jueves, 23 de abril de 2015

Muchos autores coinciden en que la toxicomanía es un modelo de conducta que no presupone una personalidad determinada; esto quiere decir que no aceptan la existencia del toxicómano nato o sea del que nace predestinado.

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Muchos autores coinciden en que la toxicomanía es un modelo de conducta que no presupone una personalidad determinada; esto quiere decir que no aceptan la existencia del toxicómano nato o sea del que nace predestinado.
Es posible interpretar la toxicomanía como un comportamiento que puede desaparecer o cambiar, si se varían o se eliminan los factores que lo han provocado y que lo condicionan. El drogadicto no nace, sino que se hace. Los factores ambientales son determinantes para la tendencia hacia la droga, así como la influencia de los círculos más cercanos: de amigos, culturales, laborales, etc. Los factores personales que han sido "adquiridos" se superponen al temperamento y lo inclinan hacia una actuación determinada. La educación, la capacitación para el esfuerzo, la voluntad para vencer el dolor, la fortaleza ante la adversidad o frustración son los mejores elementos preventivos.


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