martes, 8 de abril de 2014

Drogas ilegales durante el embarazo:::::


Edgar Ongay


Marihuana::::::
No hay pruebas concluyentes de los efectos directos de la marihuana durante el embarazo, pero algunos estudios relacionan su consumo habitual con problemas como retraso en el desarrollo fetal y nacimiento de bebés con bajo peso. Por otro lado, no hay pruebas de que su consumo esporádico, incluso durante el primer trimestre, cause defectos congénitos (de nacimiento). Una de las razones por las que todavía hay dudas sobre las posibles consecuencias de la marihuana, es que quienes la utilizan a menudo también consumen otras sustancias, como alcohol y tabaco. Además, la marihuana contiene un elevado número de sustancias, muchas de las cuales todavía están sin identificar y, posiblemente, componentes químicos. Es complicado separar los efectos de la marihuana de los que generan esos otros productos. La mayoría de los estudios sobre el fumar durante el embarazo se centran en el efecto del humo de los cigarrillos, más que en el de la marihuana. Sin embargo, está claro que tanto si una mujer embarazada fuma tabaco como si fuma marihuana, el humo en sí es pésimo para el bebé que se está gestando. Fumar está relacionado con problemas comoplacenta previa, parto prematuro, bajo peso al nacer (lo que hace que el bebé sea más susceptible a infecciones) y un incremento del riesgo de muerte súbita (Síndrome de Muerte Súbita del Bebé o SIDS según sus siglas en inglés). Aunque no están claras las posibles consecuencias a largo plazo del uso de la marihuana durante el embarazo, es recomendable evitar su consumo.
LSD y anfetaminas:::::::
Tampoco hay documentación suficiente respecto a los efectos del consumo de LSD (siglas en inglés de dietilamida del ácido lisérgico) y las anfetaminas durante el embarazo. Según un estudio, la forma más pura de LSD (administrada bajo supervisión médica) no causó anormalidades en el feto ni elevó el riesgo de abortos espontáneos. Sin embargo, sí se han documentado defectos congénitos en bebés nacidos de madres que consumen LSD y otras drogas. Como las mujeres que usan LSD o anfetaminas también suelen consumir alcohol y otras sustancias, y fumar, no está claro exactamente cuál de las drogas que consumen puede tener una relación con los defectos de nacimiento. De cualquier modo, el uso de más de una droga "recreativa" parece aumentar el riesgo de malformaciones congénitas. Al no tener una idea precisa de los efectos de estas drogas sobre el feto, lo mejor es considerarlas un riesgo innecesario y evitar consumirlas.
Éxtasis::::::::
El primer estudio que mostró una relación entre el consumo de éxtasis y malformaciones congénitas en los bebés lo realizó el Servicio de Información Teratológica del Reino Unido. La mitad de las mujeres en el estudio emplearon otras drogas, además del éxtasis, aunque la mayoría sólo se drogó durante el primer trimestre de gestación. El índice de defectos de nacimiento — principalmente en el corazón y las extremidades — fue mayor del que se podía esperar.
Cocaína:::::::
La cocaína es un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Su empleo durante el embarazo puede causar trastornos muy graves. En los primeros meses puede aumentar el riesgo de abortos espontáneos y más adelante provocar partos prematuros. (Los estudios demuestran que las mujeres que usan cocaína durante el embarazo tienen el doble de probabilidades de tener bebés prematuros). La cocaína también puede hacer que la placenta se separe de la pared del útero antes del inicio del parto. Esto, que se llama desprendimiento de placenta, puede provocar una hemorragia y resultar fatal tanto para la madre como para el bebé. La cocaína traspasa la placenta y penetra en el sistema circulatorio del bebé, pudiendo causar daños cerebrales irreversibles e incluso la muerte del bebé. Estos problemas se dan principalmente en bebés de madres que consumen cocaína durante todo el embarazo; su incidencia es menor cuando la madre deja de usarla en el primer trimestre. La mayoría de los bebés expuestos a la cocaína antes del nacimiento no muestran defectos al nacer, aunque algunos estudios sugieren que tienen un mayor riesgo de sufrir problemas (el riesgo es mayor si la madre consume cocaína frecuentemente durante la gestación). Entre los defectos congénitos asociados normalmente con el uso materno de cocaína están las malformaciones en el cerebro, el cráneo, el rostro, los ojos, el corazón, las extremidades, los intestinos, los genitales y el conducto urinario.
El efecto de la cocaína en los recién nacidos es también muy grave. La droga puede restringir la llegada de nutrientes y oxígeno al bebé en desarrollo, y eso puede hacer que al nacer el niño sea más pequeño de lo que hubiera sido si a madre no la hubiera consumido, incluso si el parto llega a su término completo. Los niños que nacen con bajo peso tienen más probabilidades de morir en el primer mes que los niños con peso normal. Las mujeres que dejan de tomar cocaína al comienzo del embarazo reducen el riesgo de tener bebés prematuros o con bajo peso. Los bebés expuestos a la cocaína antes del nacimiento corren un riesgo mayor de sufrir incapacidades permanentes, como parálisis cerebral, y problemas de la vista y del oído. Algunas veces tienen problemas de alimentación y dificultades para dormir. Después del parto, algunos bebés experimentan algo parecido a un "síndrome de abstinencia". Muchos están nerviosos e irritables, y rompen a llorar con cualquier sonido o contacto, por muy suave que sea. Por tanto, es muy difícil apaciguarlos y tranquilizarlos y se suelen describir como ausentes o distraídos. Algunas de estas complicaciones pueden durar entre ocho y diez semanas, o más, después del parto. Los investigadores no han determinado todavía cuánta cocaína hace falta para causar defectos congénitos y otros problemas en los bebés. Se recomienda a las mujeres que la consumen, sea cual sea su forma y cantidad, que dejen de hacerlo antes de quedarse embarazadas o que demoren el embarazo hasta que crean que serán capaces de evitar la droga completamente durante la gestación. Si estás embarazada, te recomendamos que dejes de tomar cocaína inmediatamente. Si consumes cualquier tipo de droga recreativa, deberías hablar con tu doctor inmediatamente, aunque te resulte difícil. De este modo podrá determinar los mejores cuidados para ti y tu bebé. La cocaína llega a la leche del pecho en cantidades significativas. Por eso, sus efectos sobre el bebé siguen siendo nefastos. Si la madre no puede dejar de consumir cocaína, es aconsejable que alimente al bebé con leche de fórmula y biberón.
Heroína::::::
La heroína genera muchos efectos nocivos en el desarrollo del feto. Puede restringir su crecimiento, provocar un parto prematuro — aproximadamente la mitad de los bebés de madres heroinómanas nacen antes de tiempo — y ocasionar su muerte al nacer. Es recomendable que las embarazadas adictas a esta droga la cambien por metadona, una sustancia que se administra a intervalos regulares para mantener relativamente estable el nivel en la sangre; así la madre y el bebé sufren menos problemas. La intervención de un profesional experto puede hacer que se reduzca la cantidad que se toma. No es aconsejable tratar de dejar la metadona por completo durante el embarazo, ya que ello puede generar síndrome de abstinencia en el feto con resultados muy dañinos. Los bebés expuestos a la heroína o la metadona antes de nacer también pueden sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia después del parto y requerir un tratamiento que dura semanas. Entre esos síntomas están la irritabilidad, la inquietud, problemas para amamantar y respirar y una sensación general de angustia e incomodidad. El bebé necesitará el cuidado de expertos para superar estos síntomas. Pequeñas dosis de metadona y heroína pueden llegar hasta la leche materna, por lo que, si la madre no es capaz de dejar de tomar ambas sustancias, es preferible que alimente al bebé con biberón. Es muy importante que las embarazadas adictas a la heroína busquen el consejo de expertos calificados para que, tanto ellas como sus bebés, puedan recibir el mejor cuidado posible antes y después del parto.
Buscar ayuda..Nunca es fácil romper una adicción, incluso durante el embarazo. Requiere mucha valentía. Pero si consumes algún tipo de droga, es mejor informar a los ginecólogos y profesionales que te asisten durante el embarazo. Ellos tomarán medidas para que tú y tu bebé reciban los cuidados necesarios. Recuerda que tú no eres la primera mujer embarazada que ellos ven en esa situación y que están ahí para ayudarte.

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