lunes, 13 de enero de 2014

La manera de hacer es ser La adolescencia, período vital de profundas transformaciones, condiciona una vulnerabilidad particular y representa una oportunidad para prevenir daños evitables. Potenciar nuestra adolescencia resulta valioso para poder proyectar a futuro una sociedad más sana y justa. Nada ganamos mirando para otro lado cuando vemos los riesgos. ¿Qué creemos que les pasa a nuestros jóvenes y no tan jóvenes cuando buscan en la "borrachera" su diversión extrema? ¿Qué nos ocurre a nosotros mismos? ¿Qué juicios y prejuicios se activan ante esta visión?

Stella M. Rodríguez Maurig


 La adolescencia, período vital de profundas transformaciones, condiciona una vulnerabilidad particular y representa una oportunidad para prevenir daños evitables. Potenciar nuestra adolescencia resulta valioso para poder proyectar a futuro una sociedad más sana y justa. Nada ganamos mirando para otro lado cuando vemos los riesgos. ¿Qué creemos que les pasa a nuestros jóvenes y no tan jóvenes cuando buscan en la "borrachera" su diversión extrema? ¿Qué nos ocurre a nosotros mismos? ¿Qué juicios y prejuicios se activan ante esta visión?
Entre los problemas se recorta el del consumo excesivo de alcohol como uno al que se asocian los mayores riesgos: muerte prematura, embarazos no deseados, adicción, intoxicación aguda, accidentes, violencia, enfermedades contagiosas (sida). Para la Sedronar, la tasa promedio de consumo del alcohol alcanza el 75,1% entre los estudiantes, muy por encima del tabaco (46,7%) o los psicofármacos sin prescripción médica (9,5%) y las drogas ilegales (6,7%, si consideramos sólo la marihuana, este número se eleva mucho y se duplica o más).
Nuevas sustancias de experimentación más peligrosas, policonsumo como regla, multiplicación de los lugares de consumo y diversificación de las vías de acceso, determinan un escenario complejo y de riesgo, lamentablemente, habitual. Los cambios en la modalidad de consumo están muy ligados al uso del tiempo libre y las formas recreativas de los jóvenes. Se observa un mayor volumen de consumo, mayor variedad y precocidad, y es el alcohol la droga de inicio en la mayoría de los casos. Los jóvenes dicen sentirse "bien informados" sobre las sustancias que consumen. Sin embargo la información no parece traducirse por sí sola en un cambio de comportamiento. Parece que se juntaron las peores condiciones de la demanda y las mejores condiciones de la oferta para el caso del alcohol. Un combo cuasi perfecto, con muy variadas motivaciones para sostener el consumo: "A mí me hace bien, me relaja, por un rato me desenchufo"; "La fiesta no es igual con o sin la birra"; "Con una cervecita todo se ve distinto"; "Nos juntamos para tomar y después vemos qué hacemos"; "Hay que ver quién aguanta más"; "Me doy cuenta de que hace mal pero… al final es una compañía".
Se acepta con naturalidad un estado de hiperestimulación donde el "relajarse" es sólo por momentos. El placer está desplazado hacia la intensidad. Una búsqueda de la "diferencia" en el ánimo, que puede llegar a la negación. El alcohol puede así ocupar su histórico lugar de refugio para el dolor o simplemente lo que no se tolera. El desafío de adquirir una imagen de suficiente valor entre los pares y una pertenencia segura se asoció en algunos medios al consumo descontrolado.
Ahora "nos juntamos para tomar" y después lo demás… ¿Los demás? También parecen postergados, la compañía pasa a ser "el pucho", la máquina, la cosa que se tiene. El grupo se ve atravesado por exigencias que han quebrantado los lazos sociales generando para todos sus miembros condiciones de vulnerabilidad. Se fragiliza su identidad y se busca volver a SER través de lo que consume: zapatillas, autos, teléfonos, alcohol…. Quizá la oportunidad esté, además de en nuevas estrategias e intentos preventivos, en recuperar el desafío de SER a través del HACER y no del tener. Torcer el camino hacia un sentido renovado de la persona y su identidad. O como dijo Lao Tse: "La manera de hacer es ser."  «
 
* psiquiatra (Miembro de Asociación de Psiquiatras Argentinos)

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