta abundante evidencia.
3. Filtro mental negativo 
Estas personas filtran toda información positiva o buena. No quiere oír elogios ni palabras de afirmación o apreciación. Solamente oye las críticas. La persona sana oye tanto lo bueno como lo malo.
4. Descalificar lo positivo 
La persona oye el elogio pero no lo toma en cuenta. Da explicaciones para rechazar toda felicitación, elogió o reconocimiento. Por ejemplo, si le dan un ascenso diría: «No lo merezco. Es que me tienen pena porque en verdad, soy un perdedor nato». La persona saludable recibe los elogios y los usa para validar su autoestima.



5. Conclusiones apresuradas
Esta persona cree que sabe todo el tiempo, con un 100 por ciento de exactitud, lo que los demás piensan de ella. La persona saludable no cree poder leer las mentes de los demás.
6. Magnificación (predecir catástrofe) o Minimización. 
Esta persona exajera la importancia de eventos o encuentros aislados. Pues magnificar sus propias emociones, errores o imperfecciones. Minimizará, sin embargo, los éxitos que haya tenido. La persona con Pensamientos saludables maximiza los puntos buenos y minimiza los errores.
7. Razonamiento emocional. 
Esta persona ve los resultados como consecuencia directa de sus emociones. Por ejemplo, sentirá que no tiene esperanza de pasar un examen, así que ni siquiera se presenta. La persona saludable separa los hechos presentes de los del futuro.
8. Declaración de «debería»
Esta persona tiene un rígido conjunto de reglas sobre lo que se debe, se debería, no se debe, no se debería o lo que obligatoriamente hay que hacer. La persona saludable conoce y expresa el hecho de que hay muy pocas reglas infalibles en la vida.
9. Encasillar y descalificar 
Esta persona posiblemente categorice y encasille a los demás y a si misma como «estúpido», «idiota», «imbécil», «perdedor», «tonto», o «cerdo». La persona saludable evita las etiquetas (Me gusta recordarles a las personas que Dios le dio a la humanidad la autoridad y responsabilidad de dar nombre a los animales, no a los seres humanos.)
10. Personalización
Esta persona se culpan a si misma por eventos sobre los que no tiene control alguno, o menos control del que supone. He conocido padres que se culpan a si mismos porque sus hijos han probado las drogas y el alcohol. Se llenan de culpa y autor-condena cuando de echo necesitan responsabilizar al adolesente por sus decisiones y conductas. La persona saludable se niega a asumir responsabilidades o culpas por las decisiones que otros tomen libremente. F24hs
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