jueves, 11 de junio de 2015

COMO FUNCIONAN LAS REHABILITACIÓN



Mientras que la recuperación es el proceso mediante el cual el adicto detiene su uso y produce cambios positivos en su estilo de vida, el tratamiento se define como una serie de actividades estructuradas que se utilizan con el fin de ayudar al adicto a reconocer y detener la adicción activa; así como promover y mantener la recuperación sostenida.
Es necesario clarificar la relación entre estos dos procesos que actúan de manera armónica y coordinada.La recuperación es para toda la vida y su objetivo es el de mejorar la calidad de vida del adicto en recuperación.El tratamiento esta delimitado a un período de tiempo, aunque podría ser necesario varias sesiones de tratamiento a lo largo de la vida del adicto. El objetivo del tratamiento es poder asistir al paciente a lograr su recuperación.La intervención familiar es un procedimiento dirigido a poder ayudar al adicto a tomar la decisión de entrar en recuperación. Esta intervención debe ser guiada por un profesional entrenado y se basa en el poder de la familia como grupo de presión positiva.Es recomendable asesorarse con un profesional de la adicción que está entrenado en esta área y cumpla con los requisitos para poder ser de ayuda.Por otro lado, hay que guardar cuidado y prudencia pues, siempre hay un sector de farsantes que se aprovechan de la desesperación de las familias que sufren de la adicción para engañar con falsas promesas o "curas" mágicas.No existen "curas" rápidas o mágicas; el simple hecho de proponerlas denota un desconocimiento craso del tema. Además esa actitud es precisamente el centro de la dinámica mental de la adicción: la búsqueda obsesiva del arreglo rápido, la sustancia mágica, la persona, lugar o cosa que nos "arreglará" la vidaEl tratamiento de las adicciones debe ser integral, sistémico y estratégico abordando la mayor cantidad de niveles posible: personal, familiar, laboral, social, etc.; y se debe tener en cuenta a la persona de manera integral y completa.Los cambios psicosociales son el foco donde la mayor cantidad de energía de tratamiento se invertirá, pues es allí donde la posibilidad de cambio constructivo es mayor.Las diferentes herramientas terapéuticas pueden y deben ser usados de manera integral y teniendo en cuenta las necesidades especiales de cada persona, pero nunca como substituto del tratamiento psicosocial.No existen tratamientos mejores que otros sino que cada persona tiene necesidades distintas y cada modalidad de tratamiento ofrece posibilidades distintas. Cada plan de tratamiento individual debería basarse en la severidad del proceso adictivo, las características individuales de la persona y la situación de funcionamiento psico-social en ese momento.
Los centros de rehabilitación se caracterizan por brindar un tratamiento bastante estructurado, de aquí las etapas del tratamiento: a) Desintoxicación: etapa de estabilización
La desintoxicación es la etapa inicial e intensiva del tratamiento. En esos programas se administra a los drogodependientes un tratamiento de desintoxicación bajo supervisión médica. El síndrome de abstinencia que se puede desarrollar al suspender el uso de una droga variara según la droga de que se trate.
Los síntomas generales comunes son la necesidad imperiosa de consumir la sustancia, ansiedad, inquietud, irritabilidad, insomnio y falta de concentración.
Los adictos a psicoestimulantes, en particular anfetaminas y cocaína, también pueden necesitar supervisión médica durante la fase aguda de abstinencia que se presenta después de la cesación del consumo de la droga. Aunque no manifieste síntomas físicos directos de abstinencia (si no se administra un agonista para aliviar el malestar), la persona puede llegar a sufrir graves problemas psicológicos (incluso psicosis inducida) y trastornos del sueño que pueden aliviarse con medicación adecuada.
El objetivo principal de los programas de desintoxicación es lograr la abstinencia en la forma más segura y cómoda posible.
La desintoxicación no constituye, por si misma, un tratamiento de rehabilitación y muy rara vez se logra ayudar prestando a los pacientes el apoyo necesario para mantener los resultados y metas logrados anteriormente. Puede comprender llamadas telefónicas periódicas y visitas programadas y no programadas o sin consulta previa. Además de los servicios de postratamiento ofrecidos por el programa estructurado, también se puede alentar a los participantes a pasar a formar parte de grupos de autoayuda y ofrecerles servicios de apoyo y de orientación generales en la comunidad, de ser necesario. Hasta el momento no se ha evaluado formalmente la eficacia de esa clase de servicios, si bien en general se reconoce su valor y se intenta promoverlos. Naturalmente, un entorno familiar y comunitario propicio también contribuirá a la recuperación de las personas que han recibido
 
Tratamiento por abuso de drogas.
La desintoxicación no constituye, por si misma, un tratamiento de rehabilitación y muy rara vez se logra ayudar a los pacientes a lograr una abstinencia duradera. La desintoxicación es, más bien, la primera etapa de los programas de tratamiento encaminados a posibilitar la abstinencia y la recuperación.
Los servicios de desintoxicación en régimen ambulatorio o en la comunidad son indicados cuando se considera que las personas con trastornos inducidos por sustancias pueden abstenerse de consumirlas sin salir de la comunidad. Por lo general la desintoxicación se inicia en el centro que ejecuta el programa o en el domicilio del paciente con un periodo de estabilización en el que se administran sustancias de sustitución. Después de ese periodo de estabilización, se va reduciendo gradualmente la dosis a lo largo de un periodo que fluctúa entre algunas semanas y varios meses. En ese periodo se puede alentar al paciente a recibir asesoramiento, tratamiento medico y otros servicios de apoyo. En muchos aspectos, en líneas generales, algunos de esos programas pueden compararse, con los programas de mantenimiento ambulatorios o en la comunidad.
Las personas con trastornos inducidos por sustancias y vinculados a un síndrome o a síntomas de abstinencia, que muy probablemente no podrán abstenerse de las drogas si permanecen en la comunidad y que por lo tanto necesitaran un entorno supervisado y controlado por facultativos, pueden ingresar en un programa de interacción o residencial a corto plazo. En la mayoría de esos programas se pasa de una etapa de desintoxicación a una etapa bastante breve de prevención estructurada de recaídas, asesoramiento y educación con la perspectiva de remitir a la persona a otro servicio. Cabe observar que algunas de las personas que se están absteniendo de consumir drogas sufren otros problemas físicos y psicológicos (que pueden influir en la administración del tratamiento del estado de abstinencia de drogas o de alcohol), de modo que los programas de interacción a corto plazo pueden constituir una oportunidad propicia de descubrir o tratar esos problemas.

Rehabilitación: etapa de prevención de recaídas
En la etapa de rehabilitación o de prevención de recaídas se atiende a las necesidades de las personas que han concluido un programa de desintoxicación, o que, habiendo desarrollado dependencia, no presentan síntomas de privación que exijan que se sometan a la etapa anterior de tratamiento. Los programas de prevención de recaídas o de rehabilitación tienen por objeto cambiar el comportamiento de los pacientes para que puedan poner freno al deseo de consumir sustancias. En esa etapa se aplican intervenciones psicosociales y farmacológicas.
Programas en la comunidad o ambulatorio: 
Estos programas ofrecen un plan de atención psicoterapéutica o de asesoramiento general. El plan se suele configurar en función de las necesidades de cada participante con arreglo a un método de gestión de casos. El método esta basado en la determinación inicial y continua, por parte de un clínico o una persona especializada, de los problemas, recursos personales, apoyos sociales y factores de tensión existentes. Ese análisis da lugar al establecimiento de un conjunto de metas individuales de tratamiento que la persona ha de alcanzar, cuyo cumplimiento se verifica y examina periódicamente en el curso del tratamiento. La gestión de casos abarca también funciones de enlace y la remisión a otros servicios auxiliares de apoyo que necesite el participante, así como a otros programas especializados pertinentes.
En muchos países, la mayoría de los consejeros utilizan técnicas cognitivo conductuales y motivacionales centradas en el usuario y ofrecen un tratamiento cuya duración oscila entre una intervención breve de una a tres sesiones y un programa estructurado de varios meses de duración.
En muchos países existen programas estructurados ambulatorios sin drogas. En los programas más intensivos se espera que los participantes asistan cuatro o cinco días por semana varias horas por día. Se trata de ayudarles a comprender y reconocer mejor su comportamiento en relación con el consumo de drogas con miras a mitigar las consecuencias negativas de este y a evitarlo. Además, las sesiones de asesoramiento y educación individuales y en grupo pueden girar en torno a cuestiones relacionadas con el VIH/SIDA, las relaciones familiares, la formación profesional, la reinserción laboral, el apoyo en materia de vivienda y asuntos jurídicos.