jueves, 7 de enero de 2016

La persona adicta puede TENER conflictoS con los valores aprendidos previamente.


Esta disonancia cognitiva hace necesario reforzar el sistema de creencias adictivo y la red de contactos asociados con la adicción. El sistema de desilusión se hace mas fuerte para poder manejar la ansiedad resultante del avance de la adicción. La magnitud de estos cambios dependen mucho del sustrato de la adicción. Si la adicción es a una droga legal y socialmente aceptada, es menor el impacto de este conflicto. Por otro lado la adicción a drogas ilegales, hace más evidente la necesidad de encontrar un sistema de creencias independiente de la aceptada como normal en la sociedad. Algunos de los valores adictivos que son comunes a las distintas adicciones son:
1.- El uso es prioridad, y es necesario para poder vivir
2.- No confiar en las personas que no comparten la adicción
3.- Sentirse bien todo el tiempo es algo necesario
4.- Evitar el dolor es una prioridad.
El uso y la adicción se practican a través de una serie de rituales tan importantes para el adicto, que se convierten en partes integrales de la conductas de uso. Es esta experiencia completa la que termina asociándose en las redes neuroquímicas del cerebro del adicto. De esta manera los eventos concurrentes al uso se ligan mediante el condicionamiento y los episodios repetidos de consumo. Se convierten así los rituales, en una experiencia tan relevantes para el proceso adictivo que, al estar los adictos en presencia de algunas de las circunstancias del ritual se dispara inconscientemente los deseos y pensamientos de uso. Este fenómeno se conoce como memoria eufórica.
F. REYES.

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