miércoles, 9 de diciembre de 2015

Más allá de las palabras.

Más allá de las palabras.
No creo que se puedan contar las veces que estando en activo hemos dicho y prometido que no lo volveríamos a hacer, que no volveríamos a consumir y que esta era la última vez. En muchas ocasiones, tantas veces como lunas han ido acompañándonos en nuestra vida, falsas promesas surgidas del arrepentimiento, la vergüenza y el dolor, promesas sinceras en su nacimiento pero imposibles de sostener en el tiempo debido a nuestra enfermedad, imposibles de cumplir llegado el momento y hacedoras de más dolor y sentimiento de fracaso.
Cuando un adicto está en ese proceso destructivo y doloroso que es la época de activo, donde su enfermedad es la piedra angular que rige su vida, es imposible parar de consumir y no porque no sea consciente de lo autodestructivo de la situación, no porque no quiera hacerlo, ni porque su objetivo sea destrozarse y destrozarle la vida a su entorno más cercano, sino porque no puede dejar de hacerlo sin ayuda profesional, y sobre todo, con un mínimo de intención por su parte. Las mentiras forman parte de esta enfermedad, son una de sus manifestaciones, junto con muchas otras actuaciones incomprensibles e impensables.
La irrealidad que vive un adicto, es cuanto menos digna del mejor guion de ciencia ficción escrito jamás, nunca nada es predecible, solo una cosa, y es que volverá a consumir y a mentir, a engañar y hacer lo que sea necesario por poder seguir consumiendo. Esto desde la distancia y sin un vínculo emocional de por medio, es relativamente fácil de entender cuando se lo explicas a la gente, cuando son informados de porque suceden ciertas cosas en la vida de un adicto.
El problemas es que esta clarividencia se ve perturbada cuando al que le toca sufrir las consecuencias es a un@ mism@, cuantas veces he escuchado la típica frase “Tu di lo que quieres pero si sigue drogándose es porque le da la gana” y en parte hay algo de verdad en ella pero la realidad se acerca más a que no puede dejar de hacerlo.
La adicción es una enfermedad muy grave que no tiene cura pero si tiene tratamiento, y si se hace bien, la recuperación es total. En muchas ocasiones, las cosas deben empeorar para después mejorar y las mentiras forman parte de este proceso.
Conocer bien la adicción desde el punto de vista médico y profesional nos ayudara a entender ciertas situaciones que se dan en la vida de un adicto y que desde luego nos ayudara a poder seguir viviendo sin el dolor y el peso que muchos sufren al creer que en parte, es culpa suya.
Ante la duda siempre hay que visitar a un profesional, informarse y pedir ayuda en caso de que sea necesario. Cuanto más conozcamos sobre el cómo y por qué en las adicciones, antes ayudaremos a normalizar esta enfermedad y a desestigmatizar a los adictos.
El novelista y político francés André Malraux dijo: “Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar”.

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