martes, 29 de octubre de 2013

Creencias que pueden matarte

En el post de hoy quiero hablaros de lascreencias, pero no de las religiosas, se trata de, en muchos casos, creencias irracionales que conviven con nosotros, que se encuentran en lo más profundo de nuestro ser y nos impiden ver más allá de nuestros miedos o temores que las alimentan.
En ocasiones, condicionamos nuestros actos a creencias que nada tienen que ver con la realidad. Estas provocan que nuestras relaciones con los demás, y un sinfín de acciones más, estén supeditadas a ellas, provocando que nuestra vida esté muy lejos de ser plena.
ESTA ES MI CREENCIA, Y PIENSO ACABAR CON ELLA
Qué ocurre cuando las relaciones con los demás se convierten en una dura batalla, una partida de ajedrez en la que el triunfo consiste en ser cualquier cosa menos tú, ganar significa no ser rechazado por el otro, conseguir su aprobación, sin importar quién y cómo eres. Triste, ¿verdad?
Hace no mucho tiempo mis relaciones con los demás se convertían en una tarea agotadora, podría decirse que actuaba como un camaleón, solo que, en vez de transformarme físicamente, lo hacía personalmente. Esto no quiere decir que no tuviese personalidad, claro que la tenía, pero no me daba la oportunidad de creer en ella, de pensar que no tenía que estar supeditada a los demás, que estar a la misma altura es lo normal.
Una extraña sensación provocaba en mi auténtico pavor si aparecía la mínima sospecha de que podría incomodar a la persona que tuviese enfrente. Poder provocar su rechazo hacia mí era algo que me daba muchísimo miedo. De una forma u otra, buscaba la aceptación, evitaba a toda costa el conflicto, convirtiéndose, el proyectar una imagen artificial sobre mí, la peor de mis creencias.
¿QUÉ DESTRUYE ESTA CREENCIA?
  • Me destruye a mí, no permitirme ser yo mismo, hace que guarde al auténtico David en un pequeño rincón. Destruye mi naturalidad, mi libertad a la hora de expresarme.
  • Destruye la posibilidad de crear verdaderos vínculos con aquellos que me rodean, ya que no les ofrezco como soy realmente.
  • Destruyo a mis emociones y sentimientos, ya que estos pasan a un segundo plano al no ser merecedores de ser expresados.
  • Destruye cualquier sueño o ilusión, ya que jamás me daré la oportunidad de creer en ello, no lo merecen, siempre quedarán supeditados a los demás.
  • Destruye cualquier opción de vivir la vida plenamente, ya que todo se rige bajo el prisma del que está enfrente.
Quedo totalmente imposibilitado para ser yo mismo, de creer en mí. La frescura, espontaneidad o naturalidad, no son una opción, no tienen cabida. Todo ello provoca que no disfrute de mí, de posibles relaciones con los demás, de tener conciencia de mis emociones y sentimientos. Evita que aprenda a vivir con la posibilidad de no gustar, de aceptar que no es posible agradar a todo el mundo. Evita que experimente, que siendo yo mismo, si es posible no sentirme sólo.
QUE PROVOCA EN MÍ
Odio esa sensación de miedo a no gustar, a incomodar, a poder provocar malestar en el otro por mis palabras o mis actos. A que, siendo yo mismo, provoque que se hable a mi espalda. La vergüenza y timidez se hacen conmigo, y todo por miedo a sentir el rechazo del de enfrente.
Mantener esta creencia hace que el futuro sea terrible. Jamás me daría la oportunidad de ser yo mismo. No podría liberarme de mis miedos, enfrentarme a ellos. Viviría supeditado a temores y posibles opiniones de los demás, sin llegar a ofrecer la esencia de quien soy.
Esto provocó en mí miedo, el no salir de esta dinámica, podría acabar convirtiéndome en alguien con mil caras, todas ellas a gusto de quien tenga enfrente. Miedo a no saber quién soy, que quiero o que siento. Tenía miedo a que David acabe escondiendo tanto su esencia que llegue el día que no sepa dónde está.Tenía miedo a desaparecer.
El precio de haber actuado así es terrible, terminas aborreciéndote, porque eres consciente de ello. Eres capaz de perjudicarte de tal manera que llegas a un punto que te lo crees, que tiene que ser así, y aquí es cuando desapareces, te difuminas, y lo único que queda de ti es una veleta que se mueve por la inercia de los demás. Pero como es de esperar, no puedes contentar a todo el mundo, por lo que al satisfacer a unos, haces daño a otros, sintiéndote peor, porque entras en una espiral horrible, en donde no hay salida, y la oscuridad cada vez es mayor.
DESTROZA TU ANTIGUA CREENCIA Y HAZ QUE NAZCA UNA NUEVA
Ser consciente de todo esto no es fácil, ser totalmente honesto conmigo mismo ha sido esencial. He tenido que reconocer cosas muy duras, comportamientos que no sólo me han hecho daño a mí, también a otros. He tenido que revivir situaciones que me han provocado dolor, asco, pena,… Pero amigo, ya tengo mi creencia localizada, con trabajo y creyendo en mí mismo hago que se convierta en algo minúsculo, que quepa en mi mano, para de esa manera lanzarlo lejos de mí, dando paso a una nueva creencia. La del David que si cree en él, la que se permite ser rechazado, la que entiende que es imposible agradar a todo el mundo, de hecho, hoy día me sentiría incomodo si agradase a ciertas personas ;)
Este cambio aporta a mi vida un mundo lleno de posibilidades, de retos, de proyectos, de personas con quien compartir, querer y sentir.
Y tú, ¿tienes identificadas tus creencias?, ¿qué vas a hacer con ellas?
¡Un abrazo!

Fotografía: Anthony Gaudun

No hay comentarios:

Publicar un comentario