viernes, 29 de noviembre de 2013

Me crié en un barrio de Madrid y parte de mi infancia y juventud la pase viendo como muchos jóvenes vivían enganchados a todo tipo de drogas


Me crié en un barrio de Madrid y parte de mi infancia y juventud la pase viendo como muchos jóvenes vivían enganchados a todo tipo de drogas, era algo normal y habitual,yo bebía alcohol de vez en cuando con los amigos, algo normal entre los jóvenes que pensábamos que el alcohol no era como la heroína, porros, cocaína ,etc...nosotros no teníamos el problema, lo tenían ellos ,que eran unos pobres desgraciados.
Nada más lejos de la realidad.
Pasados 5 años de lo que acabo de contar,empezó mi dependencia casi diaria al alcohol,a raíz y con la escusa,de mi separación (siempre escusas).
Al principio me hacia sentir con una falsa energía y estado de euforia,pero en poco tiempo todo paso a ser todo lo contrario,me volví sedentaria,apática,depresiva, no me importaba nada, familia, amigos,trabajo, se convirtieron en algo que no tenía cabida en mi vida de consumo, no me hacia falta nadie, tan solo necesitaba consumir, y lo hacia sola, escondiéndome en sitios o lugares donde nadie me juzgase, viese o molestase, porque yo no tenía ningún problema y no estaba dispuesta a que nadie me dijera que esto ya se me había escapado de mi control. Según transcurría el tiempo las mentiras aumentaban,fui dejando de lado a todos mis amigos, huía de los sitios, precisamente cuando estaba con gente no consumía, pensando que así podría esconder el problema y esto,como es natural,me llevaba a un estado de ansiedad y mal estar que hacia que desapareciese, no era capaz de mantener una conversación,yodo lo que me decían me sentaba mal, hacia un drama de cualquier cosa,cada día me sentía peor, física como psíquicamente.

A raíz de una de tantas visitas a urgencias, debido a un ataque de ansiedad y despues de contar el problema al médico, este me recomendó, ir a la Uca (Unidad de Conductas Adictivas), fui, pero solo asistí a dos citas, no lo vi claro, pensé que eso no era para mí, y no me vi capaz, ni convencida de salir de mi enfermedad yendo allí, así que no volví. Afortunadamente mi compañera me hablo de una asociación en la que podrían ayudarme a salir de mi adicción, llamamos para que nos informasen y me dieron cita, fuí por primera vez y bueno, los primeros 15 días, no lo tuve nada claro, seguí consumiendo, no tenía idea de cómo funcionaba la terapia y el grupo, pero enseguida me lo dejaron muy claro, lo primero y más importante, dejar totalmente todos los consumos, independiente como en mi caso se tratase de alcohol, eso da igual, porque los que llegamos a ese tipo de dependencia, somos personas con una personalidad adictiva y cualquier sustancia, porros, cocaína, pastillas, juegos de azar,etc.... podría causar una nueva adicción igual o peor que la que ya tenemos, solo por la necesidad de sustituir, por eso es tan importante aprender que desde el principio hay que meter todo en el mismo saco.Un
Un día ,que no quiero recordar, fue mi último día de consumo, a partir de ahí, comencé a escuchar, a entender que es posible otra vida fuera de los consumos. En el grupo cada uno tiene su historia y su forma de superar esta enfermedad, todo esto, junto con los consejos, opiniones, observaciones, sus verdades y las mías propias que se encargaban de recordarme cuando no quería reconocerlas, han hecho que hoy pueda estar contando la historia de mi enfermedad, y poder decir que merece la pena. Yo, como la mayoría que hemos dicho "NO", al consumo, sé que es un camino difícil, es aprender de nuevo a solucionar problemas, tener una familia, in trabajo, unos amigos, en definitiva a ser una persona y tener una vida en la cual, sea yo la que lleve las riendas y no el alcohol.
En estos grupos he aprendido que no hay ni mejores ni peores gente que te entiende y no juzga, no hay categorías, ni grados de adicción..tan solo persona que quieren y se ayudan a salir de una enfermedad, que no descansa, que siempre estará ahí siempre, y a la que podemos vencer, sin bajar nunca la guardia, aprendiendo a vivir, sin volver a consumir.


"QUERER ES PODER".

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