jueves, 23 de abril de 2015

Y NUESTROS MAYORES ¿QUÉ? Factores que condicionan el consumo en el anciano


Y NUESTROS MAYORES ¿QUÉ?
Factores que condicionan el consumo en el anciano.
El envejecimiento trae consigo el abandono de la profesión o de otros objetivos, reducción de vigor físico, cambio de los placeres sensuales y una conciencia de la muerte desconocida en etapas previas. Los problemas emocionales incluyen cierta depresión y una alteración de la propia estima, a la cual se añaden las propias presiones sociales derivadas de la jubilación, la dependencia, la muerte de familiares y amigos, la pérdida de la seguridad económica, entre otras. Como se evidencia, existen suficientes condiciones inherentes a la vejez que son un caldo de cultivo adecuado para que se manifieste esta conducta .
Para una mejor clasificación de los factores de riesgo en los ancianos, estos se pueden dividir en:


Factores médicos:
- Enfermedades crónicas, terminales, dolorosas, invalidantes y discapacitantes, como Parkinson, demencia de Alzheimer o de otro tipo, las neoplasias, entre otras.- La hospitalización periódica del anciano, así como ser sometido a intervenciones quirúrgicas frecuentes.
- Los tratamientos pro depresivos.
- Las enfermedades pro depresivas.
Factores psiquiátricos:
Se incluyen las depresiones de cualquier etiología, el abuso de drogas o alcohol, los trastornos crónicos del sueño, las psicosis delirantes y la confusión mental.
Factores psicológicos:
Los ancianos que sufren de sentimientos de soledad e inutilidad, inactivos, aburridos con falta de proyectos vitales y con tendencia a revivir el pasado.
Factores familiares:
- Pérdida de seres queridos por muerte natural o por suicidio. La viudez durante el primer año.
- El abuelo que se rota entre los familiares.
- El ingreso en un hogar de ancianos en su etapa de adaptación puede ocasionar situaciones de desamparo.
Factores socio - ambientales:
- La jubilación.
El aislamiento social.
La actitud hostil, peyorativa o despreciativa de la sociedad hacia el anciano.- La pérdida de prestigio.
Estos son algunos de los factores de riesgo que se pueden presentar en esta etapa y mientras mayor número de estos se acumulen, mayor será el riesgo de consumo de sustancias psicoactivas como intentos infructuosos de obtener bienestar. Conociendo estos factores, el médico de atención primaria puede trazar la valoración precoz para evitar la conducta. No obstante, la prevención no es problema exclusivo de las instituciones de salud, sino de toda la comunidad, sus organizaciones e individuos. El apoyo social formal que se le debe prestar al anciano es fundamental y repercute en su estado de satisfacción y habla del trabajo mancomunado para mejorar su calidad de vida. Distintas dimensiones de las redes sociales son importantes para la salud o la adaptación de la persona de edad avanzada, en función de enfrentar las demandas sociales.
Está demostrado que de la calidad del apoyo proporcionado al anciano depende su nivel de bienestar y con ello, su calidad de vida. El nivel de bienestar o calidad de vida resulta del equilibrio entre la satisfacción de las necesidades básicas y la falta de satisfacción de éstas tanto en el plano subjetivo - posibilidad de desarrollo completo de la personalidad - como en el plano subjetivo-satisfacción por la vida y aspiraciones personales. Este concepto, como punto de partida para mejorar las condiciones de bienestar y enfrentar el problema del envejecimiento poblacional en una comunidad, es indispensable para crear las estructuras y establecer redes sociales entre distintos sectores que nos permitan desarrollar un programa de atención al adulto mayor adecuado y donde el amor y el sentido de responsabilidad con esa generación estén presentes.
Es necesario crear en la comunidad estructuras que faciliten un equilibrio entre los elementos psicológicos, económicos, sociales y ecológicos que mejoren el estado de salud físico y mental, así como el desarrollo de capacidades que le permitan al anciano ejercer autonomía o decidir por sí solo y poder ejecutar estas decisiones para lograr con ello satisfacción individual, familiar y social. De lograrse esto, estaríamos contribuyendo al mantenimiento de la salud, favoreciendo el estado emocional y disminuyendo la incidencia de adicción en el anciano.

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