HABLEMOS DE LA DROGA LLAMADA "ALCOHOL".
Cuando un individuo cae en un estado de apatía, podemos decir que está presentando una conducta desviada, ya que esta es la violación de las normas de su propio grupo o de la sociedad en su conjunto por un individuo o grupo social y esto podríamos verlo como no-adaptación del individuo al medio que provocó esta conducta desviada.
Resulta interesante en este análisis tener en cuenta la influencia que ejerce el grupo de amigos en estos individuos. Percatarnos como estos grupos tienen una función catalizadora en la formación de conductas, lo que puede evidenciarse en la forma en que estos individuos hacen suyas las normas, los valores y las costumbres de dicha colectividad lo que si bien, de forma normal sería de gran ayuda, en lo patológico constituye un gran riesgo en la mal formación del individuo
.
Los factores biológicos, psicológicos y sociales:
Operan directamente al nivel de la conciencia individual de la persona para la cual la búsqueda del alcohol, con la dependencia cada vez más fuertemente establecida, es el final feliz de múltiples situaciones emocionales como vía alternativa de respuesta a las mismas. La ingestión del alcohol es la solución más económica en la situación concreta en la que el sujeto se encuentra, si bien se trata de una solución subjetiva y falsa y en consecuencia contraproducente. Mediante la pérdida de conciencia que el alcohol provoca, el sujeto alude la posibilidad de una conducta que repare la situación conflictual originaria. La dependencia alcohólica no estriba tanto en las modificaciones que hayan tenido lugar por su ingestión, cuando por el hecho de que ante la progresiva complicación del conflicto originario, las posibilidades de solución se alejen más y más y por consiguiente la necesidad de evasión es cada vez más imperiosa a la mayor necesidad de huir de la realidad se une ahora como antes la fácil disponibilidad de la bebida alcohólica.
Si partimos de los conocimientos del concepto de droga como toda sustancia mineral, vegetal o animal que introducida en todo organismo vivo puede modificar una o más funciones, ya sea como estimulante, deprimente o narcótico y del concepto de toxicómano, persona que abusa de las sustancias tóxicas para procurar sensaciones agradables o suprimir el dolor, no sería difícil clasificar al alcohol dentro del grupo de las drogas debido a todos los efectos que ocasiona a nivel funcional ante determinado consumo y clasificar a su vez a las personas que lo ingieren, transgrediendo las normas de consumo social, como personas toxicómanas.
No es hasta 1849, que se incluye el alcoholismo como categoría integrante en las toxicomanías. El esfuerzo del científico sueco Magnus Huss ha propiciado beneficiarnos con el alcance de nuevos enfoques sobre el tema. A partir de este momento son varias las definiciones que se han dado sobre que es el alcoholismo, dirigidas también a esclarecer los criterios de por que se ubica en el grupo de las enfermedades.
Son muchas las concepciones existentes sobre la toxicomanía, algunas que no clasifican al alcohol como una droga, otras que consideran solo a la juventud como el grupo etáreo más problemático en este sentido; otros al buscar la causa tratan de centrarla en un componente individual o social, sin tener en cuenta la conjugación de estos y otros factores.
Estas concepciones también se ven matizadas según la especialidad científica de las investigaciones. Los científicos de laboratorio se interesarán más en las consecuencias del alcohol sobre la transición de los impulsos nerviosos y mecanismos internos.
Los psicólogos enfocan el estudio desde el punto de vista de los mecanismos internos individuales, buscando causas dinámicas de la relación hombre droga e investigando además el comportamiento ante el consumo y trabajando directamente con el enfermo en su tratamiento y rehabilitación.
Los sociólogos deben estudiar los factores sociales que desencadenan el uso del tóxico, tales como las posiciones del medio social, normas y estructuras que influyen en el consumo.
El alcoholismo.
Podría considerarse como un estado de evasión ante situaciones conflictivas significativas como una estrategia individual de adaptación al medio por retraimiento, la no-aceptación de ciertas situaciones emocionales o físicas trae consigo en última instancia que el individuo busque en los efectos del alcohol la solución a sus problemas logrando así el desvinculo con la realidad cayendo en un estado de evasión de la realidad que le resulta desfavorable.
Pero también se debe a veces a causas evasivas o de otro tipo, a insuficientes opciones recreativas que son fácilmente remplazadas por el consumo del alcohol.
Para el alcohol la función primaria en la sociedad es reducir la ansiedad, unas veces de forma manifiesto como en el caso de las sociedades primitivas y otras de modo latente.
Sólo cuando el individuo cae en un estado dependiente convirtiéndose en una lacra social, reconocemos la función latente, ya que en este caso es rechazado y marginado por la sociedad al presentar una conducta desviada.
Así el alcohol cumplirá su papel de ansiolítico social en un doble sentido: de solucionador neurótico de las tensiones y mecanismo tolerado en el medio en que actúa. Podemos decir entonces que el consumo del tóxico es querido por la sociedad que acepta de ese modo la evasión de sus problemas, sancionando como mecanismo alternativo de relajación el uso de una droga.
El uso del tóxico para librar tensiones viene también determinado por la falta de otros mecanismos alternativos de idéntica finalidad, la cultura influencia el alcoholismo de tres modos: creando la tensión, tolerando el consumo para aliviar y no suministrando alternativas validas de solución. Es claro que si el mecanismo ofrecido no es el alcohol sino otro tóxico, la dependencia creada será otra.
Consideramos conducta desviada cuando el individuo, por su ingestión incontrolada del alcohol, se aparta de las normas sociales establecidas y leyes que no son inmutables y naturales sino convencionales y medibles por lo tanto es un individuo desviado un tanto sea anormal respecto a las reglas que una sociedad determinada se ha dado en una época histórica determinada.
La Automarginación social, la entendemos como el fenómeno mediante el cuál el individuo se margina del grupo social al que pertenece, incorporándose a grupos informales de personas con condiciones iguales a las suyas ( adictos).
Podríamos afirmar que la automarginación es una condición penosa en la que el individuo llega a encontrase habitualmente sin alternativas reales. Se ha de admitir por hipótesis que el individuo que no puede comprender una situación determinada que no puede encontrar por tanto una respuesta social satisfactoria y constructiva se desvía como única respuesta posible a su situación.
LA ADICCIÓN ES UN AUTENTICO VÍA CRUCIS
Cuando un individuo cae en un estado de apatía, podemos decir que está presentando una conducta desviada, ya que esta es la violación de las normas de su propio grupo o de la sociedad en su conjunto por un individuo o grupo social y esto podríamos verlo como no-adaptación del individuo al medio que provocó esta conducta desviada.
Resulta interesante en este análisis tener en cuenta la influencia que ejerce el grupo de amigos en estos individuos. Percatarnos como estos grupos tienen una función catalizadora en la formación de conductas, lo que puede evidenciarse en la forma en que estos individuos hacen suyas las normas, los valores y las costumbres de dicha colectividad lo que si bien, de forma normal sería de gran ayuda, en lo patológico constituye un gran riesgo en la mal formación del individuo
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Los factores biológicos, psicológicos y sociales:
Operan directamente al nivel de la conciencia individual de la persona para la cual la búsqueda del alcohol, con la dependencia cada vez más fuertemente establecida, es el final feliz de múltiples situaciones emocionales como vía alternativa de respuesta a las mismas. La ingestión del alcohol es la solución más económica en la situación concreta en la que el sujeto se encuentra, si bien se trata de una solución subjetiva y falsa y en consecuencia contraproducente. Mediante la pérdida de conciencia que el alcohol provoca, el sujeto alude la posibilidad de una conducta que repare la situación conflictual originaria. La dependencia alcohólica no estriba tanto en las modificaciones que hayan tenido lugar por su ingestión, cuando por el hecho de que ante la progresiva complicación del conflicto originario, las posibilidades de solución se alejen más y más y por consiguiente la necesidad de evasión es cada vez más imperiosa a la mayor necesidad de huir de la realidad se une ahora como antes la fácil disponibilidad de la bebida alcohólica.
Si partimos de los conocimientos del concepto de droga como toda sustancia mineral, vegetal o animal que introducida en todo organismo vivo puede modificar una o más funciones, ya sea como estimulante, deprimente o narcótico y del concepto de toxicómano, persona que abusa de las sustancias tóxicas para procurar sensaciones agradables o suprimir el dolor, no sería difícil clasificar al alcohol dentro del grupo de las drogas debido a todos los efectos que ocasiona a nivel funcional ante determinado consumo y clasificar a su vez a las personas que lo ingieren, transgrediendo las normas de consumo social, como personas toxicómanas.
No es hasta 1849, que se incluye el alcoholismo como categoría integrante en las toxicomanías. El esfuerzo del científico sueco Magnus Huss ha propiciado beneficiarnos con el alcance de nuevos enfoques sobre el tema. A partir de este momento son varias las definiciones que se han dado sobre que es el alcoholismo, dirigidas también a esclarecer los criterios de por que se ubica en el grupo de las enfermedades.
Son muchas las concepciones existentes sobre la toxicomanía, algunas que no clasifican al alcohol como una droga, otras que consideran solo a la juventud como el grupo etáreo más problemático en este sentido; otros al buscar la causa tratan de centrarla en un componente individual o social, sin tener en cuenta la conjugación de estos y otros factores.
Estas concepciones también se ven matizadas según la especialidad científica de las investigaciones. Los científicos de laboratorio se interesarán más en las consecuencias del alcohol sobre la transición de los impulsos nerviosos y mecanismos internos.
Los psicólogos enfocan el estudio desde el punto de vista de los mecanismos internos individuales, buscando causas dinámicas de la relación hombre droga e investigando además el comportamiento ante el consumo y trabajando directamente con el enfermo en su tratamiento y rehabilitación.
Los sociólogos deben estudiar los factores sociales que desencadenan el uso del tóxico, tales como las posiciones del medio social, normas y estructuras que influyen en el consumo.
El alcoholismo.
Podría considerarse como un estado de evasión ante situaciones conflictivas significativas como una estrategia individual de adaptación al medio por retraimiento, la no-aceptación de ciertas situaciones emocionales o físicas trae consigo en última instancia que el individuo busque en los efectos del alcohol la solución a sus problemas logrando así el desvinculo con la realidad cayendo en un estado de evasión de la realidad que le resulta desfavorable.
Pero también se debe a veces a causas evasivas o de otro tipo, a insuficientes opciones recreativas que son fácilmente remplazadas por el consumo del alcohol.
Para el alcohol la función primaria en la sociedad es reducir la ansiedad, unas veces de forma manifiesto como en el caso de las sociedades primitivas y otras de modo latente.
Sólo cuando el individuo cae en un estado dependiente convirtiéndose en una lacra social, reconocemos la función latente, ya que en este caso es rechazado y marginado por la sociedad al presentar una conducta desviada.
Así el alcohol cumplirá su papel de ansiolítico social en un doble sentido: de solucionador neurótico de las tensiones y mecanismo tolerado en el medio en que actúa. Podemos decir entonces que el consumo del tóxico es querido por la sociedad que acepta de ese modo la evasión de sus problemas, sancionando como mecanismo alternativo de relajación el uso de una droga.
El uso del tóxico para librar tensiones viene también determinado por la falta de otros mecanismos alternativos de idéntica finalidad, la cultura influencia el alcoholismo de tres modos: creando la tensión, tolerando el consumo para aliviar y no suministrando alternativas validas de solución. Es claro que si el mecanismo ofrecido no es el alcohol sino otro tóxico, la dependencia creada será otra.
Consideramos conducta desviada cuando el individuo, por su ingestión incontrolada del alcohol, se aparta de las normas sociales establecidas y leyes que no son inmutables y naturales sino convencionales y medibles por lo tanto es un individuo desviado un tanto sea anormal respecto a las reglas que una sociedad determinada se ha dado en una época histórica determinada.
La Automarginación social, la entendemos como el fenómeno mediante el cuál el individuo se margina del grupo social al que pertenece, incorporándose a grupos informales de personas con condiciones iguales a las suyas ( adictos).
Podríamos afirmar que la automarginación es una condición penosa en la que el individuo llega a encontrase habitualmente sin alternativas reales. Se ha de admitir por hipótesis que el individuo que no puede comprender una situación determinada que no puede encontrar por tanto una respuesta social satisfactoria y constructiva se desvía como única respuesta posible a su situación.
LA ADICCIÓN ES UN AUTENTICO VÍA CRUCIS
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